También la cultura sufre bajo la dictadura Ortega-Murillo

El régimen asegura “restituir el derecho a la cultura” de los nicaragüenses, pero sus actos demuestran lo contrario. Artistas consideran que la dictadura no valora la calidad de las obras, sino la lealtad de quien la produce.

  • 4:40 pm
  • Jun 23, 2023
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República 18

Rosario Murillo anunció el 22 de junio que el régimen inaugurará la escuela de Bellas Artes “María Sansón Argüello” en la ciudad de León “antes del 19 de julio”. En el anuncio, la vicepresidente y vocera del gobierno de Daniel Ortega, presumió el apoyo que supuestamente brinda la administración a la promoción de la cultura y las artes en el país.

En diciembre de 2022 el gobierno presentó el “Modelo de promoción cultural”, que el gobierno procedería a implementar, ante un representante de la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Luis Morales, codirector del Instituto Nicaragüense de Cultura, reprodujo la postura oficial “el derecho a la cultura ha sido restituido a la población”.

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Pero en la realidad el gobierno ha monopolizado la producción cultural en el país, como explicó a República 18 el Maestro Barítono Mario Rocha: “Ellos apoyan a las personas que son sumisos y utilizan las diferentes expresiones como un medio de adoctrinamiento”.

Guerra contra la cultura

Rocha, quien actualmente produce desde Costa Rica piezas artísticas que denuncian la violencia y represión del régimen, asegura que la naturaleza del artista es provocar a la autoridad, algo que el régimen de Daniel Ortega no tolera, como lo evidencian sus acciones estos últimos años.

Varios músicos han tenido que exiliarse para evitar el destino de Josué Monroy, vocalista de la banda Monroy & Surmenage, así como de los productores Salvador Espinoza y Xóchitl Tapia, detenidos por el gobierno en abril 2022 luego de que Monroy y su grupo interpretaran canciones alusivas a las protestas de 2018.

Actualmente, grupos establecidos en la escena musical nicaragüense, como Garcín y Milly Majuc, y también artistas solistas como Ceshia Pineda Ubau, operan en Costa Rica para poder producir sin temor a represalias.

Así también ha ocurrido con artistas de otras disciplinas, como en el caso de los escritores Sergio Ramírez Mercado, galardonado con el Premio Cervantes, y Gioconda Belli, quienes fueron despojados de su nacionalidad en febrero de 2023 por sus posturas críticas al gobierno.

Además, al menos 81 iniciativas culturales han sido clausuradas junto a otras 3000 organizaciones de la sociedad civil desde que inició la crisis de 2018. Entre ellas se encontraban la Fundación Luisa Mercado, que organizaba el concurso literario Centroamérica Cuenta; el Centro Nicaragüense de Escritores y la fundación del Festival Internacional de Poesía de Granada, entre otras.

“Ningún artista de verdad puede apoyar a la dictadura”

“Un verdadero artista no puede auto-traicionarse. A diferencia de los que son solamente ejecutores técnicos de una habilidad, el artista, en su ejercicio como tal, acabará incomodando a la dictadura y a su mismo círculo de poder, o bien, a otros poderes inclusive” explicó Rocha.

“Antes del 2018 muchos estábamos adormecidos y éramos parte de un sistema” confesó Rocha, pero aclaró que “con la rebelión de abril, inicia un despertar de conciencias”.

Rocha durante una interpretación.

Nadie que se arrogue ser artista debería estar apoyando con su trabajo a una dictadura; ¡son un clan de mafiosos e ilegítimos!

Los hechos obligan al artista a ser a como se debe: subversivo con su trabajo, exponiendo a través de la verdad, sin tapujos, sin importar a quien incomode con su propuesta” concluyó el barítono.

“Vender tu alma al diablo”

Por otro lado, los artistas que todavía permanecen en el país deben recurrir o bien a la autocensura, o bien al colaboracionismo para progresar en sus carreras.

Néstor, un joven músico originario de Masaya que prefirió hablar bajo pseudónimo, reveló a República 18 que la situación “es complicada y no solamente porque los locales en los que podés trabajar no te pagan bien, y creen que tu trabajo es un juego, sino que tampoco el gobierno nos brinda apoyo”.

“Brindan apoyo y ayuda sólo a quienes se les antoja, a sus mismos simpatizantes” denunció Néstor, quien colabora como guitarrista para algunos artistas independientes que todavía hacen música en el país.

“Ellos tienen sus medios (económicos), sus estudios de grabación y con qué pagarlos, también tienen la publicidad en los canales de televisión y radios del gobierno o que son simpatizantes, pero no promueven en base a la calidad del trabajo sino en base a la lealtad del partido, a si estás dispuesto a hacer propaganda y bailar al son que te toquen” lamentó el joven.

“Por eso yo digo que trabajar con ellos es como venderle tu alma al diablo” dijo el joven, “no vale la pena si querés hacer arte de verdad, si querés expresarte y contribuir al canon del arte de este país”.