¿Dónde están los comandantes de la revolución sandinista 46 años después?
La Dirección Nacional la componían nueve comandantes: Tomás Borge, Daniel Ortega, Víctor Tirado, Humberto Ortega, Henry Ruiz, Jaime Wheelock, Bayardo Arce, Luis Carrión y Carlos Núñez, este último fallecido a causa de un ataque al corazón en 1990, en La Habana, Cuba.

Humberto Ortega, Luis Carrión y Daniel Ortega, tres de los nueve comandantes de la Dirección Nacional del Frente Sandinista durante la primera dictadura sandinista (1979-1990).
Tras la Revolución Sandinista que triunfó el 19 julio de 1979, el país quedó bajo control de las armas de la guerrilla. Al hacer su transición en el gobierno, la Dirección Nacional del Frente se erige a sí misma como la mayor autoridad, por encima de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
En palabras del expresidente Enrique Bolaños Geyer, el control de la Dirección Nacional del país se dio “fuera de toda legalidad, en violación a lo acordado y en contra de lo dispuesto en el Programa de Gobierno, y en el Estatuto Fundamental de la República, que de algún modo equivalía a la Constitución”.
La Dirección Nacional la componían nueve comandantes: Tomás Borge, Daniel Ortega, Víctor Tirado, Humberto Ortega, Henry Ruiz, Jaime Wheelock, Bayardo Arce, Luis Carrión y Carlos Núñez, este último fallecido a causa de un ataque al corazón en 1990, en La Habana, Cuba.
Algunos de los comandantes de la Dirección Nacional del Frente Sandinista en la década del ’80. Foto: Cortesía
En colectivo eran los hombres más poderosos en la década que sucedió a la caída del somocismo. Trajeron al país una guerra que dejó alrededor de 30 mil muertes, sobre todo de jóvenes y menores de edad, en su mayoría reclutados forzosamente, a partir de 1983 en el Servicio Militar Obligatorio.
Asimismo, bajo su gestión Nicaragua vivió una de las peores crisis económicas en su historia y uno de ellos, Daniel Ortega, fue elegido presidente en 1984, continuando el dominio sandinista hasta la derrota electoral en 1990, ante la Unión Nacional Opositora. Ortega resultó electo nuevamente en 2006, en unos comicios que arregló a su favor pactando con la cúpula del Partido Liberal Constitucionalista.
¿Qué ha sido de ellos 46 años después?
Tomás Borge
“(Si elementos contrarrevolucionarios quieren venir a Nicaragua) nosotros también instalaremos sin vacilaciones el terror revolucionario“
—Tomás Borge, 1979
Tras la derrota electoral del sandinismo en 1990, Borge, quien fuera Ministro del Interior, permaneció en el Frente, sirviendo en oposición a los gobiernos liberales de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2007); una oposición a menudo violenta, con las llamadas “asonadas“, demostraciones violentas de simpatizantes sandinistas contra la autoridad.
Entre 1996 y 2001 fue diputado del Parlamento Centroamericano (PARLACEN). En 2001, Borge fue electo diputado. En el Frente servía como vicesecretario y, junto con Daniel Ortega y Bayardo Arce, fue el único de los comandantes de la DN que permanecieron activo pasada la década del noventa en el Frente Sandinista.
Tomás Borge en un acto partidario tras el retorno al poder del sandinismo. Foto: Medios Oficialistas
A partir de 2007, con el retorno al poder del sandinismo y bajo una nueva presidencia de Ortega, fue nombrado embajador en Perú, cargo que mantuvo hasta su muerte la noche del 30 de abril de 2012, a los 81 años. Es recordado por su radicalismo y violencia a favor del sandinismo, y por haber fundado la Policía Sandinista, luego transformada en la actual Policía Nacional.
En 1981, hablando con el líder indígena Steadman Fagoth, hoy día preso político del régimen sandinista de Daniel Ortega, Borge en dos ocasiones le dijo: “aunque nos toque eliminar al último indio miskito, lo vamos a hacer, con tal de llevar el sandinismo a la Costa Atlántica“.
Víctor Tirado
“Yo no quiero que el Frente me mantenga, nunca he querido”
—Víctor Tirado, 2013
Víctor Tirado López, de 84 años, nacido en México pero de nacionalidad doble, fue uno de los líderes sandinistas que, años después de la derrota electoral, se congregó en la disidencia del Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Sirvió como diputado del PARLACEN hasta 1996 y se convirtió en crítico del nuevo gobierno sandinista establecido en 2007.
Varias veces habló públicamente en contra del trayecto del Frente y del rumbo que tomaba.
“Hicimos una revolución con ciertos prejuicios y con ciertos procedimientos del sistema pasado. Nunca hicimos elecciones, dejamos que el Frente dirigiera el Gobierno, todo era el pasado, era recoger el pasado de otra manera”, dijo Tirado en entrevista para La Prensa en 2013, para entonces ya habiendo perdido toda relación con los demás comandantes.
“¿Cuál revolución? ¡Ya no hay revolución! Si queremos ver la revolución del ochenta, ¡Daniel (Ortega) la enterró, la aplastó! ¡Él no puede hablar de revolución! Él habla de reconciliación, de unidad, no de revolución, porque eso se terminó en 1990, si es que acaso hubo revolución, porque de las revoluciones queda algo y aquí no quedó nada”, dijo años antes, también para La Prensa, en 2008.
Víctor Tirado, Daniel Ortega y Rosario Murillo durante un acto en conmemoración al Día del Trabajador. 30 de abril, 2018. Foto: Medios Oficialistas
Pero, el 30 de abril de 2018, Día del Trabajador, Tirado apareció junto a Ortega en un acto partidario. Entonces el país llevaba 12 días sumido en agitación. Protestas a nivel nacional exigían la renuncia de Ortega y el fin de casi una década de políticas sandinistas, en respuesta, el gobierno desató en su contra a la Policía Nacional, al Ejército de Nicaragua (de forma extraoficial) y a fuerzas paramilitares.
Según Andrés Tirado, hijo del comandante, Ortega se aprovechó de su edad y de su condición mental débil para tenerlo ahí.
Desde entonces poco se ha vuelto a saber de él. Según notó la página Visión Sandinista en 2022, pasa sus años de vejez acompañado de familiares y amigos. Es el último miembro fundador del Frente Sandinista con vida.
Bayardo Arce
“Lo que una revolución necesita es efectividad… Esa efectividad precisamente es lo que constituye la defensa de la dictadura del proletariado. Las elecciones, desde esa óptica, nos resultan estorbosas”
—Bayardo Arce, 1984
A sus 75 años, Bayardo Arce Castaño sigue trabajando para el Frente Sandinista. Lleva prácticamente toda su vida, desde que se adhirió a la guerrilla a sus 18 años, en 1967. Fue directivo del sandinismo por casi 20 años, desde 1979 y hasta 1998, y luego de la derrota electoral de 1990, rompió con su ideario marxista y desarrolló actividades empresariales.
Bayardo Arce en 2013. Foto: Medios Oficialistas
De 1996 a 2006 fue diputado de la Asamblea Nacional por el Frente Sandinista. Al volver Daniel Ortega y el partido al poder, recibió el cargo de asesor de la presidencia para asuntos económicos. Este cargo lo viene ejerciendo, pues, por más de 18 años en la defensa de los intereses de la nueva dictadura sandinista, como lo hizo con la anterior.
Al desatarse la crisis, Arce cometió un error crucial: siendo aún funcionario, Arce declaró públicamente que Ortega “se equivocó” en su manejo de la crisis por las reformas del seguro social de ese año. También criticó la respuesta violenta contra las manifestaciones, señalando que la Policía Nacional “perdió el control” de la situación.
Desde entonces, sus apariciones se volvieron esporádicas y su papel como enlace entre el sector empresarial del país y el régimen sandinista se vio anulado con las acciones hostiles hacia las gremiales empresariales del país. Su última aparición pública fue en noviembre de 2024, durante una entrega de uniformes del equipo de Los Indios del Bóer, en la que se le vio mucho más delgado.
Bayardo Arce el 4 de noviembre de 2024, durante una entrega de uniformes deportivos al equipo de beisbol Los Indios del Bóer. Foto: Medios Oficialistas
Jaime Wheelock
“Nuestro programa y nuestro esquema de fuerzas estaba basado en una realidad concreta: que teníamos las armas en la mano”
—Jaime Wheelock, 1985
Jaime Wheelock Román se dedicó a la formación académica, a la escritura y al activismo después de que cayera la primera dictadura sandinista. Se retiró de la vida partidaria del Frente Sandinista en 1995. Durante la primera dictadura había servido como Ministro de Agricultura.
Desde abril de 1990 fungió como presidente del Instituto para el Desarrollo y la Democracia (IPADE), una organización no gubernamental dedicada, entre otras cosas, a la observación electoral. En 2018, su ONG, IPADE se convirtió en una de más de 4 mil organizaciones no gubernamentales que perdieron su personería jurídica por orden del régimen sandinista.
Actualmente tiene 78 años. Ha publicado varios libros y trabajos académicos. Entrevistado para el programa Esta Noche en agosto de 2018, Wheelock criticó la postura y las acciones del régimen sandinista tras el estallido social de ese año, y en particular el papel de su antiguo colega, Daniel Ortega, en aquella crisis.
Jaime Wheelock, ex-ministro de agricultura y comandante de la Dirección Nacional durante la primera dictadura sandinista. Foto: Alchetron
“Veo dos caminos: el de la confrontación, que es el que llevamos, donde todo mundo es terrorista o golpista, y otro camino que le lleva a actuar como estadista, reconociendo que eso no es así, que hay que resolver este problema a través del diálogo, para buscar una salida política que ponga al país en un curso de concordia nacional”, dijo el exministro.
“Con centenares de muertos, él (Ortega) debe saber que una de sus opciones es renunciar, si quiere actuar como estadista y no destrozar este país“, añadió. Desde entonces no ha vuelto a brindar declaraciones o a aparecer públicamente.
En 2023, el régimen sandinista impidió a uno de sus hijos regresar a Nicaragua y ha sido atacado y amenazado por propagandistas sandinistas, acusándolo de traición.
Luis Carrión
“No me siento a gusto llamándome sandinista”
—Luis Carrión, 2022
Luis Carrión Cruz dejó el Frente Sandinista en 1995, militando en su lugar por el MRS. Junto a la excombatiente guerrillera Dora María Téllez, y el escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez, Carrión es considerado uno de los miembros fundadores de esa escisión y corriente del sandinismo.
Desde entonces dedicó sus esfuerzos a intentar contrarrestar los peores excesos del sandinismo a través de la militancia. Entre 2005 y 2006, fue jefe de campaña para el candidato a la presidencia Herty Lewites, fallecido meses antes de la contienda de 2006.
Cuando se desató la crisis en 2018, Carrión se pronunció en contra del régimen de Ortega, llamando a su renuncia. En 2021, luego de los arrestos de varios aspirantes a las elecciones presidenciales de ese año y otros opositores, incluyendo compañeros de armas de Carrión, este anunció su exilio.
Carrión fue el primer comandante de la Dirección Nacional en pronunciarse en contra de Ortega tras la crisis de abril de 2018. Foto: EFE
“Nosotros (los militantes del MRS) hemos tenido un recorrido de lucha contra Daniel Ortega absolutamente impecable y estamos pagando el precio por eso“, dijo en una entrevista para La Prensa en julio de 2022, haciendo referencia a los arrestos arbitrarios y exilios forzados de varios militantes del MRS, muchos de ellos sandinistas históricos, como la propia Téllez.
Carrión, a sus 73 años, continúa su actividad opositora en el exilio, aunque de forma mucho más discreta. En 2023, se unió al Grupo de Monteverde, una coalición opositora de amplia envergadura que incorporó a varios de los 222 presos políticos expulsados por el régimen en febrero de ese año. La alianza ahora se denomina la Concertación Democrática Nicaragüense.
Henry Ruiz
“Yo estoy convencido (de) que lo que nos está combatiendo y matando en las calles es un ejército personal, personal de Daniel Ortega”
—Henry Ruiz, 2018
Henry Ruiz Hernández había servido como Ministro de Planificación para la primera dictadura sandinista desde 1979, tratando de adaptar la economía del país destrozado por la guerra contra el somocismo y enfrascado en una nueva guerra contra la Resistencia Nicaragüense. A partir de 1985, pasó a ser Ministro de Cooperación Externa.
Tras el colapso de aquella dictadura, fue distanciándose del Frente Sandinista. En 1995, se unió al MRS e inició la militancia contra el ascenso de su antiguo compañero, Daniel Ortega, al poder absoluto. En el advenimiento de la crisis sociopolítica en abril de 2018, Ruiz realizó varias declaraciones contundentes contra Ortega.
Henry Ruiz durante un evento partidario del MRS en 2010. Foto: Cortesía
“Ortega tiene que irse. Yo ya como ciudadano, no como militante de nada sino como ciudadano, a mí me da vergüenza tenerlo como mi representación, que el dignatario de Nicaragua sea un asesino como él, y su mujer (Rosario Murillo)”, dijo Ruiz en una entrevista en 2018.
Pero conforme avanzaron los años y la represión creció, Ruiz pasó a mantener un bajo perfil. Ello le aseguró la permanencia en Nicaragua mientras otros de sus copartidarios debían exiliarse. Llegó a reportarse que Ruiz sobrevivía de una pensión de cien dólares y medicamentos que le hacían llegar amigos. Vivía solo puesto que la mayoría de sus familiares y amigos se habían exiliado.
A principios de marzo, el régimen sandinista ordenó cercar la vivienda de Ruiz en Managua. Desde entonces permanece aislado, sólo recibiendo visitas de familiares cercanos autorizadas por el contingente de la Policía Nacional que lo mantiene en arresto domiciliario de facto, lo que ha dificultado hacerle llegar insumos vitales.
Los hermanos Ortega
“Van a hacer falta árboles y postes en Nicaragua para colgar a todos los burgueses, opositores, vendepatrias”
—Humberto Ortega, 1981
Cuando el Frente Sandinista entregó el poder a la Unión Nacional Opositora en abril de 1990, el líder indiscutible del partido era Daniel Ortega Saavedra. Lo era no sólo porque había sido coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (1979-1985) y presidente del país bajo dictadura (1985-1990), sino también porque el ejército estaba bajo el control de su hermano, Humberto.
Humberto mantuvo su puesto como jefe supremo del Ejército hasta 1995, una situación que causó particular controversia y tensiones, así como entorpeció una ya de por sí precaria transición democrática. Los sandinistas cometían violencia, asesinatos políticos de excombatientes antisandinistas desmovilizados y hasta masacres amparados por la amenaza de un golpe de Estado desde el Ejército.
Los hermanos Ortega durante la primera dictadura sandinista. Foto: GettyImages
Al frente de las asonadas, huelgas, tranques y el vandalismo estaba Daniel, aspirando a la presidencia en 1996, 2002 y finalmente logrando volver tras las elecciones de 2006. Para entonces ya los hermanos se habían distanciado. Humberto dejó el Ejército y la vida política en 1995, mientras que Daniel sólo pensaba en el poder.
Daniel poco a poco desmanteló las instituciones que ya había cooptado con su pacto con el entonces presidente Arnoldo Alemán en 1997. Se erigió como líder indiscutible no sólo del Frente Sandinista, sino de toda Nicaragua. Todo ello culminó cuando, en 2018, la población reaccionó y la represión ordenada desde el régimen avivó las llamas.
“El principal responsable de la situación que estamos viviendo es el Estado de Nicaragua“, dijo Humberto en 2018. Para finales de ese año la represión ya sumaba más de 350 muertos, según varios conteos independientes. En 2021 abogó por “elecciones libres aseguran alcanzar un acuerdo nacional para la convivencia respetuosa entre todos” y, en 2024, todo cambió.
En una entrevista con el medio argentino Infobae, Humberto condenó el “rumbo autocrático, absolutista” que llevaba el Frente Sandinista, entre otros asuntos. Dos días después, el 21 de mayo, un contingente policial rodeó su vivienda y lo dejó incomunicado. El régimen sandinista citó presuntas preocupaciones sobre su salud. Cuatro meses de silencio después, murió en el Hospital Militar de Managua.
Última fotografía pública de los hermanos Ortega, Humberto (izq.) y Daniel (der.), tomada durante una visita a la casa de Humberto en 2022. Foto: Cortesía
Su hermano no decretó ni un sólo día de duelo nacional por su muerte. Tampoco se le otorgó el honor de un funeral de Estado, como correspondería al fundador del Ejército Popular Sandinista, antecesor del actual Ejército de Nicaragua. Daniel ya había declarado a su hermano “traidor a la patria” apenas una semana después de su detención, el 28 de mayo de 2024.
“Esos que están presos ahí, son los hijos de perra de los imperialistas yanquis. Se los deberían de llevar para los Estados Unidos, porque esos no son nicaragüenses, no tienen patria, para que allá sirvan para lo que son esclavos del imperio, traidores de la patria”
—Daniel Ortega, 2021
Daniel, quien fue incluido en la Dirección Nacional, en palabras de Henry Ruiz, “como resultado de una correlación de fuerzas” para que ninguna de las distintas corrientes del sandinismo dominase a la otra, terminó convirtiéndose en el caudillo de todo el partido y verdugo de varios de sus compañeros de armas, y de un país entero.
A nivel internacional, Daniel Ortega, y su esposa y “copresidenta”, Rosario Murillo, son considerados responsables por crímenes de lesa humanidad perpetrados bajo sus órdenes a partir de abril de 2018. Pero a Ortega también se le pueden atribuir, como al resto de la Dirección Nacional, los peores abusos de la primera dictadura sandinista, amnistiados en 1990 por el gobierno de Violeta Chamorro.
Así, Ortega se erige a la vez como reliquia y perdición de la Dirección Nacional; y tanto máximo exponente como consecuencia última del proyecto sandinista en Nicaragua.