Al menos 28 vuelos desde Haití arribaron a Nicaragua en los últimos dos días
El régimen sandinista no se ha pronunciado al respecto de estos vuelos, que han movilizado entre 1300 y 6000 personas

Al menos 28 vuelos de 6 líneas aéreas distintas han transitado la ruta aérea no oficial que existe entre Managua y Puerto Príncipe, la capital de Haití, moviendo grandes cantidades de individuos que, se presume, utilizan a Nicaragua como país intermediario en su viaje más largo hacia los Estados Unidos, entre el viernes 20 y sábado 21 de octubre, según registros oficiales.
Los vuelos fueron detectados por medios de comunicación a través de la programación oficial de la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales (EAAI) de Nicaragua, quien también mostraba vuelos desde otras naciones isleñas en el Caribe, como República Dominicana y Cuba, como también de países africanos.
Lea además: Cinco claves para entender los roces migratorios entre Costa Rica y Honduras
El enjambre inicio el viernes con 12 aterrizajes desde Haití en el Aeropuerto Internacional «Augusto C. Sandino» iniciando a eso de las 11AM y luego, el pasado sábado 21 de octubre, hubo otros 16 aterrizajes en Managua. Las aerolíneas AirCentury, Atlantic, Magni, Sarpa Searca, Sky High, y Sunrise han sido las proveedoras de los vuelos.
En promedio, cada uno de estos aviones tiene capacidad para transportar entre 50 y 220 pasajeros, lo que nos da un estimado de entre 1300 y 6000 individuos llegando a Nicaragua un sólo fin de semana.
La crisis hatiana
Sin una declaración oficial al respecto, la razón más plausible para este aumento repentino y sostenido de los vuelos podría recaer en la grave crisis humanitaria que Haití enfrenta desde hace unos 5 años, casi concurrentemente con la nicaragüense, aunque estadística y cualitativamente mucho más sangrienta.

Según un informe de la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), la crisis se ha agravado particularmente desde 2022, cuando iniciaron enfrentamientos a gran escala entre bandas criminales. «En Brooklyn, a las afueras de la capital de Haití, Puerto Príncipe, se han reducido casi por completo los servicios de agua potable, electricidad y salud desde que comenzaron los enfrentamientos entre el G9 y un grupo criminal rival, el G-Pèp, en julio de 2022», señala HRW.
La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH) estima que los grupos criminales en Haití asesinaron a más de 2.000 personas entre enero y junio de 2023, así como más de mil secuestros y «violaciones generalizadas» como arma de terror de parte de los grupos delincuenciales. En suma, la violencia en Haití ha aumentado cerca del 125% en comparación con el mismo periodo de 2022, a pesar de un cese al fuego entre los grupos armados acordado en junio de este año.
La posición de Nicaragua
El enjambre de vuelos inició en las vísperas de una cumbre convocada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en Palenque, México, para discutir con sus homólogos la cuestión de los grandes flujos migratorios que aquejan a la región. A la reunión asistieron los mandatarios de Colombia, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras y Venezuela, así como el primer ministro haitiano, Airel Henry.

Nicaragua se ausentó, pero días antes de iniciada la oleada de vuelos haitianos, a través de los medios oficialistas el régimen sandinista de Daniel Ortega difundió un documento tratando el tema, la Posición de Nicaragua para la elaboración de un Plan de Atención a los Flujos Migratorios.
En el texto, el gobierno sandinista sostiene que la migración masiva, además de ocasionada por factores como el cambio climático, es en mayor medida responsabilidad de «ilegales y terroristas medidas coercitivas unilaterales impuestas por Países imperialistas y neocolonialistas«, apuntando a las sanciones que naciones como Estados Unidos y entes como la Unión Europea han impuesto sobre el régimen debido a su documentado historial de violaciones a los derechos humanos.
Igualmente, el documento del régimen enfatizó los peligros de la migración masiva, hablando de «la travesía, los peligros, los riesgos, la muerte incluso y luego al llegar la realidad no es como la habían escuchado, es una pesadilla».
El régimen igualmente sostiene que la migración masiva «facilita el incremento de la actividad delincuencial, particularmente el crimen organizado transnacional en todas sus expresiones: trata de personas, secuestros, asesinatos, narcotráfico, tráfico ilícito de migrantes, violaciones, entre otros»; sin embargo, el gobierno no ha realizado ningún esfuerzo para abordar la situación que denuncia en el documento. Más bien, a través de políticas como el visado libre para ciudadanos cubanos, el régimen alienta este fenómeno.