La bruja mensajera de Bocana de Paiwas: una historia que busca multiplicar el apoyo entre mujeres

Con esta obra, Chavarría busca transformar la escritura en una herramienta de sanación colectiva y lucha política.

  • 9:19 am
  • Mar 27, 2025

Jamileth Chavarria se define activista feminista y defensora de derechos humanos.

Cortesía
República 18

La activista, feminista y defensora de los derechos humanos Jamileth Chavarría Mendieta ha iniciado una campaña para recaudar 5 mil euros, con el objetivo de imprimir su libro “La Bruja Mensajera de Bocana de Paiwas”; vender la publicación y donar los ingresos a una organización que financia proyectos liderados por mujeres defensoras.

Según Chavarría, su obra es “una autobiografía reivindicativa que narra su viaje de resistencia, supervivencia y empoderamiento”, no solo propio, sino también de muchas otras mujeres con trayectorias similares.

Es originaria de Bocana de Paiwas y asegura que es la zona más céntrica de Nicaragua, aunque recuerda que  siempre tenían disputas con otra comunidad llamada El Toro, porque decían que allí estaba el verdadero centro del país. “Pero nosotros sabemos que no es así”, dice entre risas.

Exilio y reconstrucción en Madrid

Chavarría actualmente vive en el corazón de España, Madrid.  Antes de migrar, trabajó en la Casa de la Mujer de Paiwas, espacio que con el tiempo fue cerrado, cuenta.Lo único que nos queda son los sueños, las esperanzas… todo lo que alguna vez fue”, lamenta. 

Debido a su activismo y a las amenazas de muerte que enfrentaba, se vio forzada a abandonar Nicaragua en 2011, inicialmente por un año. Sin embargo, la agudización de la represión a partir de 2018 hizo que se quedara allá.

A su llegada a España, Chavarría trabajó durante cuatro años como empleada del hogar en modalidad interna, un empleo que describe como una “cárcel moderna” por el desgaste físico y emocional que conlleva. 

Asegura que esta forma de trabajo la llevó a atravesar un proceso de deterioro en su salud mental, procesos de atención de salud mental sin resultados, fue hasta que encuentro con una psicóloga nicaragüense la animó a retomar la escritura como una forma de sanación y resistencia.

Escritura para sanar y visibilizar a otras mujeres

A través de la escritura, Chavarría encontró una vía para expresar  sus dolores, pero también para visibilizar las historias de otras mujeres. “No desde la mirada de la víctima, sino como una alternativa de salud, de sanación”, explica.

El resultado de su trabajo de sanación fue  “La Bruja Mensajera de Bocana de Paiwas”, cuyo prólogo fue escrito por la reconocida escritora nicaragüense Gioconda Belli y cuya primera edición de 50 ejemplares fue financiada con recursos propios.

Chavarría cuenta que el libro fue presentado el 7 de diciembre pasado en el Centro de Empoderamiento de Empleadas del Hogar en Madrid, únicamente ahí. 

“No quise llevarlo a otro lugar porque quería demostrar que no solo somos trabajadoras del hogar. Cada mujer tiene su historia, su experiencia, aunque no haya podido homologar su título profesional”, destaca. 

Portada del libro “La Bruja mensajera de Bocana de Paiwas”. Cortesía

En busca de que se reconozca el trabajo del hogar 

Como parte de su lucha constante Chavarría participó en la creación de la cooperativa COMALA, integrada por 23 mujeres migrantes, de las cuales 18 son socias trabajadoras.

 “Nos dimos cuenta de que ni el Estado ni la sociedad reconocen a las trabajadoras del hogar, así que decidimos organizarnos”, relata. La cooperativa les permite tener un empleo digno, acceso al régimen general de seguridad social y autonomía en la toma de decisiones.

Apunta que “los cuidados son un derecho humano, no una mercancía”, afirma con firmeza, explicando que muchas de sus usuarias son personas mayores con pensiones inferiores a los 600 euros. Por eso, COMALA trabaja sin fines de lucro, desde una la economía social, apunta. 

Pensar diferente es peligroso en Nicaragua

Desde el exilio,Chavarría sigue atenta a la situación de su país y la región, lamenta que “ser feminista en Nicaragua es peligroso, pensar diferente es peligroso. Pero aunque parezca que no estamos haciendo nada, la lucha sigue”, asegura. 

Al preguntarle sobre qué cosas la han sostenido durante el tiempo fuera de su patria asegura que la terquedad.

Para Chavarría, el feminismo no es una teoría, sino una forma de vida que pasa por el cuerpo. La clave ha sido la alianza con otras mujeres, migrantes o no y la certeza de que el saber acumulado y la experiencia no se pierde al cruzar fronteras: “Venimos con una mochila de experiencias. No hay que desconectarse”, señala.

Con su libro y su historia, Chavarria busca tender puentes y generar fondos para acompañar a otras mujeres defensoras en Centroamérica. Y aunque tiene más proyectos en mente, por ahora se los reserva. “Algún día los contaré. Lo importante es que seguimos soñando, seguimos escribiendo, y seguimos luchando”, finaliza. 

Para apoyar la campaña de Chavarría puede donar en este enlace de Gofundme.