Lanzan el Observatorio de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes
Este nueva iniciativa se plantea ser a la vez una instancia de denuncia y de investigación

El nuevo Observatorio de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes (OPIA) de Nicaragua fue presentado en una rueda de prensa virtual este martes, 21 de noviembre. El OPIA trabajará para documentar agresiones contra las comunidades e individuos indígenas, así como trabajará en la investigación y difusión de información sobre temáticas relevantes a las comunidades indígenas y afrodescendientes.
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«En el caso del Caribe sur, ha habido antecedentes de observatorios de parte de las universidades locales. Existen desde alrededor del año 2004 y querían incorporar diferentes violaciones a los derechos humanos, pero dada la situación en la que se encuentran ambas universidades», bajo control del régimen sandinista, «consideramos necesario» crear el nuevo observatorio, explicó una activista por los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes de Nicaragua.
Investigaciones
Esta persona que prefirió el anonimato por razones de seguridad, ve al Observatorio como una continuación de la «milenaria resistencia indígena» y se plantea «conglomerar todas las anomalías que sufren los pueblos indígenas y afrodescendientes. Es por y para ellos, se piensa desarrollar a investigación desde la visión comunitaria para realizar estrategias de incidencia a nivel internacional».
«El monitoreo comunitario lo hemos venido desarrollando desde hace tiempo a través de ‘guardabosques’, quienes patrullan para poder levantar reportes de lo que sucede en zonas protegidas y comunidades indígenas con los externos; nos planteamos poder documentar las violaciones a los derechos humanos y realizar investigaciones temáticas para ir a profundidad en los temas que más afectan a las comunidades y ponen en riesgo nuestras vidas e integridad», explicó.

Desde el espacio del Observatorio se desarrollará «un sistema de alerta en tiempo real» que comuniqué a las comunidades, así como organismos internacionales, sobre los actos de violencia cometen personas asentadas ilegalmente dentro de territorios indígenas. «No sólo hablamos de los colonos, sino también de las propias autoridades», añadió.
Enfatizó que habrá cooperación con los medios de comunicación independientes, tanto los que están aún en Nicaragua como los que operan desde el exilio.
El Observatorio ya produjo un primer informe, titulado Exclusión, complicidad y colonización: violaciones a derechos humanos en comunidades indígenas de la Mosquitia norte en Nicaragua. El informe ofrece un análisis historiográfico sobre la exclusión del Estado de Nicaragua y la «lógica racista hacia la Muskitia», así como también una descripción del modelo económico extractivista del régimen Ortega Murillo.
El informe señala distintas acciones que violentan la integridad de las comunidades del Caribe y a los individuos que la habitan, tanto de parte de terceros (los colonos ilegales) y las autoridades. Criminalización, persecución, vigilancia, agresión física, amenazas e intimidación son algunas de las formas de violencia que emanan del Estado de Nicaragua.
El informe concluye que el régimen sandinista de Daniel Ortega es cómplice, cuando perpetrador directo, de esta violencia que se asola a las comunidades indígenas siguiendo una lógica «neo-extractivista», enfocada más en la explotación de la tierra más que del desarrollo humano.