Amaru Ruiz, el ambientalista ríosanjuaneño que denuncia la extracción minera ilegal en áreas protegidas de Nicaragua
Actualmente preside la Fundación del Río —organización a la que el régimen le arrebató la personería jurídica el 13 de diciembre de 2018— desde donde denuncia también la invasión de colonos armados en las comunidades indígenas y los crímenes que cometen. Ruiz vive en el exilio forzado
“Me consideró ríosanjuaneño”, dice entre risas, Amaru Ruiz Alemán, de 33 años de edad, quien nació en Managua, pero se crió en San Carlos, departamento de Río San Juan. Ruiz es biólogo con maestría en Responsabilidad Social y Derechos Humanos, se ha caracterizado por ser una voz crítica y de denuncia contra la extracción minera ilegal y la invasión de colonos armados a las comunidades de los territorios indígenas.
Antes de salir de Nicaragua, Ruiz trabajaba como consultor para varias organizaciones de la sociedad civil, y en la Fundación del Río y también era docente en la Universidad Centroamericana (UCA). Salió de Nicaragua el 14 de diciembre de 2018, en horas de la madrugada, un día después de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó cancelar la personería jurídica de la Fundación del Río.
“Me alertaron de que se me estaba creando un caso en la Fiscalía y que había sido circulado por la Policía”, esos fueron los motivos que empujaron a Ruiz a exiliarse en Costa Rica.
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Ruiz es defensor de los derechos humanos, biólogo, investigador y ambientalista, preside la Fundación del Río, una organización que desde 1990 trabaja en la conservación y desarrollo sostenible del sudeste de Nicaragua, a pesar de que el régimen no solo les despojó la personería jurídica sino que también le confiscó los bienes.
La dictadura se tomó las oficinas centrales de la Fundación del Río, en San Carlos el 13 de diciembre a las 11:40 p.m.
Exilio a Costa Rica y la Fundación del Río
Ruiz salió de manera irregular de Nicaragua para poder llegar a Costa Rica . Afirmó que el proceso de exilio fue un proceso complejo.
“El exilio al inicio fue una experiencia dura, porque cuando te vas sentís que perdés todo, me quitaron todo incluso patrimonio personal prácticamente te dejan sin nada y en la calle y es triste porque dejás tu familia y tu círculo de amigos eso te golpea. Y lo más lamentable que te ponen como un criminal como si uno fuera el que está cometiendo los delitos y lo que hay es una violación clara a los derechos fundamentales”, explicó Ruiz a República 18.
De hecho el presidente de la Fundación del Río reconoció que llegó a buscar asistencia psicológica por los diferentes duelos que había experimentado.
“Tuve que tomar estos procesos para enfrentar la nueva situación de exilio forzado y a partir de ahí continuar las acciones de defensoría ambienta e indígena que veníamos haciendo desde antes del incendio a Indio Maíz. Yo entendí que tenía que pasar un proceso para recuperarme para después avanzar”, refirió.
En cuanto a la Fundación del Río su presidente dijo que continúa trabajando y eso implica hacerlo a través de un monitoreo utilizando las herramientas disponibles y sobre todo con líderes e indígenas que “acompañan los procesos de denuncia de sus territorios y del área protegida, con más incidencia en el territorio de Bosawás y los asesinatos de mayangna y miskitos”.
Para Ruiz, una de las razones que le da fortaleza es “ver que las acciones de incidencia, logros y resultados que obtenemos como Fundación es un trabajo de la gente y resienten el cierre de las organizaciones ambientales y de otra índole para su capacidad de atender sus problemas, acompañar en los procesos de denuncia, y apoyarles en procesos organizativos, de la vida orgánica de sus gobiernos”.
Enseguida manifestó que ser la voz o funcionar como la vocería de las problemáticas invisibilizadas “genera satisfacción cuando la población reconoce el valor de tu trabajo y te da la posibilidad de que denuncies la situación porque ellos tienen miedo y riesgo de denunciar todo lo que viven”, destacó.
Nacionalidad española: “Es una acción de resistencia y solidaridad”
Ruiz mencionó que su trabajo sin duda causa inconformidad a la dictadura, prueba de ello es que por haber denunciado la masacre en las comunidades indígenas el régimen lo acusó con la Ley de Ciberdelitos y le despojó de su nacionalidad dejándolo “apátrida”.
Ante la acción represiva del régimen, Ruiz tomó la palabra del gobierno de España liderado por Pedro Sánchez que oficialmente ofreció la nacionalidad a todos los nicaragüenses declarados apátridas. Actualmente más de 50 connacionales han sido beneficiados.
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“Es un acto de solidaridad de España de poner a disposición un mecanismo eficaz para los declarados apátridas es muy importante, debido a que ninguno de los otros países latinoamericanos tiene un mecanismo como España, por eso hay que hacer un llamado a los gobiernos que expresaron su interés y respaldo a los nicas, a que construyan un mecanismo para hacer valer sus promesas”, señaló.
Remarcó que “es una acción de resistencia y solidaridad” puesto que te da un respaldo legal a tu estatus te da ciertas condiciones como documentos y pasaporte que son importantes para continuar con nuestra labor de denuncia”.
Ruiz no pierde la esperanza de tener un retorno seguro a Nicaragua, cuando sea un país “donde haya democracia, se respete los derechos humanos, y exista justicia. Es un motor que nos impulsa a continuar en esta lucha por la garantía de los derechos humanos y de los grupos vulnerables como las comunidades indígenas y medio ambiente”.
Concluyó mencionando que “los pueblos indígenas a pesar de sus diferencias siguen luchando por la liberación de sus propios derechos, de hecho la oposición nicaragüense tiene mucho que aprender de la resistencia indígena y afrodescendiente”.