“Querían borrarnos de la faz de la Tierra”: un año después de la desnacionalización del grupo de los 94

El grupo de los 94 desnacionalizados continúa trabajando para que Nicaragua vea nuevamente la democracia, demostrando que la nacionalidad va más allá del papel.

  • San José, Costa Rica
  • 11:55 am
  • Feb 15, 2024

Ana Quirós, Uriel Pineda e Irlanda Jerez hablaron con República 18 sobre su experiencia al perder su nacionalidad.

República 18
República 18

Hace un año, el régimen sandinista de Daniel Ortega despojó de su nacionalidad a 94 ciudadanos nicaragüenses, opositores políticos, que en su mayoría permanecían exiliados en el extranjero a razón de las políticas represivas instauradas a partir de la crisis de 2018.

Entre los 94 se encontraban periodistas, activistas, abogados y otros opositores con amplia preparación, a quienes el régimen denominó “traidores a la Patria” y confiscó sus propiedades en Nicaragua.

“Creían que con esas brutales acciones represivas aplastarían nuestra dignidad, nuestro espíritu de lucha y nuestro compromiso con el pueblo nicaragüense. Le informamos a los dictadores que fracasaron“, se pronunciaron en conjunto los 94, por medio de un comunicado.

“Yo sigo siendo nicaragüense”

Un año después de esta “descabellada” afronta del régimen, como la califica la activista Ana Quirós, la defensora de derechos humanos recuerda haber recibido con sorpresa la noticia de su inclusión en el grupo de los 94, puesto que, cuando fue expulsada del país un 26 de noviembre de 2018, ya le habían informado del revocamiento de su nacionalidad.

“En esta ocasión se agregaban algunos elementos: el declararnos traidores a la Patria, prófugos de la justicia y, además, decidir borrarnos del registro civil, como si nunca hubiéramos existido“, dijo Quirós a República 18.

“Esto último es probablemente lo que más impacto pudo tener en mi caso porque afecta no sólo a mi persona, sino también a mi familia. En el caso de mis hijos, que son de madre soltera, al borrar mi nombre, ellos automáticamente también son borrados del registro civil de Nicaragua“, explicó Quirós.

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La revocación de su nacionalidad también borró de golpe casi 40 años de contribuciones al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), agregó la activista.

Ana Quriós durante una manifestación en contra de la violencia contra la mujer, demandando la liberación de presas políticas.

“Pretendían borrarnos de la faz de la Tierra alterando el registro civil de manera arbitraria e ilegal”

Yo sigo siendo nicaragüense como lo era hace un año y como lo era hace cinco años, cuando me expulsaron del país, y como lo era hace casi seis años para cuando me atacaron el 18 de abril, y sigo comprometida y convencida de que Nicaragua debe ser libre con justicia, democracia e igualdad“, comentó.

Pero en medio de esas dificultades, Quirós considera que la decisión tuvo un efecto unificador entre el ahora “grupo de los 94”, “un grupo de gente que, probablemente, de otra manera no nos hubiésemos juntado y hoy hacemos denuncias, trabajos y actividades para continuar nuestra lucha contra el régimen, trabajando por Nicaragua“.

“Me invadió la inseguridad”

Otro sorprendido fue el abogado especializado en derechos humanos, Uriel Pineda, sobre todo porque su “labor de incidencia no era política. Yo no estoy organizado de cara a acciones opositores“, sino que se dedicaba, principalmente, a escribir artículos de opinión y de teoría jurídica de los derechos humanos.

Pineda relató a República 18 cómo lo “invadió una inseguridad al analizar el alcance” del golpe. “Te das cuenta de que no vas a poder volver a tu país, hay gente que no vas a ver, lugares que ya no vas a visitar; eso te anula el sentimiento de pertenencia, te afecta emocionalmente“, lamentó.

Uriel Pineda tiene una larga trayectoria como abogado y defensor de derechos humanos.

“Esto reafirma la naturaleza no sólo criminal, sino también desalmada del régimen Ortega-Murillo, ante la comunidad internacional”

Pero Pineda considera que el objetivo de la revocación de la nacionalidad contra los 94 opositores era el desgaste. “Más allá de castigar, es el hecho de desmovilizar a este grupo de personas que venía, de alguna manera, alzando la voz por lo que ocurría en Nicaragua y denunciando constantemente las violaciones a derechos humanos“, evaluó el abogado.

Asimismo, Pineda considera que “las organizaciones internacionales de derechos humanos, pensemos en la Comisión Interamericana específicamente, no estaba preparada ante una situación tan sui generis, tan singular. No estaría claro si le ha dado, hasta el momento, la atención adecuada”, pero aseguró que ha habido esfuerzos positivos.

Por ejemplo, Pineda se encuentra entre un grupo de opositores a quienes el gobierno de España extendió la nacionalidad para evitar la apatridia. El abogado lo denominó “gesto enorme de solidaridad“, el cual recibió el 14 de junio de 2023.

Pineda decide enfocarse en ese gesto humanitario un año después, y también con sus ramificaciones diplomáticas. “Países condenaron y apoyaron en menor medida, como Chile, Ecuador y Colombia, e incluso obligó a países aliados silenciosos de Ortega como México a reaccionar. Yo creo que eso fue muy valioso y muy importante“, concluyó el abogado.

“Jamás nos cansaremos de luchar”

“Ha sido una de las medidas draconianas que hizo por ser opositores que estamos continuamente exigiendo el fin de esta dictadura diabólica, satánica, criminal que tenemos en Nicaragua“, dijo Irlanda Jerez, activista opositora y ex-presa política exiliada en Estados Unidos, a República 18.

Jerez sostiene que “este año ha pasado como siempre” para ella, “en un activismo permanente contra la dictadura“.

“Independientemente de lo que la dictadura haga, nosotros jamás nos cansaremos de luchar”

“Te puedo asegurar que (perder la nacionalidad) te afecta emocionalmente, pero nos inyecta más ánimo y más energía, más fuerza para continuar luchando por una Nicaragua libre y democrática“, agregó Jerez, quien también comentó cómo viajar se ha complicado bastante para muchos de los afectados.

Estamos tratando de recomenzar nuestras vidas y se nos dificulta el hecho de no tener un pasaporte. Yo no tengo un pasaporte en este momento. No puedo salir ni siquiera de Estados Unidos” sin recurrir a instancias más complejas, explicó Jerez.

Un año después, los opositores mantienen vivo su compromiso con el país que el régimen Ortega-Murillo les arrebató. De esa manera prueban que la nacionalidad, como apunta el derecho internacional, no es una concesión del Estado, sino una característica innata cuando no un compromiso cívico.