Obispo de Matagalpa propone decálogo para el perdón y la justicia en Nicaragua
"Mientras nos atropellemos unos a otros, por más esfuerzos políticos que se hagan para salir de esta crisis que nos encontramos, no solo no saldremos de ella sino que nos iremos hundiendo en más pobreza,

Este domingo, durante la misa a puertas cerradas en catedral San Pedro Apóstol, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, hizo un llamado a todos los sectores de la vida nacional y en primera instancia a las autoridades publicas por tener ellos la primera responsabilidad, a promover una cultura de paz y entendimiento para lograr reconstruir el país. “Nada ganamos y mucho perdemos los nicaragüenses si cada quien se atrinchera en sus posturas defendiéndolas como si fueran máximas verdades”.
El obispo matagalpino, expresó que mientras en Nicaragua no se supere la fuerza destructiva y autodestructiva del mal, del odio, de la venganza o de albergar deseos de venganza, “de ver al otro como enemigo y querer eliminarlo, mientras nos atropellemos unos a otros, por más esfuerzos políticos que se hagan para salir de esta crisis que nos encontramos, no solo no saldremos de ella sino que nos iremos hundiendo en más pobreza, delincuencia, tristeza y dolor”
También afirmó que las posturas nunca le han hecho bien a los pueblos, por lo que exhorta a que cada quien reconozca sus errores y pidan disculpas si han ofendido.

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa / Foto Cortesía
Monseñor Álvarez, lamenta que se arremata contra figuras o líderes sociales, quienes se han atrevido a pedir disculpas públicas y que con sensatez han reconocido haberse equivocado. “Mientras no se rompa esa espiral de ataques y contra ataques estaríamos conduciendo a Nicaragua al despeñadero, no es desapareciendo socialmente al otro como resolveremos los problemas que nos aquejan, sino aprendiendo a convivir bajo la base de la memoria y la reparación”, reflexionó.
La iglesia sufre con las familias dolientes, desconsoladas y siente profunda compasión por cada una de las víctimas, asegura el obispo de Matagalpa.
“Hacer memoria de cada víctima con un corazón lleno de paz y de perdón es también levantar nuestra voz contra todo acto de injusticia y de violencia”.
La fiesta del perdón
Más allá del tipo de ofensas que hayamos recibido en la vida, el obispo de la Diócesis de Matagalpa llama a todos los nicaragüenses a ser capaces de entrar en el espíritu de la humildad y de la misericordia para lograr hacer la fiesta del perdón, para lo cual propone el siguiente dodecálogo para el perdón y la justicia:
- Perdonar no es ignorar, sino transformar.
- Nadie puede mejorar el mundo si el mal no es superado. Y el mal solo puede ser superado con el perdón. Un perdón que sólo nos lo puede dar el Señor. Un perdón que no aleja el mal sólo con palabras, sino que lo transforma realmente.
- No hay justicia sin perdón. Y el perdón no sustituye la justicia.
- El perdón no significa negación del mal, ni debe hacer que decaiga la denuncia de la verdad del pecado.
- El concepto de perdón en el cristianismo hace nacer una nueva idea de justicia que no se limita a punir, sino que reconcilia y cura.
- Toda ofensa entre los hombres encierra de algún modo una vulneración de la verdad y el amor.
- La ofensa solo puede ser superada con el perdón, no a través de la venganza.
- El perdón sólo puede penetrar, sólo puede ser efectivo, en quien a su vez perdona.
- No se puede presentar ante Dios quien no se ha reconciliado con el hermano; adelantarse con un gesto de reconciliación, salir a su encuentro, es una condición previa para dar culto a Dios correctamente.
- La ofensa es una realidad, una fuerza objetiva que ha causado una destrucción que se ha de remediar. Por eso el perdón debe ser algo más que ignorar, que tratar de olvidar. La ofensa tiene que ser subsanada, reparada y, así, superada.
- Los horrores de la historia se utilizan como pretexto concluyente para negar la existencia de un Dios bueno y difamar a su criatura, el hombre.
- El amor se convierte en fuerza de salvación.
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