“El exilio forzado me ha enseñado a ser más fuerte y firme”: la historia de Valeska Valle

Valle es presidente y fundadora del Movimiento Universitario 19 de abril (MU19) y desde marzo pasado se encuentra en Costa Rica. Esta es su historia

  • 1:37 pm
  • Ago 28, 2023
República 18

Jessenia Valeska Valle Duarte, mejor conocida como Valeska Valle, tiene 27 años y nació un jueves 31 de agosto de 1995 en Masaya. “Me crié hasta los 7 años ahí entre la Villa 10 de Mayo y una finca camino a Tisma”, contó a República 18. La joven universitaria apuntó que si le tocará describirse con una frase sería “transformé su rencor en conocimiento, vencí su miedo con amor y edifiqué en mi ser un poder que excede lo convencional”.

Antes de involucrarse en las protestas de 2018, Valle estudiaba Contaduría Pública y Auditoría en la Universidad Centroamericana (UCA) y estaba trabajando como auxiliar contable y tenía un par de meses como coordinadora de la Pastoral Juvenil Nuestra Señora de Lourdes en su comunidad.

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Desde la Pastoral Juvenil mencionó que “pude servir en el área de finanzas de la Zona Central de la Arquidiócesis de Managua, un servicio que me apasionaba porque trabajaba con jóvenes de distintas edades, con distintas realidades y partes del país”.

Valle es presidente y fundadora del Movimiento Universitario 19 de abril (MU19).

Su participación en la lucha cívica

Valle aseveró que su motivación primordial para unirse a las protestas en 2018 se centró “en el futuro de mis hermanos menores y sobrinos”.

“La angustia de imaginar el legado de un país carente de oportunidades para ellos me llenó de impotencia. Esta profunda preocupación por las generaciones venideras se convirtió en mi fuerza impulsora”, mencionó.

A su vez, señaló que el sentimiento de injusticia que surgió a raíz de la violencia utilizada en la reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) también desempeñó un papel fundamental en su participación.

La joven opositora Valeska Valle.

“La idea de priorizar intereses políticos sobre el bienestar de los nicaragüenses, especialmente de los jóvenes, y poner una afiliación política por encima de los valores familiares y de la unidad del núcleo familiar, es algo que considero inaceptable. Fue esta convicción la que me llevó a abandonar mi hogar y tomar acción, consciente de las incertidumbres que el futuro podría presentar”, compartió.

También manifestó que su determinación ha sido hasta el día de hoy clara “contribuir a la creación de un nuevo y esperanzador futuro para Nicaragua, sin permitir que un partido político prevalezca sobre la justicia y la unidad de nuestro país”.

“El exilio forzado me ha enseñado a ser más fuerte y firme”

El 28 de marzo de 2023, Valle se vio forzada a abandonar Nicaragua como consecuencia de la brutal persecución a cualquier opositor en el país bajo circunstancias fatales. Contó que la Policía Nacional irrumpió en el refugio que, en absoluta clandestinidad, había sido su hogar seguro.

“Ese lunes 27 de marzo no solo estuvo marcado por amenazas, sino también por la notificación de que ya no era considerada ciudadana nicaragüense. En una secuencia de eventos violentos, presentaron de un momento a otro una orden de captura en mi contra por el cargo de ciberdelitos y traición a la patria. El allanamiento ilegal en la casa de mi madre añadió un elemento de urgencia a mi situación y con el propósito de garantizar mi integridad física y mi libertad, tomé la decisión de partir en condiciones irregulares”, recordó.

Actualmente, se encuentra refugiada en Costa Rica, aseveró que la experiencia ha sido como “subirse a una montaña rusa de emociones”.

“Llegué aquí con una pequeña bolsa que contenía un suéter, pero también llegué con una determinación más firme que nunca”, mencionó a pesar de todos los desafíos que ha enfrentado, especialmente en el ámbito económico.

“Sigo adelante con valentía, cada día implica considerar mi carrera y mi familia, y permanecer en un país que parece estar a un paso de Nicaragua, pero que requiere un esfuerzo adicional para sobrellevar. Mi lucha tiene un compromiso adicional que radica en dejar una marca duradera que beneficie a muchos jóvenes aquí en Costa Rica. Estoy convencida de que ningún joven debería experimentar lo que he sobrevivido”, indicó.

Valle confesó que haber vivido la detención arbitraria de su compañero de lucha, Jasson Salazar en el exilio ha sido lo más difícil que le ha tocado vivir.

“El exilio forzado me ha enseñado a ser más fuerte y firme en un entorno donde la dictadura busca aislarme y desalentarme. A pesar de los intentos por arrebatarme todo lo que me rodea, mantengo inquebrantable mi conciencia y la convicción de seguir adelante. Tanto dentro como fuera de Nicaragua, mi compromiso de lucha persiste con la misma intensidad que en aquel 19 de abril. No me intimidan los caites sucios de la dictadura”, manifestó.

Sus proyectos

La joven universitaria compartió que como parte de su visión hacia el futuro, aspira a trasladarse a otra institución académica para completar sus estudios universitarios en el mediano plazo.

“Aunque estuve a punto de concluir mi licenciatura en Nicaragua, mi trayecto tomó un giro debido a las múltiples experiencias en mi papel político. A pesar de que mi pasión siempre estuvo en la auditoría, he encontrado un profundo interés en la escritura, el derecho y la economía, lo cual me ha llevado a explorar diversas opciones para ampliar mis habilidades en este nuevo rol político que he asumido”, manifestó.

De izquierda a derecha, Valeska Valle, la joven opositora y presidenta del Movimiento Universitario 19 de Abril junto a otros jóvenes activistas.

Pero Valle enfrenta, como muchos nicaragüenses en el exilio, buscar y encontrar los requisitos legales necesarios para continuar su carrera especialmente considerando que muchos de sus documentos fueron robados por la Policía: “A medida que me adapto a estas circunstancias, también estoy dedicando esfuerzos a consolidar mi estabilidad económica, sobretodo para respaldar mis metas académicas y profesionales en este emocionante camino que he emprendido”, dijo.

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Mencionó que aunque aún no cuenta con refugio ni asilo, “persevero a pesar de las dificultades”.

Desde su llegada a Costa Rica, ha retomado su papel como vocera pública en el Movimiento Universitario 19 de abril, y “mi compromiso pleno es sumar fuerzas en esta lucha en todo lo que se pueda. Además, valoro profundamente la posibilidad de transitar por las calles de Costa Rica sin sufrir acoso ni persecución. Después de pasar cinco años viviendo en la clandestinidad, poco a poco estoy recobrando la capacidad de realizar actividades que antes eran inaccesibles, como algo tan simple como ir a la pulpería”.