Mamá Grande: de las luchas ancestrales a las luchas en el exilio

La matriarca miskita hoy desde el exilio enfrenta grandes dificultades para pagar vivienda, alimentarse y atender su salud. Por eso apela a la solidaridad de la comunidad nicaragüense en Costa Rica.

  • 3:47 pm
  • Ene 20, 2023
Mamá grande pide ayuda en el exilio
República 18

Susana Marley Cuningham, de 65 años, conocida como Mamatara o Mamá Grande, es una lideresa de la comunidad miskita de Nicaragua que llegó hace un año a vivir en La Carpio, San José, Costa Rica, tras exiliarse por la persecución sufrida por la dictadura de Daniel Ortega, que también impone el terror represivo en las comunidades indígenas mediante los colonos invasores, el Ejército y la Policía.

En el exilio ha sufrido diversas adversidades que, como es de esperarse, han impactado negativamente en su economía y su salud.

La matriarca, quien es maestra titulada de educación primaria y socióloga, lleva décadas defendiendo los derechos de los pueblos indígenas, miskitos y afrodescendientes en la Costa Caribe nicaragüense. Ella también es sobreviviente de la llamada “Navidad Roja” de los años 80, cuando el Ejército Popular Sandinista (EPS) asesinó a decenas de indígenas y obligó a desplazarse a otros 8,500 fuera de sus territorios.

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“Aunque esté viejita pero yo puedo cocinar. Yo puedo trabajar, pero no me dan trabajo. A veces el alquiler de la casa es bien difícil conseguirlo. Y cuando no reunís la cantidad en la fecha te sacan de la casa, aquí no respetan que seas anciana o enferma”, comenta Mamá Grande, a quien precisamente casi le ocurrió eso hace unos días.

Cuando llegaron a buscar cómo sacarla de la casa pensó en irse a quedar en un parque a dormir, pero les pidió a los dueños de la vivienda si la esperaban unos días más y le dijeron que sí. “Me dijeron que después de trabajar les pagara. Eso mismo lo están viviendo muchas familias miskitas en el exilio”, cuenta.

Pide ayuda ciudadana

La lideresa miskita expresó que si ella tuviera los recursos a su disposición podría trabajar, incluso, horneando pan de queso y coco. Pero no cuenta con los recursos para abastecerse de los equipos.

Sin importar que padece de diabetes y es hipertensa, dice que también podría ir a lavar y planchar si encuentra dónde. Lo comenta con el apuro de una mujer que a sus casi siete décadas de vida necesita el dinero para costear sus gastos alimenticios y de salud, algo que en Costa Rica es elevadamente costoso si no se cuenta con un empleo y suscripción a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS)

“Yo necesito mucho apoyo. El exilio es muy difícil. Uno como ser humano siente mucho miedo alrededor de nuestras familias en nuestros territorios. Por todo lo que ha acontecido, porque no son confites los que nos dan. En nuestro territorio lo que recetan son balas. Muchos estamos acá sobreviviendo con solo la amistad y solidaridad”, aseguró preocupada.

La líder costeña Susana Marley “Mamá Grande”, en 2018 durante plantón ecológico organizados por jóvenes ambientalistas en la ciudad de León.

A raíz de su situación, los problemas médicos de Mamá Grande han empeorado y su condición económica no le ha permitido comprar sus tratamientos completos. Únicamente ha podido sustentar su diabetes por medio de algunas donaciones que personas de la diáspora y organizaciones como COPAL, un colectivo de artistas nicaragüenses en el exilio, le han facilitado.

Ella le pide a Dios un milagro para poder sobrellevar sus males.

Si alguna de las personas lectoras desea colaborar de buena voluntad con esta defensora de derechos humanos, para apoyarla con comida, medicina o económicamente, puede comunicarse directamente con ella al teléfono +506 7219 9270 o este medio de comunicación para facilitar el apoyo.