Doble discurso. Ortega critica política migratoria de Washington mientras violenta a nicaragüenses
El jurista Uriel Pineda criticó la retórica simplista de Ortega, que elude enfrentar la crisis migratoria y la política antiinmigrante de Trump, mientras comete un crimen de lesa humanidad al desnacionalizar a nicaragüenses sin base legal.

Daniel Ortega y Rosario Murillo ahora autodenominados co-presidentes de Nicaragua.
“Los están sacando a patadas”, dijo este lunes Daniel Ortega respecto a las deportaciones masivas ordenadas por el gobierno de Donal Trump; calificando la medida como una violación a los derechos humanos, mientras en el país destierra directamente, impide retornos, y niega documentos migratorios a sus propios ciudadanos.
Las contradictorias declaraciones de Ortega se dieron en el contexto de su participación virtual en la Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), junto a Rosario Murillo, Gustavo Porras y el excanciller Denis Moncada.
Ortega tampoco mencionó que si han ingresado vuelos a Nicaragua con migrantes deportados de Estados Unidos y en ningún momento ha manifestado voluntad de recibir a quienes resulten afectados.
Según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) al menos 44.995 ciudadanos de Nicaragua están en lista de espera de deportación en Estados Unidos, sin incluir a los beneficiarios de programas como Parole Humanitario.
Ataca pero no refiere qué hará por sus ciudadanos
“Tenemos que defender los derechos de todos los ciudadanos de este planeta, y en primer lugar de los ciudadanos de América Latina y el Caribe. Y expresar nuestra solidaridad con los pueblos que están siendo atropellados, por la forma en que están tratando a los emigrantes que tenían años de estar asentados en los Estados Unidos”, dijo Ortega.
Agregó que muchas de estas personas habían hecho toda una vida y los están tratando como delincuentes, narcotraficantes, “sin ninguna prueba, sin ningún juicio, sin ninguna sentencia que diga que esos ciudadanos han cometido delito alguno”, insistió Ortega, obviando también que en bajo su régimen se han realizado decenas de juicios políticos sin garantías, sin pruebas y aún así condenado a sus críticos.
Ortega finalizó su discurso diciendo que espera que pronto reine la voluntad de paz, el respeto a los derechos humanos y la humanidad, tanto en el pueblo estadounidense como en sus gobernantes.
Contexto de Estados Unidos es otro
El jurista nicaragüense Uriel Pineda, a quien el régimen Ortega-Murillo despojó de su nacionalidad debido a su labor en la defensa de los derechos humanos, expresó que los espacios de proyección política se ven desperdiciados por Daniel Ortega, ya que el centro de su discurso se basa en una retórica simplista.
“Juega con elementos históricos, lo que hace que eluda posturas esenciales frente a la crisis humanitaria causada por la contención migratoria y la expulsión de personas en situación irregular en Estados Unidos. Esto lleva a una conclusión política: Ortega no quiere enfrentar directamente ni criticar la política antiinmigrante de Donald Trump porque no desea estar en su radar”, consideró.
Pineda explicó que la situación en Estados Unidos tiene un impacto regional, pero al final cuenta con un fundamento legal. Consideró que esto podría ser un reflejo del contexto político convulso en Estados Unidos pero que dentro de los márgenes establecidos, no es contrario, por ejemplo, a la Convención sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes de 1990.
“Lo que hace Daniel Ortega es básicamente desnacionalizar a las personas en contravención de lo que establecen los tratados internacionales la propia Constitución y la legislación del país”, apuntó.
El experto también señaló que “esa crítica que es más bien solapada, sugerida e insinuada, no tan abierta ni confrontativa como lo ha hecho Gustavo Petro, es incongruente” porque se debe tener en cuenta que Estados Unidos enfrenta un flujo migratorio que podría considerarse de décadas sin una acción efectiva por parte del Partido Demócrata. Esto a su vez ha justificado el respaldo del electorado estadounidense a una propuesta antimigrante de Donald Trump.
Lo que ocurre en Estados Unidos no se puede comprar con lo que hace Ortega
Para Pineda, contener el flujo migratorio y aplicar la legislación para que las personas en situación irregular no permanezcan en un territorio, es una cosa pero impedir que connacionales ingresen a un país sin justificación legal, o dicho de otro modo, aplicar la apatridia y la expulsión sin base legal es completamente distinto.
Pineda subrayó que más allá de que las acciones de Ortega sean contrarias a los tratados internacionales, la Constitución y la legislación sus acciones son en realidad conductas criminales.
“Es un crimen de lesa humanidad porque está desplazando a personas por razones políticas. Impedir y desplazar a aquellos que legalmente tienen derecho a estar en el país, como los nicaragüenses, configura un crimen de lesa humanidad, específicamente un desplazamiento forzado. No solo carece de autoridad moral, sino que son situaciones completamente diferentes”, finalizó.