Larry Sevilla, el experiodista de Radio Corporación que trabaja en un prestigioso restaurante de EE.UU.
Larry Sevilla, periodista nicaragüense exiliado, comparte su experiencia y asegura que a pesar de los desafíos, que implicó vivir en Costa Rica y Estados Unidos, continúa adaptándose a nuevas realidades, trabajando en un restaurante y buscando recuperar su bienestar emocional y físico.

El periodista Larry Sevilla en Estados Unidos.
Graduado en Filología y Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y una de las voces más reconocidas de Radio Corporación durante muchos años, el periodista Larry Sevilla, quien se encuentra en el exilio, comparte que no se arrepiente de haber dedicado su juventud y esfuerzo al periodismo, a pesar de lo que esto implicó y de verse obligado a trabajar como mesero en un prestigioso restaurante en Estados Unidos.
“Ingresé a la universidad en 2002 y egresé en 2006. Desde que comencé la carrera, me atrajo mucho el periodismo, por lo que empecé a hacer crónicas deportivas de manera aficionada para la revista Mundial de Radio Mundial, la primera radio de Nicaragua, fundada en 1948”, cuenta.
“Después me uní a Suyen Moreno, una amiga, con quien empecé a hacer periodismo digital. Ella me ayudó a crear un portal llamado Audio Noticias, también relacionado con la radio. Esto fue paralelo a lo que hacía en Radio Mundial entre 2000 y 2004″, señala. En 2005, Sevilla se unió a Radio Corporación, donde comenzó a trabajar en los noticieros de las seis y doce del mediodía, dirigidos por Elba Gutiérrez.
“Pero en 2006, debido a la coyuntura política en Nicaragua, la radio hizo cambios y nombraron a un nuevo director de prensa, Eugenio Batres. Este nuevo director implementó un estilo de periodismo más tradicional, con mucha crónica y decidió sacar a los periodistas jóvenes, como a mí”, recuerda el periodista. A pesar de esta situación, no se detuvo y continuó en el ámbito digital, buscando la oportunidad de regresar a la radio.
“Cuando Daniel Ortega volvió al poder en 2007, la radio cambió de dirección y Gustavo Bermúdez Herrera se hizo cargo de prensa. Logré regresar a la radio ese mismo año y trabajé allí hasta 2022”, agrega.
Sevilla cubrió toda la crisis política en Nicaragua desde el fraude electoral de las municipales de 2008. En ese entonces, ya se veía la represión por parte de la policía y los grupos paramilitares. “Cubrir eventos electorales y protestas me permitió ver cómo estos grupos agredían a las personas durante las elecciones y las manifestaciones”, explica.
En 2022, decidió dejar Nicaragua debido al estrés que sufría. “La radio nos comunicó que no pagarían las vacaciones y que debían ser descansadas, así que decidí viajar a Costa Rica por 15 días. Pero al intentar regresar no pude debido a una prohibición migratoria”, cuenta.
El exilio forzado al que fue sometido
Sevilla detalla que cuando intentó regresar al país en octubre de 2022, la agencia de viajes le informó que no podía ingresar. “El 15 de septiembre, durante el viaje de salida, la policía me detuvo en la frontera y me interrogó durante dos horas. Me preguntaron dónde trabajaba, pero no les dije que era periodista sino que trabajaba en bienes raíces. Finalmente, me dejaron salir”, relata.
“Una vez en Costa Rica, me sentí nervioso y les conté a los oficiales lo que había pasado. Me ofrecieron agua y apoyo”, agrega. También recuerda que al intentar retirar dinero (En Nicaragua) el 13 de septiembre, no pudo hacerlo, lo cual fue otro golpe ya que planeaba salir del país el 15.
“Llegué a Costa Rica sin dinero en efectivo y sin saber qué hacer porque el 14 de septiembre era feriado y los bancos estaban cerrados. Me informaron que abrirían hasta el martes 17. Sin opciones, contacté a una amiga en Miami, quien me envió $20”, recuerda.
Al llegar a Costa Rica, Sevilla descubrió que sus cuentas en córdobas y dólares estaban bloqueadas. “Presenté una reclamación al banco, que reconoció el error pero aún no me han reembolsado todo mi dinero. El banco solo me informó que mi caso estaba ‘en estudio'”, comenta.
Al no poder regresar a Nicaragua, Sevilla solicitó refugio en Costa Rica, el cual le fue aprobado en 2023. Sin embargo, la situación económica era complicada, por lo que dejó el periodismo y comenzó a trabajar como guardia de seguridad.
Recuerda que se sintió muy agobiado. “Trabajé más de un año en turnos nocturnos de 12 horas, de seis de la tarde a seis de la mañana, lo que me afectó físicamente y desarrollé hipertensión. Aunque en Costa Rica ya estaba controlada al llegar a Estados Unidos me di cuenta de que mi condición era más grave. Aquí, afortunadamente, me la están controlando”, confiesa.
Detalla que el trabajo nocturno, la mala alimentación y el clima frío en Costa Rica empeoraron su salud. “Soy alérgico al frío, y en lugares como Heredia, donde el clima es más frío, me daban migrañas y mi presión se descontrolaba. Salí de Costa Rica muy enfermo”, asegura.
La experiencia en Estados Unidos
Una vez en Estados Unidos, Sevilla llegó a Kennewick, en el estado de Washington, en agosto de 2024, cuando aún era verano. “Las temperaturas eran similares a las de Nicaragua, así que me sentí bien. Empecé a caminar y trotar, y perdí algo de peso. Al mes de estar aquí, comencé a buscar trabajo y tuve suerte: me aceptaron en un restaurante famoso en mi primera aplicación, se llama Olive Garden. Aunque el trabajo es pesado y no me gusta trabajar por horas, me reconforta recibir el pago. Aunque no es lo que me gustaría hacer, el dinero ayuda a seguir adelante”, confiesa.
Sevilla señala que en Costa Rica sentía mucha ansiedad, pero no llegó a la depresión. “Aquí en Estados Unidos, al tener tanta comida, comencé a comer mucho por ansiedad. Me ofrecieron la opción de ver a un psicólogo, y acepté. Siento que aún no me he recuperado del exilio”, destaca.
Explica que nunca antes había estado tanto tiempo fuera de su país. A veces se siente desconectado, como si estuviera flotando, sin poder poner los pies sobre la tierra. “En el trabajo, a veces me distraigo pensando en cómo estará la situación en Nicaragua y en mi gente”, comenta.
Sevilla asegura que el periodismo fue su pasión, a la que entregó su juventud y esfuerzo. “No me arrepiento, lo volvería a hacer. El periodismo no te deja riquezas, pero sí una gran satisfacción personal. Nunca busqué dinero, sino una vida con propósito, y siento que lo logré. Ahora estoy empezando una nueva etapa en la cocina, trabajando en un restaurante famoso aquí en Estados Unidos. Aunque me siento como cuando comencé en el periodismo, estoy listo para darle todo a esta nueva pasión”, concluye con seguridad.
Asegura que le gustaría ver la caída del régimen Ortega-Murillo. “Sé que Ortega va a caer, es una persona mayor, casi de 80 años. No creo que aguante mucho más. Le pido a Dios que me dé vida para verlo caer, aunque sea desde lejos”, señala.
Agrega que todos los seres humanos tenemos ese destino; nadie escapa de la muerte, y las transiciones son necesarias.
“Lo vi con la muerte de mis padres durante la pandemia. Fue una transición dolorosa, pero entendí que era algo que tenía que pasar. Todos lo vivimos, y no me podía quedar estancado. A veces, las transiciones son buenas. Creo que Nicaragua está estancada por una persona sin buenos criterios, pero confío en que habrá un cambio. El 70% de los nicaragüenses son jóvenes, y eso me da esperanza”, concluye.
Al preguntarle qué es lo que más extraña de Nicaragua, asegura que es la comida como el gallo pinto, el chancho con yuca, el vigorón, las bebidas tradicionales como el pinolillo y los postres.
“Imagínate que desde que salí no he podido ir a una purísima. Extraño los dulces, la cajeta de coco, la caña, el limón dulce, la naranja… que dicen que ya no hay en Nicaragua. Es una nueva vida a la que me tengo que acostumbrar, pero siempre extraño el calor de allá”, finaliza el periodista.