¿Dónde se posiciona Centroamérica frente al conflicto Israel-Palestina?
Nicaragua es el único país que no condenó los ataques de Hamás contra la nación judía

Octubre abrió con el reavivamiento de un conflicto de décadas. El grupo terrorista Hamás atacó a Israel desde la franja de Gaza, donde al menos 2 millones de palestinos permanecen recluidos en lo que organizaciones de derechos humanos han calificado como una «prisión a cielo abierto» debido al bloqueo impuesto por Israel y Egipto por su frontera compartida.
«Es un problema mundial grave que va a tener consecuencias durante mucho más tiempo», explicó a República 18 el exdiplomático nicaragüense José Dávila.
El conflicto data de 1947, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una propuesta de partición para la formación de dos Estados: uno para Palestina y otro para Israel. Judíos de todo el mundo habían migrado hacia Israel desde 1882, inspirados por ideales de nacionalismo judío, llamado «sionismo», para constituir ahí comunidades que siguieran costumbres de la religión judía.
Después de la Segunda Guerra Mundial y la tragedia del Holocausto, más judíos llegaron a territorio palestino, entonces gobernado por un protectorado británico, lo que causó tensiones con la población árabe musulmana local.

Un conflicto entre grupos paramilitares sionistas y palestinos fue creciendo hasta una guerra en todo derecho para cuando Israel declaró su independencia en 1948. Las naciones árabes vecinas brindaron apoyo militar a los árabes palestinos, pero Israel venció y se estableció como el poder dominante en ese conflicto y hasta la fecha.
El reconocimiento de Israel en Centroamérica
«El territorio de Israel se ha llamado Palestina milenariamente y se le dio el derecho a Palestina para tener su Estado, pero como Israel construyó una democracia, la única de medio oriente, tuvo el apoyo de otros países democráticos, incluyendo a Centroamérica», explicó Dávila.
Irán (entonces gobernada por una monarquía afín a los Estados Unidos), Guatemala, Rumania, Uruguay, Islandia, Estados Unidos y Nicaragua (entonces bajo la dictadura de Anastasio Somoza García) reconocieron a Israel de facto poco después de declarada la independencia israelí.
«Hay países como Guatemala y Nicaragua que fueron de los primeros en reconocerlo como Estado, y han establecido relaciones con todos los países centroamericanos desde los años ’50», señaló, pero matizando que «hoy por hoy, los países centroamericanos no tienen una política común con Israel. Se puede decir que hay dos posiciones bastante encontradas», que son la de un apoyo admitido, como exhibe Guatemala, y la de un antagonismo, como la de Nicaragua, aunque este último no de manera absoluta.

«Guatemala y Nicaragua incluso reconocieron la capital de Israel en Jerusalén y no en la ciudad Tel Aviv, como se había acordado internacionalmente», dijo Dávila, y aunque «Nicaragua es el país que quizá esté más distanciado de la nación judía«, llegando a romper relaciones en 2010, desde 2017, al reiniciar relaciones, ha habido mayor cooperación entre Israel y el régimen sandinista de Daniel Ortega, si bien manteniendo un perfil bajo.
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Honduras, Costa Rica y Panamá reconocieron a Israel por medio de la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas del 11 de mayo de 1949, que admitió a Israel en la organización. Por medio de esa resolución también El Salvador acabó reconociendo a Israel, aunque se abstuvo en el voto.
Reacciones al conflicto reciente
«Igualmente, países como Costa Rica mantienen relaciones prudentes, ni de apoyo declarado ni de condena absoluta. El Salvador está más inclinado a Israel, a pesar de tener un presidente, Nayib Bukele, de origen palestino; y Honduras, con el cambio de gobierno de Xiomara Castro, podría inclinarse hacia Palestina», pero aún es muy pronto para determinar, aseguró Dávila.
En este reciente conflicto, son Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras quienes han condenado el ataque de Hamás en contra del Estado judío.
El Ministerio de Relaciones Exteriores costarricense deploró los «atroces y deplorables ataques terroristas» en contra de Israel. Lo mismo hizo Honduras, por medio de su Secretaría de Relaciones Exteriores hizo «un llamado de cese al fuego, a la paz, al diálogo y la coniliación, por lo que exhortamos a las naciones del mundo a mediar por el respeto a los derechos humanos y a garantizar la coexistencia pacífica, segura y digna de ambos pueblos».
Bukele se pronunció personalmente, condenando a Hamás, que sostiene «no representa al pueblo palestino«. También declaró que «lo mejor» que le podría ocurrir a la causa palestina es que la organización terrorista desapareciera. El presidente guatemalteco, Alejandro Giammatei, también condenó personalmente el ataque por medio de sus redes sociales.
Nicaragua, junto con los gobiernos de Cuba y Venezuela, no ha condenado el reciente ataque de Hamás, pues sus liderazgos de izquierda identifican a Israel como un aparato de lo que llaman «imperialismo yanqui», haciendo referencia a la alianza entre Estados Unidos y la nación judía. Más bien, sus declaraciones han sido críticas hacia las acciones del ejecutivo israelí.
A pesar de las relaciones que mantienen Nicaragua e Israel, la Asamblea Nacional nicaragüense condenó «la ocupación de la Franja de Gaza, que genera una grave situación humanitaria del pueblo palestino, ocupación que produce victimas y dolor en la población» y el gobierno se declaró «siempre solidario con la causa palestina«.