La historia de resiliencia de la joven exiliada Katherine Ramírez

Ramírez alentó a los jóvenes a aprovechar las oportunidades y a no perder las esperanzas.

  • San José, Costa Rica
  • 8:55 am
  • Ene 11, 2024

Katherine Ramírez, pese al exilio, continúa trabajando en su activismo y en la defensa de los derechos humanos.

Foto: Cortesía
República 18

La activista nicaragüense, Katherine Ramírez, originaria de Estelí, está a poco menos de dos meses de cumplir su segundo año en el exilio. Sin embargo, aun siendo refugiada en Costa Rica, continúa con su labor de activismo y defensa de los derechos humanos.

“Ahorita me doy cuenta de que en dos meses voy a cumplir dos años de estar en el exilio. Exiliarse no es cosa sencilla porque significa que no sos parte de donde estás, pero cuando regresás ves como todo cambió”, dijo Ramírez al iniciar la entrevista con República 18.

En Nicaragua, Ramírez tenía cuadrado su proyecto personal de vida y estudiaba Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN- Farem Estelí), aunque no participaba en ningún movimiento social o político. Pero en 2018, la situación cambió.

“También tomaba mis clases de pintura y lo que pasó en 2018 no era algo que me esperaba. Ya tenía mi plan de vida. Tenía 18 años y no era algo sencillo para mí, porque significó una ruptura total con mi familia”, afirmó.

En 2018, cuando estallaron las protestas, Ramírez se involucró desde los primeros días, pero tuvo que abandonar su casa en 2018 en Estelí y sus estudios, por la persecución de la dictadura.

“Me empecé a involucrar casi a tiempo completo como activista feminista y defensora de derechos humanos. Primeramente, me involucré en una organización local en Estelí, donde hice activismo en 2018”, relató.

El activismo la llevó a formar parte de la Unidad Nacional Azul y Blanco, organización de la que conformó su Consejo Político en 2019.

“En 2018 participé en diversas reuniones antes que fuera la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y luego estuve entre 2019 y 2021. Ahora no participo, pero le guardo respeto a las personas que siguen en ese espacio”, remarcó.

Propuestas públicas como joven

En 2021, Ramírez junto a movimientos estudiantiles, lanzaron propuestas de políticas públicas para reformar la educación superior y otras iniciativas para promover la participación ciudadana.

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“Estuve dentro del Movimiento Estudiantil y desde Nicaragua lanzamos una propuesta de política pública para una reforma en la educación superior en 2021 y realizamos diferentes actividades. En la Coordinadora Universitaria (CUDJ) también hicimos lo que pudimos y hasta donde la represión nos lo permitió”, relató Ramírez.

Los episodios más difíciles

Ramírez recuerda que uno de los momentos más difíciles de su vida ha sido la persecución política en Nicaragua, en el marco del activismo y las visitas territoriales que realizó la UNAB previo a los comicios generales de 2021.

“Fuimos a hacer visitas territoriales a Nueva Segovia. En el camino, había un montón de paramilitares y policías que nos trataron violentamente. Ese día pensé que iban a abrir fuego contra nosotros”, afirmó.

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Finalmente, llegaron a una gasolinera a discutir si continuaban con la visita territorial y después de un tiempo, se percataron que quienes estaban dentro de la tienda eran paramilitares.

También recuerda que en su segundo intento por continuar sus estudios en Nicaragua, la dictadura confiscó la Universidad Paulo Freire en febrero de 2022. Esto significó la segunda interrupción de sus estudios.

Renacer en Costa Rica

Ramírez expresa que, si bien el exilio ha sido una etapa difícil, ha significado nuevas oportunidades para su desempeño y formación.

“El estar en Costa Rica representó una tercera oportunidad para retomar mis estudios y encontrar a gente maravillosa que se ha convertido en una red muy importante. Me ha abierto la oportunidad de elegir una nueva familia. Sin mis amigas, no tendría la fortaleza y resiliencia para sobrellevar este exilio, que ha sido tan difícil”, relató.

Ramírez alentó a los jóvenes a aprovechar las oportunidades y a no perder las esperanzas.

“Sigan buscando oportunidades y no pierdan la esperanza de que se van a seguir abriendo puertas. La solidaridad a Nicaragua se ha abierto más. Hace cuatro años, el cierre de las universidades no era algo tan común, pero ahora que se conoce, hay más oportunidades”, concluyó.