William González: el joven periodista que destapó un escándalo de falsificación sobre Rubén Darío

Con apenas 24 años, González tiene ya varios libros de poesía publicados y galardonados. Pero es también un apasionado del periodismo.

  • San José, Costa Rica
  • 9:04 am
  • May 14, 2024

William González en Casa de América, conversando con la Radio Nacional Española.

Cortesía
República 18

Hace unos meses, cuando el joven William González empezó a trabajar para la ABC, no se imaginaba que iba a destapar uno de los mayores escándalos en la esfera cultural nicaragüense y, en realidad, de todo el mundo hispánico.

Nació en Managua hace unos 24 años y los primeros de su vida los pasó en Nicaragua, pero su acento, por colmado de ges y jotas desgarradoras, ceceante y con eses sedosas, delata que lleva en España un tiempo ya. “Desde que estaba en el colegio, tendría unos nueve o diez años”, revela en entrevista con República 18.

Se presenta como autor antes que nada. Primero ganó el premio Antonio Carvajal con su debut poético, Los nadies y más tarde ganó Hiperión con Inmigrantes de segunda, pero fue su segundo trabajo, Me duele respirar, laureado con el premio de poesía Francisco Ruiz Udiel, el que lo llevaría a posar su mirada de vuelta en Nicaragua.

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“Se titula Me duele respirar por las protestas que se produjeron en Nicaragua en el año 2018, porque ahí asesinaron a varios de mis amigos de la infancia“, lamenta González, quien todavía recuerda con cariño aquellos años.

Previo a Me duele respirar, González confiesa no haber tratado nunca con la investigación. Pero la curiosidad siempre lo definió, añade, y por ello, para el trabajo del poemario que lo acercaría a Nicaragua, incluso en esas circunstancias tan oscuras, se puso manos a la obra con un verdadero ímpetu metódico.

Fueron tres años de investigación periodística, investigando quiénes mataron a mis amigos, dónde los mataron, adónde viven las personas que los mataron” para informar al poemario. Cuando el exilio de nicaragüenses empezó a llevar a cada vez más de sus compatriotas a España, habló con ellos y buscó el testimonio de los perseguidos.

González recibe el premio Hiperión. Foto: Cortesía

Curioso y de letras, González cursa ahora un programa de doble grado en la Universidad Rey Juan Carlos. Entró por la filología hispánica, por querer “poner a los autores contra la pared”, pero admite haberse quedado por el periodismo, del cual se terminó “enamorando más” y así sigue, ya en la recta final de la carrera.

Con periodismo, hablamos de periodismo cultural, que fue su principal enfoque, su área de soltura. González, en el tiempo que lleva escribiendo para la ABC, destaca las entrevistas, las colaboraciones en reportajes, pero ahora todo el mundo está hablando de la exclusiva, un verdadero ‘destape’.

El Lote Bermúdez

González no cree haber descubierto el fuego en el caso del llamado ‘Lote Bermúdez’, un corpus de cerca de mil documentos atribuidos a Rubén Darío que, por medio de su investigación, logró trazar a un sólo individuo, Raúl Gerardo Bermúdez Balladares, quien habría vendido estos documentos a las universidades de Harvard y Arizona.

“A nivel académico la contienda es pública”, ‘peleada’ entre intelectuales de España y Nicaragua en varias campañas de teclado entre 2012 y 2016, según documenta la investigación.

“Otra cosa es que la gente se interesase, porque ahí están los artículos (publicados)”, señala González, y aclara que “la exclusiva es que lo pudimos revelar. La situación política de Nicaragua es la que es y hemos dejado claro que esta no es una exclusiva política, sino académica y cultural“, agrega.

Pero su contribución no es nada humilde. Haber destapado el escándalo más grande ligado al poeta nicaragüense, una vez publicado el reportaje en ABC Cultural, ha causado un verdadero terremoto. Silencioso y prolongado, por ello de ser un asunto de académicos, pero telúrico al fin.

Fueron tres meses, con días de trabajo de hasta doce horas, que González describe como “infernales”. La investigación lo llevó a hablar con una verdadera tropa de expertos desperdigados por Nicaragua, España y Estados Unidos, al punto que dice haber desarrollado cierto jet lag por las noches de entrevista.

González con la portada de su investigación. Foto: Cortesía

En la redacción bromeaban que lo último que me faltaba era resucitar a Darío para hablar con él“, y ríe.

Las amenazas

“Incluso recibimos amenazas. Fue una locura”, relata. No era la primera vez que enfrentaba amenazas. Cuando investigó para Me duele respirar, recuerda haber enfrentado incluso amenazas de muerte, pero no se dejó amedrentar ni entonces, ni mucho menos ahora.

“En correos nos decían que no nos metiéramos ahí, que íbamos a abrir un tema ya cerrado que no valía la pena. (Pero) estamos hablando de la universidad más importante del mundo, Harvard, que puede tener ochenta manuscritos falsos de Darío que compró a un falsificador nicaragüense. Y Arizona, otros novecientos. O sea que son casi mil”, detalla.

¿Cómo es que dos de las universidades más importantes del mundo fueron engañadas de esta manera?“, se pregunta González, junto a muchas otras personas, y subraya que el trabajo en el caso Bermúdez apenas y está empezando, y augura más revelaciones.

También se encontró con Jorge Eduardo Arellano, intelectual del régimen de Ortega que expresó hostilidad contra su trabajo. “Llegó a insultarme a mí y a mi medio” en una editorial publicada por el diario La Prensa. Aún dejando claro que no era así, Arellano acusó a González y a la ABC de haber politizado la investigación, lanzando acusación tras acusación.

El artículo que publicó Arellano no es propio de un verdadero académico e intelectual“, acota González.

Pero al final así es el periodismo y estas cosas son gajes del oficio“, expresa, con bastante satisfacción en la voz, antes de despedirnos.