Entre el maquillaje, la oficina y el activismo político: La historia de superación de Starina Jerez

Había pasado solamente un mes cuando el 10 de agosto de 2018, Starina Celeste Talavera Jerez se vio obligada a huir de Nicaragua junto a su hermana menor ante el encarcelamiento de su madre Irlanda Jerez, opositora y crítica del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Las dos sufrieron el dolor más fuerte e indescriptible que puede experimentar el ser humano: la separación de una madre e hija, y más aún si es de manera forzada.

La opositora Irlanda Jerez fue encarcelada el 18 de julio de 2018, por ser una de las principales figuras que impulsó la desobediencia civil en el mercado Oriental —el más grande de Centroamérica— y luego entre los micros, pequeños y medianos empresarios, durante el estallido de las protestas antigubernamentales. La comerciante Jerez pasó 329 días y noche encarcelada en la cárcel de mujeres La Esperanza, hasta que fue liberada el 11 de junio de 2019.

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“Yo seguí protestando por su libertad y en contra de los crímenes del régimen, era cuestión de tiempo que también me metieran presa al igual que a mi mamá y muchos otros”, argumenta Starina en cuanto a su obligación de exiliarse.

Empezar de cero en EE.UU.

Starina tenía 20 años cuando dejó su país, sus estudios, su universidad, amigos, compañeros de clases, familiares y a su madre en una cárcel. Estudiaba el segundo año de Negocios en la Universidad Americana de Managua (UAM). En medio de la nostalgia, la incertidumbre y el miedo se armó de valor para viajar junto a su hermana menor desde el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino a Miami, Estados Unidos.

Llegó a Miami donde tenía familia desde hace muchos años. “Aquí nos esperaba mi abuela materna y mi tía, hermana mayor de mi mamá, y fue quien nos recibió en su casa”, rememora Starina en entrevista con República 18.

Una vez que su mamá fue liberada, Starina y su hermana se reencontraron el 29 de junio de 2019.

Haberse exiliado le implicaba dos momentos difíciles en su vida: empezar de cero en el ámbito profesional y vivir con la incertidumbre de no saber cuándo su madre iba a ser liberada. Al igual que los nicaragüenses y otros migrantes le tocó trabajar de lo que le saliera, como dice ella, cualquier trabajo era honrado.

“A la semana mi tía y su esposo me ayudaron a conseguir trabajo y empecé en un supermercado como mesera, limpiadora hasta de cajera, ahí trabajé por seis meses y después en un salón haciendo uñas por un mes”, dice Starina, actualmente de 25 años.

Una vez que le llegó su permiso de trabajo decidió aplicar a Macy’s, la cadena de tiendas de ropa en EE.UU., donde la contrataron. “Estaba feliz”, confiesa sin imaginar que la llegada de la pandemia del Covid-19 le truncaría lo logrado, debido a que todas las tiendas cerraron.

Starina llegó a EE.UU. con un plus, dominaba el idioma Inglés, lo que “me ha ayudado muchísimo aquí en todo, en mis trabajos y sobretodo ahora en clases. Estoy empezando francés y espero no detenerme ahí”, sostiene.

Entre el maquillaje, la oficina y el activismo político

En marzo de 2020, el gobierno de Estados Unidos le dio el asilo político y ese mismo año, de la pandemia, Starina decidió hacer un curso en línea de Paralegal en Inmigración y la abogada que le llevó su caso de asilo la contrató. Empezó a trabajar desde junio de 2020 a la fecha.

“Ha sido una experiencia enriquecedora tanto profesional como humanamente, al conocer a tanta gente no solo de Nicaragua si no de muchos otros países del mundo que buscan legalizarse aquí”, menciona.

En ese mismo año, 2020, junto a su madre fundaron “Nicaragüenses sin Fronteras” una organización dedicada a asistir y orientar nicaragüenses en temas migratorios. Dice que “siempre me han gustado las leyes, incluso en Nicaragua quería sacar leyes y negocios”.

Starina menciona que en Estados Unidos para ser abogado primeramente se tiene que graduar de una carrera y por eso, “escogí Ciencias Políticas para poder entender cómo funciona el sistema aquí que es donde estoy viviendo, y después estudiar leyes”.

Además de trabajar como paralegal de inmigración, Starina trata de equilibrar sus días entre libros, trámites legales y la cosmetiquera.

“Trabajo como Maquilladora Freelance mayormente los fines de semana, que es donde hay bodas y eventos, lo empecé a hacer en Nicaragua en el 2017 y bueno, aquí lo continué poco a poco y ya el año pasado 2022 me fue muy bien en eso. He tenido otros trabajos al mismo tiempo que esos dos, trabajé vendiendo la línea de maquillaje y perfumes Gucci en las tiendas de diseñador por varios meses en el 2021 y 2022″, menciona Starina.

En 2022, le otorgaron la residencia en EE.UU, aprovechó el momento para convalidar sus notas de la UAM en la universidad de Florida FIU en Miami, y desde agosto de ese año está estudiando Ciencias Políticas.

“Me faltan dos semestres para finalizar la carrera y luego entraré a la escuela de Leyes para ser Abogada. En ambos semestres he estado en la lista de honor por excelencia académica y también en abril 2023 me gané una beca, solamente tres alumnos de la facultad la ganamos y fui la única nicaragüense. Yo estoy Inmensamente feliz estudiando y haciendo lo que amo, es una oportunidad de oro que no puedo ni quiero dejar pasar”, sostiene Starina.

Sobre su activismo político argumenta que en la actualidad es fundamental que los jóvenes se involucren.

“Creo que todos los jóvenes debemos tener una opinión clara y formada de la política de nuestro país e incluso de otros, por ejemplo, yo vivo aquí y también me interesa la política de EE.UU y por qué no, participar en diferentes espacios donde expongamos esas ideas. La política es un tema que desde muy pequeña me ha gustado por la historia tan dolorosa que ha vivido Nicaragua. Siempre hay que preguntarse, ¿por qué?, ¿quiénes? ¿cómo? Es que hemos llegado a este punto y así poder buscar soluciones de raíz”, menciona Starina.

A su vez, reconoce que admite que la política “es un campo difícil porque (los jóvenes) estamos sujetos a críticas y ataques, pero creo vale la pena si incidimos de manera positiva en nuestra comunidad”.