Declarar abril mes de la paz es “una burla” para el pueblo de Nicaragua, apuntan activistas

En 2018, un ciclo de protestas demandó el fin de más de una década de dominio sandinista sobre la política nicaragüense.

  • San José, Costa Rica
  • 11:19 am
  • Abr 9, 2024
campaña abril

El régimen sandinista ha intentado en los últimos seis años enterrar la memoria del estallido social que lo hizo tambalearse.

Cortesía
República 18

La declaración que designa al mes de abril como “mes de la paz”, aprobada por la Asamblea Nacional, bajo control del régimen sandinista, el pasado lunes, 8 de abril, supone una continuación del discurso deshumanizante que ha imperado en la comunicación de Rosario Murillo, vicepresidente y vocera del gobierno, y también del propio presidente, Daniel Ortega.

“La pareja dictatorial ha instaurado una retórica de odio y de tergiversaciones que supera por mucho cualquier estilo de narrativas política que se haya conocido antes en el país“, explicó a República 18 el académico opositor y ex-reo político, Félix Maradiaga.

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Maradiaga apunta a Murillo como la gestora de esta estrategia de comunicación y propaganda “implementada servilmente por todo el aparato estatal del sandinismo”, y que “no se limita a una mera retórica inflamatoria”, sino también a la violencia sectaria. Tampoco exime a Ortega de ninguna responsabilidad.

Declarar abril como mes de la paz, detalla el académico, “forma parte de los esfuerzos obsesivos de la pareja dictatorial por ocultar las atrocidades cometidas por el régimen que ellos comandan“, que en 2018 acabó con las vidas de más de 350 personas y causó el exilio de cientos de miles, en una crisis aún vigente.

Abril ineludible

El mes de abril es ineludiblemente, un perenne recordatorio de los asesinatos extrajudiciales, los disparos contra civiles y otras graves violaciones a los derechos humanos, perpetradas por los Ortega-Murillo. Aunque lo quieren evitar, la nación nicaragüense entró a un proceso irreversible de búsqueda de la verdad, tantas veces negadas a las víctimas de abril de esta y de otras generaciones”, sentenció el opositor.

Desde inicios de mes, la vicepresidente y vocera del gobierno, Rosario Murillo, venía designado al mes de abril como un “triunfo de la paz”, por lo que esta nueva ley estaría meramente oficializando la propaganda ya difundida por Murillo en sus alocuciones cotidianas.

La narrativa del régimen sandinista es que las protestas y gestos de desobediencia cívica en 2018 fueron un “intento de golpe de Estado”, un relato que no se acopla a los hechos y que es rechazado por la amplia mayoría de la comunidad internacional y organismos supranacionales y no gubernamentales.

Los esfuerzos para borrar los acontecimientos de 2018 tampoco son recientes. En 2023, Murillo declaró el 19 de abril “día nacional de la paz”.

Paramilitares entran en Carazo en julio de 2018, en  el contexto de la sangrienta “operación limpieza”. Foto: Confidencial

“La paz de los cementerios”

“Resulta extremadamente contradictorio que hablen de paz. Para ellos, la paz es la paz de los cementerios, de los sepulcros, porque fue desde abril de 2018 que el gobierno y sus defensores llevaron a la muerte a más de 350 personas, a la represión y al silencio de miles y miles“, dijo Ana Quirós, activista de la Unidad Nacional Azul y Blanco, a República 18.

Según diversos organismos independientes, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la represión sandinista dejó 355 muertos en 2018, cuando fue desatado un régimen de represión que sólo se ha recrudecido en los años posteriores. Tales actos constituirían crímenes de lesa humanidad, según apuntó Naciones Unidas por medio de un grupo de expertos.

Los efectos de la crisis siguen vigentes. La constante emigración de nacionales nicaragüenses en busca de oportunidades, el aislamiento diplómatico, la de-evolución de la economía hacia una dependencia de las remesas extranjeras y, sobre todo, la represión persistente, ahora enfocada sobre la Iglesia católica.

Todavía en Nicaragua queda un centenar de presos políticos y en el país es prácticamente imposible expresarse en contra de las autoridades sandinista. “Tratar de declarar el mes de abril como mes de la paz es una burla al pueblo nicaragüense y es una forma clara de demostrar que ni hay paz, ni hay tranquilidad, ni se ha silenciado a como ellos quisieran la resistencia cívica nicaragüense“, concluyó Quirós.