Carlos Mejía Godoy: “No nos sorprende este nuevo atropello a la libertad de creación”
El mítico cantante de la Revolución de 1979, en una carta abierta en relación a la ley de protección al “patrimonio Sandinista”, dijo que ante esta aberración solo cabe una actitud firme de unidad
Ante la iniciativa de ley que “declara la Bandera, el sello, las canciones, los documentos escritos, gráficos y audiovisuales del Ejército defensor de la Soberanía Nacional como patrimonio cultural inmaterial de la nación”, presentada por los diputados sandinistas en la Asamblea Nacional, el cantautor Carlos Mejía Godoy dijo no le sorprende que puedan confiscar sus canciones, cuando “el binomio criminal ha confiscado la vida de a todos aquellos que se oponen a ser parte de su rebaño, pues no nos sorprende este nuevo atropello a la libertad de creación”.
“No nos extraña que vengan leyes para confiscar los ríos, las montañas, los cantos de los pájaros, en fin, hasta el aire que respiramos. Lo que jamás podrán confiscar es esta pasión sin tregua por ver a mi Nicaragua definitivamente libre y en paz”.
El cantautor asegura que no podrán confiscar sus principios, ni valores; tampoco la “dignidad que le aloja en cada partícula de mi corazón”.
En cuanto a la obra de los Mejía Godoy, denuncia que desde hace muchos años ellos (Daniel Ortega y Rosario Murillo) han seguido usando y abusando de las canciones no sólo la de ellos, sino también de la del grupo Pancasán, de Guardabarranco y de “que nos oponemos a ser parte de su orfeón oficialista”.
Llamado a la unidad
El mítico cantante de la Revolución Popular de 1979, y creador de la universal Misa Campesina Nicaragüense, que se vio obligado exiliarse hace más de dos años, en una carta abierta en relación a la ley de protección al “patrimonio Sandinista”, dijo que ante esta aberración solo cabe una actitud firme de unidad, para seguir luchando con resistencia cívica “hasta derrotar a quienes han convertido a Nicaragua en una Gólgota permanente”.
Aunque lo tilden de irreverente y hereje, Carlos Mejía confesó que sigue clamando al Señor para decirle: “No los perdones, porque ellos sí saben lo que hacen”.
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