Socióloga feminista: “la Policía sólo recoge los cadáveres” de las víctimas de la violencia machista

Un fin de semana sangriento en Nicaragua aumentan las críticas contra el régimen de Daniel Ortega.

  • San José, Costa Rica
  • 8:55 am
  • May 7, 2024

María Teresa Blandón, activista feminista con amplia trayectoria en la defensa de los derechos humanos.

Cortesía
República 18

Entre el jueves, 3 de mayo y el domingo, 5 de mayo, 4 mujeres fueron asesinadas en Nicaragua en distintas circunstancias de exacerbada violencia machista. El total de asesinatos de mujeres por razón de su género asciende así a los 32, incluyendo 3 mujeres nicaragüenses violentadas en el extranjero.

“Es terrible que en apenas cuatro meses ya tenemos 32 mujeres fallecidas, incluyendo a la señora que fue brutalmente asesinada por su propio hijo“, dijo a República 18 la socióloga feminista María Teresa Blandón, refiriéndose al asesinato de Magda de Los Ángeles Noguera Vega, mujer de 76 años que fue prendida fuego por su propio hijo en Managua el pasado 18 de abril.

Para Blandón, el problema tiene “muchas dimensiones” y cree que, ante hechos de violencia tan agraviantes, la situación debería preocuparnos a todos.

“Así como hicimos con el COVID, cuando señalamos que el Estado no hacía nada, que nos mentía, que promovía concentraciones para que la gente se contagiara; pero la sociedad se movilizó para protegerse y salvar sus vidas. Eso mismo deberíamos hacer ahora en medio de una situación tan dramática como la que están viviendo las mujeres“, expresó.

El germen de esta clase de agresiones, según detalla Blandón, es plural, pero está segura que permea a la sociedad.  “Privan enormes desigualdades entre hombres y mujeres, muchas mujeres que están en situación de dependencia, pero también en aislamiento que las vuelve todavía más vulnerables a la violencia machista”, expone Blandón.

Lea además: Domingo sangriento: 3 feminicidios en menos de 48 horas en Nicaragua

Esta es una sociedad que no se ha cuestionado el papel de los hombres en la sociedad“, acotó.

Estado ausente

Al proliferar discursos “muy conservadores” que “apelan a una falsa unidad familiar”, Blandón resalta que el Estado es partícipe de perpetuar estas narrativas en busca de inculcar en las mujeres “obediencia” para que “se callen, que no denuncien y toleren toda clase de abusos”. De esa forma el Estado es un reflejo de la sociedad que rige.

Asimismo, Blandón señala a algunos medios de comunicación que contribuyen a estas ideas nocivas. “Siguen hablando de crímenes pasionales”, ejemplifica Blandón, “pero no existen: los hombres no matan por un acto apasionado; los feminicidas matan a una mujer porque nacieron y crecieron en una sociedad donde se fomenta una forma de ser hombre autoritaria, agresiva, impositiva, incapaz de negociar o dialogar”, añade.

“Cuando esos discursos se oyen en la escuela, en la calle, en la Iglesia y en todos lados, muchas mujeres terminan creyendo que es normal que un hombre les grite, que las empuje, que las amenace, que las viole, que las insulte en la calle hasta llegar a lo que sabemos, al feminicidio“, denuncia la activista.

El Estado hace poco y lo que hace, lo hace muy mal, lamenta Blandón.

No coloca el foco donde debe ser, no proporciona a las mujeres ni los conocimientos, ni los recursos, ni las herramientas para que ellas conozcan y defiendan sus derechos” ni tampoco está generando un clima favorable para hablar de estos temas “porque el propio Estado está polarizando el discurso público“, a fin de mejorar su posición de control sobre la sociedad nicaragüense.

Sin recursos ni disposición

Está tratando de ocultar la gravedad del problema de la violencia y está mintiendo a la ciudadanía“, declara Blandón.

Blandón ejemplifica con el caso de las Comisarías de la Mujer. El pasado 2 de mayo, la Policía Nacional anunció la apertura de la comisaría 317. Las comisarías deberían ser espacios dedicados a ayudar a las mujeres ante situaciones de violencia, de modo que obtengan justicia mientras salvaguardan su propia seguridad.

“Nosotras (las feministas) sabemos que eso es mentira: lo que tienen son escritorios con máquinas viejas, con policías que no han sido capacitados y ni siquiera conocen la Convención para la eliminación de la violencia hacia las mujeres o la Constitución o la Ley 779; no saben cómo atender a una víctima de violencia”, explica.

Las feministas nicaragüenses no pueden expresarse en Nicaragua, por lo que, desde el exilio, deben exigir derechos que en otros países son garantías. Imágenes de la marcha de feministas nicaragüenses del 8 de marzo, 2024, en San José, Costa Rica. Foto: República 18

Pero Blandón sostiene que incluso con la capacitación y la disposición, el Estado no dedica los recursos necesarios para abordar la problemática de manera efectiva.

No hay recursos para que la Policía, incluso si estuviese dispuesta y capacitada, pueda trabajar. Han hecho cosas absurdas como los quioscos electrónicos que han puesto en algunos municipios para que las mujeres denuncien en línea, pero ni siquiera saben cómo utilizarlos, están inconexos y cuando logran denunciar, nadie responde”, agrega.

Otras medidas contraproducentes han sido las liberaciones periódicas de miles de reos comunes, con procesos irregulares que Blandón y otras activistas han denunciado, o el destino de recursos policiales a la represión y el encarcelamiento de cientos de personas por razones políticas desde 2018.

“No hay refugios, no hay procesos de investigación temprana. La Policía se ha dedicado literalmente a recoger los cuerpos de las mujeres“, concluye Blandón.

Más noticias de Ahora

Seguir