Régimen sustituirá nombre de los hospitales que tengan que ver con la Iglesia católica

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no da tregua a sus ataques contra la Iglesia Católica de Nicaragua, institución a la que recientemente a través de la Policía acusó de “actividad ilícita” e inició un proceso de investigación a las Diócesis del país. Una fuente médica, bajo anonimato, confió a República 18 que el régimen sustituirá los nombres de las instituciones, en particular de los hospitales, que hayan sido inaugurados con los de Santos o sacerdotes de la Iglesia.

La fuente precisó que en Camoapa el “Hospital Primario San Francisco de Asís” y también el de Boaco que se llama “Hospital José Nieborowski” dejarán de llamarse y portar esos nombres, y se prevé que la medida represiva se extienda a otros departamentos.

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Sobre esta medidas, la abogada y autora de la Investigación “Nicaragua: una Iglesia perseguida”, Martha Patricia Molina, refiere que “los sandinistas siempre han pretendido cambiar la historia del país y la mundial y contar su propia versión, ellos creen que cambiando nombres el pueblo borrará de su memoria lo nefasto que son, y ahora ellos se están enfrentando a una generación que se informa y que genera su propio criterio”.

Cardenal desconocía de la acusación

Este domingo el cardenal Leopoldo José Brenes, cardenal y arzobispo metropolitano de Managua, al finalizar la santa eucaristía dijo que desconocía los detalles de la acusación de lavado de dinero que el sábado 27 de mayo hizo la Policía contra las Diócesis del país e invitó a los católicos a mantener “la calma” y a no “dejarse influenciar por las redes sociales y los medios de comunicación que exageran todo”.

“Les invito también, ante esta situación que están viviendo nuestras parroquias a no perder la calma y tampoco no escuchar muchas noticias, muchas publicaciones que exageran. Dicen fuentes fidedignas, pero nunca se revelan las fuentes fidedignas. Así que mantengamos la calma, la tranquilidad, que sin duda alguna el Espíritu Santo es el que va llevando a esta iglesia y pronto tendremos las soluciones respectivas. Nuestras parroquias siguen trabajando”, refirió Brenes.

Cabe mencionar que el sábado la Policía a través de un comunicado que divulgó confirmó el congelamiento de cuentas a las Diócesis e informó de la investigación que realiza y la apertura de un proceso contra la supuesta red de lavado de dinero.

El silencio no ha sido el mejor aliado

A lectura de Molina, el cardenal tiene “derecho a decir lo que quiera. Uno puede estar de acuerdo o no”.

Destacó que “los católicos somos seres pensantes y con criterio propio y lo que opine el señor Brenes no es palabra de Dios. Todo católico está en el deber de seguir los dictados de su propia conciencia”.

La investigadora remarcó que si bien es cierto guardar silencio como estrategia, también es un derecho y hay que respetarlo, hasta ahora no ha funcionado, debido a que “es la Iglesia Católica que está siendo perseguida y criminalizada por el Estado. Sin embargo, el silencio no ha sido el mejor aliado y eso ha quedado evidenciado con las últimas acciones criminales de la dictadura”.

Sobre las declaraciones del Brenes en cuanto a los medios de comunicación opina que son irresponsables y peligrosas.

“Decir que los medios de comunicación publican noticias exageradas y que nunca revelan quienes son sus fuentes fidedignas es irresponsable, desatinado y peligroso porque él es una autoridad eclesiástica y su palabra no solo tiene el peso de él individualmente sino también que habla en nombre de una institución y con sus recientes declaraciones está desacreditando el trabajo de los medios de comunicación”, sostiene Molina.

A su vez, no duda en señalar que el mensaje que envía con su proceder “es que la más de 529 hostilidades cometidas —que han sido documentadas por ella— por la dictadura en contra de la iglesia católica son inexistentes y hoy hasta él está siendo investigado no por un delito doméstico, menos grave sino por el Blanqueo de Capitales, un delito tan peligroso que hasta instituciones mundiales como el Grupo de Acción Financiera (GAFI) ha formulado 40 recomendaciones a todos los países para que adecuen su legislación y combatir ese flagelo”.

Concluye mencionando que “da la impresión de que el señor Cardenal vive en una burbuja, es desinformado y esto no porque yo lo afirme sino porque el lo ha dicho públicamente que no lee noticias. El Papa todos los domingos habla de las situaciones criticas que viven los países del mundo porque es un hombre informado. El papa Francisco es un sacerdote informado”.