Régimen Ortega-Murillo eleva a 52 el número de presos políticos en el país
El listado de personas es construido por el Mecanismo y se incluyen a las personas presas políticas de quienes se obtuvo acceso y autorización de sus familiares para su publicación.

Dos de los actuales presos políticos de Daniel Ortega: Brooklyn Rivera y Manuel Urbina Lara.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, la cifra de personas privadas de libertad por motivos políticos en el país ha alcanzado los 52, de los cuales 7 son mujeres, 45 hombres, de este total 15 son adultos mayores.
Además, 35 de ellos ya han sido condenados, mientras que 17 aún esperan juicio. La información también revela que 13 personas se encuentran desaparecidas, lo que agrava aún más la crisis de derechos humanos que se vive en el país con mayor fuerza desde 2018.
Hasta el 31 de enero pasado, el Mecanismo contabilizaba 47 personas detenidas por razones políticas, indicando que a pesar de que la cifra ha aumentado con respecto al mes anterior, se advierte que el número real podría ser mayor debido al ambiente de represión y falta de acceso a información pública.
Aunque en esta oportunidad no hay un informe detallado, el Mecanismo ha señalado en múltiples oportunidades que las condiciones de encarcelamiento de las personas presas políticas en Nicaragua siguen siendo alarmantes, constituyendo una grave vulneración de los derechos humanos.
Así mismo que la alimentación proporcionada es insuficiente y carece de nutrientes, lo que agrava la salud de los detenidos. Además, se ha denunciado que el agua suministrada no es apta para el consumo y en muchos casos, se sospecha que se les entrega agua contaminada lo que genera problemas gastrointestinales constantes.
Las personas con enfermedades crónicas, como la diabetes, enfrentan una atención médica deficiente. En los centros penitenciarios no se dispone de pruebas de glucosa ni de control médico especializado, lo que pone en grave peligro su vida.
Aislamiento y falta de atención es una constante
Según el Mecanismo, en los pocos casos en los que se realizan exámenes médicos, los resultados no se entregan ni a los reclusos ni a sus familias, lo que limita su capacidad para recibir un tratamiento adecuado. La atención médica es de mala calidad y se administra de manera negligente, lo que provoca daños irreparables a la salud de los detenidos.
El maltrato y la tortura continúan siendo prácticas sistemáticas en las cárceles. Los presos políticos son sometidos a agresiones físicas y psicológicas, incluyendo amenazas y humillaciones, como la constante expresión “nunca más saldrás de aquí”. Este trato inhumano afecta gravemente su salud mental y emocional, llevando a muchos a desarrollar ansiedad, depresión y sentimientos de desesperanza.
El aislamiento prolongado también constituye una forma de tortura impuesta a los presos políticos. Muchos de los detenidos se encuentran en condiciones de aislamiento extremo, lo que deteriora tanto su salud física como psicológica. Se ha informado que el confinamiento prolongado afecta la circulación sanguínea y provoca daños cognitivos y emocionales severos.
El Mecanismo también ha reiterado su denuncia ante la comunidad internacional y exigencia por la liberación inmediata de todas las personas presas políticas en Nicaragua, el cese de la represión y el respeto a los derechos humanos en el país.