Las probabilidades de un tercer diálogo entre una oposición fracturada y un débil Daniel Ortega en 2023
Está por verse qué depara el panorama político en Nicaragua, mientras la ciudadanía continúa demandando justicia y la dictadura se enfrenta al aislamiento internacional debido a la bota represiva que mantiene sobre los nicaragüenses
![Diálogo](https://republica18.com/wp-content/uploads/2023/02/Dialogo.jpg)
Aunque la oposición política nicaragüense se encuentra descabezada tras la detención de sus principales liderazgos en 2021, durante las últimas semanas ha surgido nuevamente la posibilidad de un diálogo 3.0 con la dictadura de Daniel Ortega. ¿Qué se puede esperar de un probable tercer diálogo o negociación? ¿Qué tan viable es? ¿Qué puede significar para el país? Estas y otras interrogantes son analizadas por actores claves y opositores que se encuentran en el exilio.
Para el exdiputado Enrique Sáenz, el plantearse un diálogo es únicamente una acción hábil y engañosa de Ortega para obtener algo en su beneficio, que siempre le ha dado resultado durante su carrera política.
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“Ortega con los únicos que está dispuesto a negociar son con los gringos. Son los que él piensa que le pueden garantizar lo que él quiere. No hay que ser adivino para saberlo: impunidad para él y su círculo de poder. En segundo lugar, garantía de preservación de la riqueza que ha adquirido fraudulentamente”, asegura Sáenz.
A criterio del también analista político y economista, el único objetivo del dictador es mantener el poder al menos hasta el 2026 sin que nadie ni nada le perturbe. Mientras se asegura las condiciones para proteger su dinastía, un objetivo que tiene para un largo plazo. Como los Castro en Cuba.
Ortega nunca cumple lo firmado
En Nicaragua, luego de la insurrección cívica que comenzó en abril de 2018, hubo dos encuentros de diálogos para encontrar una solución a la crisis sociopolítica en donde la ciudadanía exigía la renuncia de Daniel Ortega por la represión desmedida y el asesinato de manifestantes. El primer diálogo comenzó el 16 de mayo de 2018 entre líderes sociales, civiles, religiosos y económicos con Ortega, Rosario Murillo junto a su cúpula de poder. No se logró básicamente nada.
La segunda versión del diálogo nacional duró 35 días y concluyó sin acuerdos, en abril de 2019. La “falta de voluntad política real” de la dictadura para salir de la crisis sociopolítica se mostraba una vez más.
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El régimen se rehúsa a negociar el adelanto de elecciones, así como la investigación de la masacre y los asesinatos que se venían cometiendo sistemáticamente en una Nicaragua que aún sangraba.
Este último diálogo fracasado, según la ciudadanía, críticos y especialistas, únicamente le sirvió a la dictadura para tomar un respiro, reorganizarse y desatar con más fuerza la represión, a punta de sangre y fuego, con la llamada “Operación Limpieza”, que dejó centenares de muertes de manifestantes por todo el país.
Régimen tiene que mostrar voluntad para diálogo
El politólogo y también exdiputado, Eliseo Núñez, sostiene que para que Ortega pueda ser creíble en un diálogo tiene que mostrar voluntad política y “dar pasos adelante”, es decir liberar sin condiciones a las personas presas políticas, así como establecer garantías constitucionales, como la libertad de expresión, asociación y manifestación.
![Diálogo actores](http://republica18.com/wp-content/uploads/2023/02/Dialogo-actores-1024x612.jpg)
En las actuales circunstancias, dice Núñez, cualquier diálogo con el dictador sería más similar a un armisticio que un diálogo. Armisticio se refiere a un acuerdo que firman dos o más países en guerra cuando deciden dejar de combatir durante cierto tiempo con el fin de discutir una posible paz.
“Con esa opción veo a los Estados Unidos, que sí tienen una buena palanca para negociar con ellos (el régimen). Pero no visualizo a Daniel Ortega en disposición de negociar nada. De hecho, por el contrario, han dado pasos para desdolarizar la economía y depender menos del dólar, intentando girar con la economía hacia China y Rusia”, puntualiza Núñez.
El analista asegura que se pretende desligar la dependencia de la economía nicaragüense con respecto al dólar estadounidense, porque creen que de esa forma evitarán el tener que conceder espacios democráticos, una medida que exige Estados Unidos y que el dictador Ortega no está dispuesto a ceder.
Otro diálogo, “carece de sentido”
Si existe un movimiento en el terreno político nicaragüense que se está preparando para un diálogo con la dictadura, lo primero que debe mostrar es quiénes son los interlocutores y el contenido de las conversaciones a dialogar, sugiere Gonzalo Carrión, abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Carrión plantea que existen graves y sistemáticas violaciones de derechos humanos que se mantienen en impunidad y que, cualquier sentido de negociación para ponerle fin a toda la crisis humanitaria que atraviesa el país, “carece de sentido si se desconoce a la población y todos sus derechos humanos”.
A criterio del defensor de derechos humanos, “cualquier intención de buscar solución a la crisis, no puede ser a espaldas de un pueblo. Porque el proyecto de vida de todo un pueblo ha sido lesionado, ha sufrido graves atentados y lo sigue sufriendo durante casi ya cinco años de persecución sistemática”.
Carrión critica que haya quienes deseen convivir o cohabitar con la tiranía, “pero lo cierto es que un sector no puede determinar la vida ni el presente de todo un pueblo”.
“¿Quién negociaría con Ortega? ¿Los compinches que le quedan en la cúpula empresarial? Tan desprestigiados están que no pueden agregarle un gramo de legitimidad a la dictadura”, cuestionó el economista Enrique Sáenz.
Presos políticos no son moneda de cambio
Juan Diego Barberena, abogado y miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional (UNAB), concuerda con el hecho de que las posibilidades de un diálogo con la dictadura son mínimas, ya que mantienen su discurso frontal de perpetuarse en el poder, con su retórica “que han vencido un intento de golpe de Estado”.
![Diálogo víctimas](http://republica18.com/wp-content/uploads/2023/02/Dialogo-victimas-.jpg)
“No hay ninguna posibilidad de un diálogo con la dictadura en este momento, mucho menos con estas condiciones asimétricas: con personas presas políticas que están en condiciones inhumanas, con un Estado de sitio impuesto en las calles, con más de 200 mil personas exiliadas solamente en Costa Rica”, sostiene Barberena.
Asimismo, aclara que Estados Unidos no avalaría un diálogo en las actuales condiciones represivas, ya que son “peores que las del 2019”, tomando en cuenta que los presos políticos, “tampoco son una moneda de cambio para una negociación”.
Está por verse qué depara el panorama político en Nicaragua, mientras la ciudadanía continúa demandando justicia y la dictadura se enfrenta al aislamiento internacional debido a la bota represiva que mantiene sobre los nicaragüenses.