Masaya: 6 años después del estallido social, aún bajo represión

El régimen ha silenciado a toda la oposición en el país, pero “Masaya no olvida”, reiteran activistas exiliados. “La dictadura del ayer al igual que la de hoy, no han podido contra la fuerza y determinación de los masayas”.

  • San José, Costa Rica
  • 9:17 am
  • Abr 12, 2024

En 2018, Masaya se convirtió en una de las ciudades más simbólicas de la resistencia antisandinista.

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República 18

La vida sigue en Masaya, ha seguido desde los últimos seis años un nuevo orden. Desde que la ciudad se declaró en rebeldía abierta contra el régimen sandinista, luego de que protestas contra una reforma a la seguridad se saliesen de control por el actuar desmedido de la autoridad, la ciudad recibió toda la furia del sandinismo.

“Abril trae a la memoria el dolor y sufrimiento de un pueblo que, perseguido, encarcelado pero jamás sometido despierta día a día con la esperanza y la convicción de una Nicaragua libre”, dice Yubrank Suazo, miembro ejecutivo de la Alianza Cívica por la Democracia, recordando la resistencia en Masaya.

A Suazo le tocó cumplir años en las prisiones del régimen sandinista en dos ocasiones, una en 2019 y la otra en 2022. ¿Por qué? Por su papel en aquel proceso de rebeldía. En el punto más álgido de la crisis sociopolítica, el papel de Suazo en la vocería del Movimiento 19 de Abril le ganó un sinnúmero de represalias, amenazas, persecución en contra de su familia y su persona.

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Ahora forzado a vivir en Estados Unidos, no se olvida de dónde vino: “Masaya es y será siempre la ‘llama pura del pueblo’, pueblo heroico que no sabe de sometimiento. La dictadura del ayer al igual que la de hoy, no han podido contra la fuerza y determinación de los masayas“, declaró.

El papel simbólico de Masaya, al igual que ocurrió con la visibilidad de Suazo, sólo hizo que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo fuese acumulando la saña, sobre todo por el estatus mítico que tenía el barrio indígena de Monimbó para la propaganda del Frente Sandinista.

No es de extrañarse, pues, que la llamada “Operación Limpieza“, la ofensiva despiadada de elementos parapoliciales fuertemente armados contra las ciudades barricadas por los manifestantes a como pudieron, ocurriese en una fecha tan importante para el sandinismo: el 17 de julio que en 1979 vio al último Somoza dejar el país.

Un grupo de Policías y paramilitares posa fuertemente armado luego de los ataques violentos de inicios de julio en Masaya. Foto: Cortesía

El pueblo no tiene voz, “pero tiene memoria”

Por ello la opinión de la activista masayense, Indira Mayorga, es, como la de muchos, que Masaya y Monimbó sobre todo “fueron especiales, fundamentales para el levantamiento”, porque “le recordaron a los Ortega Murillo cada línea de la canción que le hizo (el compositor revolucionario) Carlos Mejía Godoy, Vivirás Monimbó“.

Vivirás Monimbó, / Llama pura del pueblo / Oigo tu corazón, / Atabal guerrillero / Donde el indio cayó / Floreció el granadillo / Para hacer las marimbas / Que toquen los sones de liberación

Las barricadas, “tranques”, que mantuvieron al régimen sandinista paralizado en el punto más álgido de la crisis, fueron derribadas con violencia desmedida por orden del liderazgo sandinista. Foto: Cortesía

Seis años después del levantamiento, “el régimen ha silenciado toda oposición en el país“, reconoce Mayorga, pero al mismo tiempo mantiene que “Masaya no olvida, tanto así que las celebraciones (sandinistas) del repliegue a Masaya ya no son las mismas“.

“El pueblo de Masaya tiene memoria, y es cierto que no podemos salir a las calles, hablar, decir algo en redes sociales con los nombres legales, pero cada nicaragüense, y no sólo las personas de Masaya, se las ingenia para mostrar que no perdonamos ni olvidamos“, expresó Mayorga.

Queremos justicia por los asesinados“, que durante el ataque del 17 de julio fueron 34, y en toda la crisis, en todo el país, más de 350 cuyos casos permanecen en la impunidad, “y por cada violación a los derechos humanos perpetrada por los Ortega Murillo“, agregó.

“Superado no está, hay cicatrices”

“Realmente, son muy pocas las personas que lo recuerdan, al menos públicamente“, dice a República 18 un lugareño masayense que prefirió permanecer en anónimo por motivos de seguridad. “Es decir, no es que no lo recuerden, es que no los dejan recordarlo a como debería hacerse“.

Daniel Ortega junto al comisionado de la Policía Nacional, Ramón Avellán, y un agente parapolicial, tras la llamada Operación Limpieza y posterior cacería humana que éste lideró en Masaya. Foto: Medios Oficialistas

“A manera general, no pasa de una mención vaga e imprecisa, pero es por el mismo terror que ellos trajeron. Tampoco es que todo el mundo esté pensando en eso, pero superado no está, hay cicatrices. La ciudad ya no es como era antes, nos quitaron la paz” y cita algo tan fundamental como la vida religiosa, desde 2023 completamente suprimida en su dimensión pública por el régimen sandinista.

Lo mismo ha ocurrido en todas las ciudades de Nicaragua, por lo que los últimos conatos de resistencia quedan en el exilio. La crisis vio a casi un millón de nicaragüenses abandonar el país en apenas 5 años, un éxodo sin precedentes en la historia nicaragüense, moderna y antigua. Pero aunque Masaya ya no pueda gritar, los masayas no han olvidado y mantienen la esperanza de que pronto amanecerá.