Periodismo resiste en el exilio para evitar que se imponga el silencio

En Nicaragua es impensable ejercer un periodismo libre y sin riesgo, de eso se ha encargado la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que desde que estalló la crisis socio política hace más de cinco años, la violencia y ataques directos a la prensa ha sido la respuesta estatal.

La represión contra las personas periodistas ha incluido asesinato y agresiones físicas, censura, confiscación de medios, encarcelamiento, imposición de leyes represivas, criminalización de la profesión; así como otros métodos que han conllevado a desnacionalización, el destierro y el exilio masivo de periodistas y comunicadores.

En medio de escenarios hostiles y elevadísimo riesgo, hacer periodismo es un acto de resistencia para seguir informando, contando la verdad y sosteniendo la mirada sobre lo sigue ocurriendo en Nicaragua en materia de violación a derechos humanos.

El periodismo desde el exilio resiste, y lo hace porque no renuncia a la democracia, porque no acepta que se imponga el silencio.