Más de 1,300 denuncias de violaciones a la libertad de prensa se registran en Nicaragua durante 5 años
Al menos 185 periodistas reciben su día en el exilio debido a la represión sandinista de Nicaragua

La Fundación por la Libertad de Expresión y la Democracia (FLED) en conjunto con la organización Voces del Sur publicó un monumental trabajo de sistematización de violación a la libertad de prensa en Nicaragua este viernes, 8 de septiembre, Día Internacional del Periodista que muchos periodistas nicaragüenses pasan o bien desde el exilio, o bien trabajando bajo el apagón mediático que intenta imponer el régimen de Daniel Ortega en el país.
Este informe busca arrojar luz sobre la grave situación que enfrenta la libertad de prensa en el país, destacando la importancia de proteger los derechos fundamentales y promover un ambiente seguro para el ejercicio del periodismo independiente.
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Los números hablan
Al menos 1329 violaciones de 21 derechos constitucionales fueron registradas por el informe de la FLED por medio de un análisis exhaustivo de los principales patrones de violencia que se han identificado durante los últimos cinco años contra la prensa independiente de Nicaragua.
La mayoría, un 61%, fueron perpetradas por agentes estatales, con un 23% de las agresiones llevadas a cabo por grupos paraestatales de militantes sandinistas «que actuaron a la par de las fuerzas del orden y que además utilizaron los medios de comunicación oficialistas para emitir discursos de odio«.

Un 9% de estas violaciones fueron llevadas a cabo por «grupos al margen de la ley o identificados como paramilitares«, civiles que, portando armas militares, impusieron la voluntad del régimen durante la fase más cruenta de la crisis en 2018.
Las víctimas fueron en su mayoría varones, un 69%, y reporteros, aunque hubo un ángulo de género claro que dio un carácter particular a la violencia en contra de periodistas mujeres (documentada por un trabajo de La Lupa) y miembros de la comunidad LGBTQI++.
El trabajo fue dirigido por Guillermo José Medrano, director de FLED, y contó con la consultoría de Dagmar Thiel (Fundamedios), la periodista María Lilly Delgado, la abogada Orieta Benavides, la comunicadora Karla Lara Laguna y Hazel Fallas, así como también con la edición de Lourdes Arróliga, especialista en medios de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
Los patrones de violencia
En el texto se incluyen elementos gráficos (fotografías, cuadros estadísticos, etc.) que ilustran la realidad de la represión, como también se describen detalladamente algunos casos emblemáticos en los que la represión se aplicó «con mayor crueldad» (como el caso del asesinato del periodista Ángel Gahona), afectando a periodistas, medios de comunicación independientes y organizaciones de la sociedad civil.

«Las violaciones permanentes y sistémicas a la libertad de prensa llevaron a la censura y autocensura a muchos medios de comunicación. Muchas radios y canales locales adecuaron su programación a entretenimiento para evitar perder sus frecuencias de transmisión por parte de TELCOR», como ocurrió con distintos canales y medios de comunicación.
Cada año que pasaba los patrones de la represión se modificaron ligeramente, manteniendo discursos estigmatizantes reproducidos desde medios oficialistas y estatales como constante durante toda la crisis. A partir de 2020, el régimen empezó a utilizar a la ley como arma en contra de la profesión y en 2023 se llegó al extremo del destierro y la confiscación.

«Agresiones y ataques físicos, asesinato, detención arbitraria, discursos estigmatizantes, procesos civiles y penales con motivación política, restricciones al acceso a la información, secuestro, tortura» y en general el uso abusivo del poder estatal marcaron la represión contra las periodistas individuales.
Contra medios y corporaciones, y en particular contra aquellos pertenecientes a la Iglesia católica, hubo por consiguiente modelos similares de represión que lograron someter a algunos de los medios más reconocidos del país, como La Prensa, el diario más antiguo o el canal de televisión 100%Noticias.

Voces en el exilio
«Recibo esta fecha tan importante para nosotros los periodistas con una confirmación de mi compromiso a seguir haciendo periodismo«, dijo a República 18 la periodista nicaragüense de origen caribeño, Yahaciela Barrera, quien considera que «ha sido una etapa muy difícil creo que para todos los periodistas».
«Realmente nuestro trabajo ha estado lleno de obstáculos«, señaló, y admite que «en el exilio cuesta muchísimo mantenerse, cuesta todo porque se viene a un país desconocido, a empezar de cero». Barreras ahora trabaja, a como puede, desde Costa Rica.

Según el informe de FLED, al menos 185 periodistas tuvieron que exiliarse forzosamente debido a la represión del régimen sandinista. «Continuar con el periodismo es un reto y algunos hacemos lo mínimo, así sea con pequeños trabajos y colaboraciones, para no perder la pasión por informar«, concluyó Barrera.
«Este 8 de septiembre, los periodistas más que conmemorar, reafirmamos nuestro compromiso por seguir informando en medio de muchos desafíos«, aclaró a República 18 el periodista del medio digital Confidencial, Elmer Rivas.
«No sólo son retos del periodismo nicaragüense«, sostiene Rivas, «sino también del periodismo centroamericano y de toda la región. Hay un clima de impunidad, un clima de persecución en contra de la prensa independiente en El Salvador y Guatemala«. En este clima se ha visto la migración hacia Costa Rica de la administración del diario salvadoreño El Faro, una avenida crítica al gobierno del presidente Nayib Bukele, así como la condena de 6 años dictada en junio contra el periodista guatemalteco José Rubén Zamora.

Sobre Nicaragua, Rivas lamenta la terrible situación que enfrentan quienes aún ejercen bajo la represión sandinista. «Un día la dictadura desnacionaliza a periodistas, al otro día el general del Ejército nos ataca y llama ‘mercenarios de la comunicación‘ simplemente por documentar la complicidad del Ejército a favor de la dictadura, revelando cómo se han enriquecido a raíz de sus lealtades«, declaró Rivas.
«Pero continuamos en resiliencia. Creo que eso lo reconoce la población, las audiencias en Nicaragua, donde continúan informándose a través de las plataformas digitales de los periodistas y medios independientes que, a diferencia de los medios de comunicación del régimen, sí tienen credibilidad», concluyó el periodista.