Jóvenes exiliados nicas continuarán sus estudios en universidades de Costa Rica

Es la historia de Iris Barrera y “Chepito barricada”, quienes forman parte del grupo mayoritario de exiliados nicaragüenses que participaron en el levantamiento cívico de abril de 2018

  • 1:16 am
  • Feb 12, 2021
jóvenes exiliados
República 18

Iris Barrera y José Antonio Montoya son dos jóvenes nicaragüenses exiliados en Costa Rica que este año iniciarán una carrera universitaria en el vecino país.

Salieron de Nicaragua al igual que los más de 100,000 nicaragüenses que se encuentran en el extranjero debido a la violencia con que respondió el régimen de Daniel Ortega a raíz del estallido social.

Ambos forman parte del grupo mayoritario de exiliados (jóvenes) que participaron en el levantamiento cívico iniciado en abril de 2018, los jóvenes entre 15 y 30 años.

Ya que las instituciones de su país les han cerrado las puertas, decidieron iniciar una carrera universitaria en dos universidades prestigiosas de Costa Rica.

Una matagalpina que se “ganó la lotería”

“Estoy con cara de alegría, como si me hubiera ganado la lotería. Obvio que me la gané y con mucho esfuerzo”, dijo Iris Barrera a República 18.

Iris, de 27 años de edad, clasificó para un cupo dentro de la Universidad de Costa Rica (UCR), calificada como una de las mejores de Centroamérica.

“A raíz de la situación sociopolítica que se vivió en Nicaragua y en la cual yo me vi envuelta, decidí venirme para Costa Rica”, relata.

Una vez fuera de Nicaragua, buscó la manera de continuar sus estudios. Ella es egresada de la carrera de Contaduría Pública y Finanzas de la UNAN-Matagalpa y pretendía empezar otra carrera, en este caso, idiomas.

“A inicios de 2018 comencé a estudiar la carrera de idiomas, específicamente inglés. Eso quedó a mitad de camino. Al venir acá intenté ingresar a la universidad, no pude, pero este año lo logré y voy por lo que me gusta”.

Una buena noticia luego de un año difícil

Para la matagalpina el año 2020 fue un año muy difícil debido a la pandemia, pero la noticia de haber sido aceptada dentro de la UCR ha sido como un un oasis en medio del desierto.

Ella, al igual que otros jóvenes nicaragüenses exiliados en Costa Rica lograron clasificar en diferentes universidades de ese país, donde podrán continuar las carreras que tuvieron que abandonar en Nicaragua u optar por una nueva.

Iris Barrera, exiliada nicaragüense que se ganó un cupo en la UCR

“Tengo constante comunicación con mi familia y ellos están súper contentos, porque saben que mi sueño es seguir estudiando y mejorando profesionalmente cada día”.

El poeta de las “barricadas”

José Antonio Montoya es un joven que decidió exiliarse en Costa Rica porque para él ya “era insostenible vivir en Nicaragua”, esto debido a la escalada de represión causada por el régimen.

Llamado por un tiempo con el seudónimo de “chepito barricada”, José es un poeta reconocido por la comunidad exiliada y en Nicaragua, junto a otros jóvenes, compartía su poesía de barricada en barricada.

Él estudia en la Universidad Estatal a Distancia y pudo optar por una beca universitaria al ser declarado como una “persona refugiada” por la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica.

“Por ello pude, al igual que el resto de personas costarricenses, ingresar a la universidad y ser benefactor de beca. Llené un sinnúmero de papeles e información, pero teniendo el estatus de refugiado, se te hace más fácil”, comentó a República 18.

Montoya actualmente está cursando un diplomado de “estudios generales” que “son clases que tenés que llevar de manera obligatoria en todas las universidades públicas del país”, explica.

“Pero estoy pensando en optar por una carrera humanista, como Filosofía, Sociología, Trabajo Social, pero siempre mi primera opción es Ciencias Políticas”.

El exilio puede ser como “una cruz”

“El exilio es una cruz para mí, es una cruz y sin duda una cruz que a mí me tocó. Yo tenía 16 años, entonces ha sido demasiado difícil para mí”, señala Montoya.

Sin embargo, para el joven poeta el exilio también a significado cosas positivas como aprendizaje, madurar, quemar etapas y ser independiente a temprana edad.

“El exilio para mí también ha sido como el arrebatamiento del ciclo natural de la vida, o sea, yo tenía que crecer, formarme, terminar mi adolescencia y empezar una vida adulta en Nicaragua y no en el exilio”, expresó.

Para Iris, al igual que Montoya, el exilio también ha significado una etapa muy dura en su vida pero una etapa, que si la sabes llevar “al final vale la pena”.

“Creo que en el exilio empieza mi verdadero cambio como ser humana, como profesional. No era mi sueño estudiar en la UCR, mi sueño era seguir estudiando en Nicaragua. Pero, ya que se puede estudiar en una de las mejores universidades de la región es algo super grandioso”.

José “chepito” Montoya expresa que, a pesar que ser un joven exiliado y nicaragüense en Costa Rica trae consigo una serie de dificultades, “que tengamos patente que la patria somos nosotros y nosotras. Y para construir un país mejor tenemos que construirnos nosotros mismos. Ese es el mejor aporte que le podemos dar a nuestro país”.

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