Miembros de la comunidad LGBTIQ venden su cuerpo para sobrevivir en Costa Rica

Al menos veinte personas de la comunidad LGBTIQ fueron asesinados y cincuenta detenidos, solamente en el contexto de la crisis de abril 2018.

  • 10:55 pm
  • Nov 3, 2019
República 18

En abril del 2018, el estallido sociopolítico que envolvió a Nicaragua hizo que muchas personas reconfiguraran sus luchas y replantearan sus objetivos a alcanzar. Es el caso de la comunidad LGBTIQ+, que tomó en una mano la bandera multicolor de la diversidad sexual y en la otra la Bandera Azul y Blanco, de Nicaragua.

Esto se reafirmó el 28 de junio del 2018, cuando miles salieron a las calles de Managua, no para exigir matrimonio igualitario, sino, sus derechos fundamentales, cuando en consignas gritaban “justicia, libertad y democracia”.

Hombres y mujeres diversas, se unían a la exigencia de todo un país, lloraban junto a las madres, de los más de 200 asesinados hasta esa fecha, gritaban junto a las familias de los secuestrados y desaparecidos.

Muerte, cárcel, represión y exilio, señala el último informe de la Mesa Nacional de la Diversidad,  que al menos veinte personas de la comunidad diversa fueron asesinados y cincuenta detenidos, solamente en el contexto de la crisis de abril 2018.

La realidad de todo un pueblo sediento de paz, justicia y democracia “la comunidad diversa, ha estado en todas las luchas de Nicaragua”, comentó William Ramírez, representante de la articulación LGBTIQ+ en el exilio.

“Nuestra lucha se nos ha querido minimizar, incluso, invisibilizar. Esto es por la cultura machista aún arraigada en nuestro país”, sostiene Enrique Orozco joven activista nicaragüense.

Ambos, obligados a desplazarse por amenazas de muerte en su contra, aseguran.

Chicas trans y hombres gays, obligados a la prostitución para poder sobrevivir

En Costa Rica, miles se encuentran solicitando refugio pues “corren peligro de muerte”. “Es una situación compleja, acá nos encontramos con la xenofobia y luchamos también contra la diverso-fobia”, aseguró Ramírez.

La prostitución, ha sido una salida para muchos que se encuentran con la realidad de tener que sobrevivir.  “Es difícil decirlo, pero muchos de los que conozco, son chavalos y chavalas que anhelan salir adelante, sacar una carrera”, mencionó Orozco.

Carolaid, es una chica trans de 24 años de edad. Hace un año,  se vio obligada a salir de Nicaragua, luego de participar en marchas contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

¿A qué se dedicaba Carolaid en Nicaragua?

“Yo trabajaba en una cooperativa de taxis, apuntaba placas, daba salidas y apoyaba en lo que me solicitaran”.

¿Por qué decides vender tu cuerpo?

“Al inicio, cuando vine, trabajaba en una casa donde me daban maltrato, comía de las sobras, me pagaban mal. Salí de ahí con ayuda de una organización que se llama Hijos del Arcoiris, ahí viví varios meses. Entregaba currículos, buscando trabajo, había ocasiones que me humillaban, me rompían mis papeles en mi cara y me decían aquí no contratamos playos, yo tuve q buscar como sobresalir, por eso decidí venderme”

¿Has pasado alguna situación de riesgo?

“En una ocasión un tipo me contrató, cuando me subí al carro me puso una pistola, me violó, no me pagó y me robó lo que andaba (llorando)…..  Pensé que me iba a matar, pero me dejó tirada no se dónde, sin nada. Yo pedí ayuda a la gente y me tenían miedo, pensaban que les iba hacer algo o que mentía. Caminé horas, hasta que pude llegar a un lugar conocido”.

¿Qué sientes al ejercer este trabajo?

(Con vos entrecortada) “Nunca pensé llegar a esto, la gente me señala, me critica, pero no encuentro trabajo, tengo que sobrevivir. Pero, no quisiera quedarme en esta vida”.

Como esta, hay muchas historias, de trans o gay, que por necesidad se someten al trabajo sexual, exponiéndose a infecciones de transmisión sexual, abusos, e incluso la muerte.

“Es un mundo desconocido y peligroso, pero lo hacen por necesidad, se exponen al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Imagínate, yo a mi alrededor ya conozco diez casos de personas diversas con VIH, que en Nicaragua no lo tenía, ¿por qué?, porque se está dejando de un lado la salud sexual para los exiliados, se está viendo como secundario”, cuestionó William Ramírez.

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