¿Oxigenan a la dictadura los conciertos de famosos en Nicaragua? Esto dicen los líderes juveniles

Mon Laferte es el próximo gran nombre en presentarse en Nicaragua, no sin controversia.

  • San José, Costa Rica
  • 1:40 pm
  • Ene 25, 2024

Mon Laferte durante su paso por la alfombra roja de los Premios Latin Grammy 2019, cuando expuso sus pechos como reclamo a la crisis política que se vive en su país natal.

AFP
República 18

El anuncio de un concierto de la artista chilena Mon Laferte a tener lugar el próximo 30 de abril en Nicaragua ha causado revuelo y controversia en el ciberespacio nicaragüense. Mientras unos argumentan que la llegada de la artista supone un medio por el cual el régimen sandinista de Nicaragua se legitima en medio de su crisis actual, otros lo ven como un ocio necesario para quienes viven los en carne propia los peores efectos del gobierno sandinista.

El caricaturista nicaragüense en el exilio, Pedro Molina, dedicó un tuit directamente a Laferte, en el que le recordaba que su concierto tendría lugar “bajo una dictadura que ha asesinado, torturado y desterrado a su gente sin asco ni piedad; que persigue a periodistas por criticar, a religiosos por rezar, a feministas por protestar y la lista sigue”.

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“Te invito a pensar en ello”, agregó Molina a su mensaje para Laferte. El caricaturista también comentó que la disposición a llevar a cabo esta clase de eventos en el país “es muestra de indolencia y hasta de cinismo en caso de algunos artistas”.

¿Recreación u oxigenación?

El argumento recae en que las rentas del concierto generan réditos para la autoridad sandinista por medio de los impuestos. Asimismo, los que defienden esta postura aseguran que estas actividades promueven una “falsa normalidad”. Por otro lado, hay quienes consideran necesario el ocio y la recreación para el bienestar individual de los nicaragüenses, incluso a un nivel de salud mental.

“Es cierto que vivimos una situación muy complicada. La crisis se extendió ya por más de 6 años”, dijo a República 18 un joven nicaragüense que optó por permanecer anónimo, “pero también debemos recalcar que los ciudadanos nicaragüenses no tenemos por qué sufrir innecesariamente ni privarnos del mundo exterior”.

Laferte durante un concierto en 2020. Un fanático sostiene una pancarta a favor de la reforma constitucional propuesta por el presidente chileno Gabriel Boric, rechazada por la población primero en octubre de 2022 y luego en diciembre de 2023. Foto: EFE

“Si nos ponemos así, deberíamos entonces dejar de utilizar muchas otras cosas. Deberíamos dejar de ver Netflix, deberíamos dejar de consumir música; parece haber un sector opositor que cree que debemos estar miserables, como si eso fuese a cambiar algo“, agregó.

Otra joven consultada bajo anonimato considera que, con esta “campañas”, “a las únicas personas que afectan es a la gente que quiere ir a los conciertos y no tiene ningún poder de decisión sobre el proceso político de Nicaragua. Ese es todo el problema de que haya dictadura para empezar”.

Del derecho a la consciencia

“No podemos negarle el derecho humano a la recreación y al ocio, sobre todo a la juventud“, opina el joven activista en el exilio, Enrique Martínez. “También acá en el exilio los jóvenes buscamos mecanismos para evacuar toda la energía que trasladamos desde Nicaragua”, añadió.

Pero Martínez también cree que es importante “hacer un llamado de consciencia” primero a los artistas internacionales, para informarles que en Nicaragua existe una crisis de derechos humanos, democracia, justicia y libertades básicas.

Martínez opina que este tipo de actividades sí oxigenan al régimen sandinista en un sentido económico. “Los jóvenes habrían de tener un poco de valoración si es necesario asistir a este tipo de espacios, entendiendo la crítica situación en nicaragua”, opinó.

“Que se pronuncie”

Por otro lado, la joven activista y defensora de derechos humanos en el exilio, Diana Carballo, sostiene que “ambas perspectivas son válidas; es importante que haya espacios de recreación porque la nación concreta se encuentran en un estado crítico, pero al mismo tiempo genera un poco de ruido que en Nicaragua todos los días se violentan los derechos humanos“.

Carballo opina que, en lugar de boicotear el evento, “pediría más bien (a Laferte), ya que canta sobre feminismo y utiliza sus canciones para promover y demandar la protección a los derechos humanos, que también en ese acto, en ese concierto, se pronuncie por las mujeres, jóvenes y adultas, que son presas políticas“.

Aunque Laferte no se ha pronunciado al respecto, la cantante ha asumido personalmente causas sociales, como el feminismo que, en Nicaragua, es criminalizado por el régimen sandinista y también el ciclo de protestas chileno entre 2019 y 2020, donde tácticas de represión policial similares al del régimen sandinista fueron empleadas por el gobierno del expresidente Sebastián Piñera (2018-2022).

Laferte durante el Festival Viña del Mar 2020, junto a compañeras feministas. Foto: Universal Music

Disputas similares surgieron también cuando en 2022 el cantante de música regional mexicana, Christian Nodal, anunció su primer concierto en el país, el cual se dio a pesar de las críticas. Ese mismo año, el cantante venezolano Danny Ocean canceló su concierto en Nicaragua, alegando que “no apoya países en dictadura”.

Carballo admite que, de tomar Laferte una postura beligerante, las represalias que el régimen sandinista tome en su contra (una posible expulsión) sólo serviría para exponer más al régimen sandinista.

“Me parece que esa apuesta debería empezar desde ya. (Laferte) debería reconocer que en Nicaragua hay un Estado violador de los derechos humanos, un Estado que tiene expulsada a demasiada gente; es importante que deje evidencia de que su feminismo no sólo se queda en sus canciones“, concluyó Carballo.