Denominaciones evangélicas cierran fila a favor del régimen de Ortega
Las directivas de la Iglesia bautista y las Asambleas de Dios declararon que en Nicaragua hay libertad de culto, a pesar de que la represión sandinista también ha golpeado a iglesias protestantes.
La represión del régimen sandinista ha golpeado sobre todo a católicos, pero también a evangélicos desde iniciada la crisis en 2018.
La Convención Bautista de Nicaragua (CBN) respaldó al “gobierno de reconciliación y unidad nacional”, presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes, aseguran, “han respaldado siempre nuestra labor evangelística y han favorecido la realización de todas nuestras actividades”, según comunicaron en un comunicado divulgado en medios oficialistas con fecha del pasado martes, 16 de abril.
La CBN respaldó su postura con dos pasajes bíblicos, I Timoteo 2:1-2 y Romanos 13, en las cuales Pablo de Tarso insta a las comunidades cristianas a orar por sus autoridades “porque no hay potestad que no esté bajo Dios, y las que hay han sido ordenadas por Dios”.
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Tal sería el segundo caso de una organización protestante respaldando al régimen sandinista luego de que Roberto Rojas Moya, secretario macional de la Confederación Evangélica Pentecostés de las Asambleas de Dios de Nicaragua (CEPENAD), publicase otro comunicado favorable a la gestión de Ortega.
“Queremos expresar públicamente que en Nicaragua existe plena libertad de culto, cada ciudadano es libre en el ejercicio de su fe, sin discriminación, en los templos se realizan las celebraciones de cultos, la predicación del Evangelio y actividades de índole religiosa”, alegó Rojas.
Lo mismo declaró la CBN: “en nuestro amado país gozamos de plena libertad religiosa y celebración de culto”, reza el comunicado.
Dato mata relato
Sin embargo, el régimen sandinista de Nicaragua ha atentado consistentemente contra la libertad religiosa de los nicaragüenses, sobre todo desde iniciada la crisis sociopolítica en abril de 2018. A finales de marzo, la Policía Nacional impidió la celebración de casi 5 mil actividades religiosas de la Iglesia católica en el contexto de la Semana Santa, el segundo año en que esto ocurre.
Al menos 7 personas fueron detenidas esta Semana Mayor, que se celebró en un clima tan represivo que ha llevado al encarcelamiento y destierro de unos 20 sacerdotes, trabajadores de iglesias y fieles.
La iglesia católica de Nicaragua ha sido víctima de asedio y vigilancia policial constante desde 2018. Foto: Cortesía
Es por ello que a principios de este año, el Departamento de Estado de los Estados Unidos volvió a catalogar a Nicaragua la lista de “Países de Particular Preocupación” en materia de libertad religiosa, igualando su situación a la de Cuba y Corea del Norte.
A pesar de que la vicepresidente y vocera del gobierno, Rosario Murillo, había dicho personalmente al cardenal y arzobispo en vías de retiro, Leopoldo Brenes, durante una alocución televisada a principios de marzo que “atrás habían quedado los días de campanadas y cristales rotos“, la represión a la que se refería continúa manifestándose en el país.
Represión golpea también a protestantes
Pero además de la represión contra la Iglesia católica, la represión en Nicaragua también ha afectado a protestantes. En Nicaragua: una Iglesia perseguida, informe elaborado por la abogada e investigadora Marta Patricia Molina y que documentó 667 ataques contra la Iglesia católica a partir de 2018, se identificaron 70 ataques en contra de organizaciones y personas protestantes en el mismo periodo.
“Vigilancia gubernamental, acoso y amenazas” en contra de las comunidades protestantes fueron registradas en el último informe sobre libertad religiosa del Departamento de Estado de los Estados Unidos. “Muchos líderes protestantes aseguraron que, al carecer de redes de apoyo, son más reacios a reportar la represión del gobierno“, asegura el documento.
Según el informe del Departamento de Estado, trabas administrativas ligadas a la represión sandinista, así como al cierre de unas 3 mil organizaciones no gubernamentales, llevó a iglesias protestantes a cerrar o a fusionarse con otras iglesias para mantenerse a flote dada la falta de donantes.
El caso más reciente vio la condena de 11 miembros y 2 abogadas ligadas al ministerio evangélico Puerta de la Montaña que fueron condenados a penas que van desde multas millonarias hasta 15 años de prisión por el presunto delito de “lavado de dinero agravado”, a pesar de que la directiva de la congregación mantiene su inocencia.
