Denuncian primer feminicidio de 2024 en Matagalpa
Aunque se presume que la víctima murió a manos de su expareja, no se ha logrado identificar al autor del delito.
Policía se presenta a la escena de los hechos.
La matagalpina Maryluz Arceda Guido, de 39 años, fue asesinada el domingo 7 de enero presuntamente por su expareja, hasta ahora no identificado, convirtiéndose así en la primera víctima mortal de la violencia machista en 2024.
Arceda habitaba en la comunidad de Buena Esperanza, municipio de San Ramón, Matagalpa, donde se presume ocurrió el delito, según los reportes de medios locales y nacionales. Arceda deja 6 niños en la orfandad.
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El medio oficialista Canal 8 aseguró que la víctima había visitado a su hija, Martha Talavera Arceda, con anterioridad, comentándole entonces que su expareja “la había amenazado”. Talavera hija de la víctima, señaló que ya habían interpuesto denuncia en la Comisaría de la Mujer.
Aunque no se ha esclarecido con exactitud la secuencia del ataque, medios locales y reportes a medios oficialistas apuntan a que el delito ocurrió mientras Arceda y su actual pareja, un ciudadano identificado como Sebastián Sevilla, realizaban diligencias en la hacienda Buena Esperanza, en la localidad del mismo nombre.
La expareja de Arceda habría atacado a ambos con un machete, dejando a Sevilla malherido y a Arceda interfecta. Trabajadores de la hacienda trasladaron a Sevilla al hospital Cesar Amador Molina de Matagalpa, donde su estado de salud es delicado.
“Después de asesinarla, la arrojó a un barranco, en medio de árboles y maleza, dándose a la fuga”, aseguró el medio oficialista. La Policía Nacional ahora investiga el delito.
2023 cerró con 74 víctimas nicaragüenses de la violencia machista, 22 de ellas en el extranjero, según los datos del Observatorio contra la violencia de Católicas por el derecho a decidir. En su mayoría, se trató de víctimas jóvenes, de entre 18 y 35 años, con vínculos sentimentales presentes o pasados con su victimario.
En relación a 2022, hubo un aumento general de 6 casos, así como el doble de estos delitos en el extranjero, reflejando las dimensiones del éxodo nicaragüense y las amenazas que enfrentan las mujeres por razón de su género y estatus migratorio.
