Parricidio conmueve al municipio de Siuna, en el Caribe Norte de Nicaragua
En menos de una semana, Nicaragua registra dos casos sangrientos. El último fue un parricidio.
El sujeto identificado como Jairo Amador Hernández, de 30 años, asesinó a sus padres a machetazos la noche de este miércoles en el municipio de Siuna, Caribe Norte de Nicaragua, según informaron medios locales.
Amador Hernández acabó con la vida de Francisco Amador de 65 años y Deysi Hernández de 52, tras una discusión mientras permanecía en estado de ebriedad.
Según informaron medios de comunicación del régimen, el cuerpo de Francisco quedó en la entrada de la vivienda, mientras que el de Deysi, fue encontrado en el patio. Se presume que la progenitora intentaba huir de su hijo luego que asesinara a Francisco.
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Oficiales de la Policía Nacional se movilizaron al lugar para ampliar investigaciones.
Lugareños aseguraron que Jairo Amador Hernández, supuestamente es consumidor de alcohol y drogas.
Hasta el momento, la Policía Nacional no ha emitido una versión oficial ni resultados de exámenes a los cuerpos de las víctimas.
También se desconoce si se logró la captura de Jairo Amador. Sin embargo, fuentes extraoficiales afirmaron que se logró la captura del asesino y se le incautó un cuchillo con manchas de sangre que se espera sea presentado en las próximas horas.
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Dos casos sangrientos en la misma semana
La joven Luvis Vargas López, de 19 años, fue asesinada con crueldad por su pareja, Juan Manuel Rivas Brown, de 32 años, en el municipio de Waslala, en la Región Autónoma del Caribe Norte (RACN). Medios locales reportaron que, tras una discusión acaecida la madrugada del domingo, 5 de noviembre, Rivas habría encerrado a la joven en una habitación de su casa en el barrio Carlos Agüero, rociando luego el lugar con gasolina y prendiéndole fuego al inmueble con intención homicida.
Rivas habría tenido la intención de fallecer en el siniestro, pero fue rescatado con vida, con más del 70% de su cuerpo quemado.
La joven fue trasladada al hospital Fidel Ventura de Waslala, pero falleció por las quemaduras esa misma noche, mientras que a Rivas lo llevaron primero a un hospital en Matagalpa y luego al Fernando Vélez Paiz, de Managua, donde falleció la noche del lunes, 6 de noviembre.
