Nicaragua queda fuera de la agenda de Trump en discurso al Congreso
Enfocado en Ucrania, Medio Oriente y los conflictos que inició contra el sistema político estadounidense, Trump no parece interesado en la situación de Nicaragua.

Donald Trump durante su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos. Tras él, su vicepresidente, J. D. Vance (izq.) y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (der.). 4 de marzo, 2025.
En su primer discurso ante el Congreso de los Estados Unidos desde su toma de posesión, el presidente Donald Trump no mencionó los obstáculos en política exterior que suponen las dictaduras de Nicaragua y Venezuela la noche del martes, 4 de marzo.
En su declaración, la más larga ante el Congreso de parte de un presidente en la historia reciente de los Estados Unidos, Trump se mantuvo firme en sus políticas más controvertidas, incluyendo la cruzada del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) para reducir el gobierno federal y su campaña de deportaciones masivas.
El mandatario dejó claro que su prioridad es la guerra en Ucrania. “Estoy trabajando incansablemente para terminar con el salvaje conflicto en Ucrania. Miles de ucranianos y rusos han sido asesinados o heridos innecesariamente en este horripilante, brutal conflicto”, aseguró.
Asimismo destacó sus logros en Medio Oriente, particularmente en relación al conflicto entre Israel y Palestina.
La gran ausente en materia de política exterior fue Hispanoamérica. México sólo fue mencionado en relación a los aranceles impuestos en su contra recientemente, Venezuela en relación al crimen organizado que Trump ha acusado al régimen de Maduro de facilitar (aunque sin mencionar a Maduro por nombre en el discurso) y Nicaragua no fue mencionada del todo.
El único país que figuró de forma prominente fue Panamá, en su ambición de “reclamar” el canal interoceánico que Estados Unidos legó a ese país entre 1977 y 1999. Ahora Trump asegura estar recuperándolo. “El canal de Panamá fue construido por y para los estadounidenses, no para nadie más. Pero otros pueden utilizarlo“, declaró.
Más allá de eso, lo más cerca que estuvo de Centroamérica fue cuando se mofó de las iniciativas de cooperación internacional dirigidas a pueblos indígenas y “afrocolombianos en Centroamérica”, quizá haciendo referencia al pueblo raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia.
Esto concuerda primero con la agenda nacionalista que Trump ha mantenido desde su primer mandato (2017-2021). Bajo el lema de “America First” (“Estados Unidos primero”), la administración Trump pretende remodelar el sistema internacional siguiendo lo que a su ver son los intereses mayores de los Estados Unidos.
Según Trump, esto implicaría el fin del intervencionismo que no beneficie a Estados Unidos directamente, así como de iniciativas de ayuda y cooperación internacional, a las cuales puso pausa en sus primeros días de mandato, algo que presumió como logro en su discurso, aunque la medida la Corte Suprema de Estados Unidos recientemente le ordenó revertir.
Hispanoamérica no es prioridad
También concuerda con los pronósticos de analistas. Hispanoamérica “tiene poco peso en cuanto a política exterior de los Estados Unidos” en este ciclo electoral, explicó Carlos Cascante, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Costa Rica (UCR), en declaraciones anteriores a República 18.
“Hay una preocupación evidente en torno a la guerra de Ucrania, el enorme drama humano que bien se podría llamar genocidio en Palestina y ahora en el Líbano y, sin duda, la geopolítica con China; esas son las tres preocupaciones principales”, agregó el profesor.
Cascante señalaba que Hispanoamérica sólo tiene relevancia en cuanto al tema de la lucha contra el narcotráfico y el freno a la migración, este último objetivo central en la agenda de Trump y por el cual envió a su secretario de Estado, Marco Rubio, en una gira por Centroamérica en sus primeros días de mandato.
Alexander Green, representante demócrata del IX Distrito de Texas, es escoltado fuera del Congreso luego de haber protestado contra el discurso de Trump. 4 de marzo, 2025. Foto: Reuters
Existe ambigüedad sobre cuál será la postura de Trump de cara a las dictaduras de izquierda en Hispanoamérica, en particular las de Nicolás Maduro en Venezuela y Ortega.
En principio, dada la distancia ideológica, podría esperarse más presión, pero hasta el momento sólo gestos menores se han materializado, contrapuestos a medidas incluso positivas para Maduro y Ortega, como lo ha sido el cese al apoyo internacional a medios de comunicación críticos de las dictaduras.
Trump también mantiene aparente cercanía con Vladimir Putin, aliado tanto de Ortega como de Maduro.
Hasta el momento, la única medida concreta para con la dictadura en Nicaragua ha sido la posibilidad de expulsar al país del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-CAFTA), discutida por Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado estadounidense.