Régimen confisca 2 propiedades de la Diócesis de Matagalpa tras declaraciones del obispo Álvarez
La Diócesis de Matagalpa ha sufrido persecución bajo la dictadura de Ortega y Murillo. Propiedades como el Seminario San Luis Gonzaga y el Centro La Cartuja fueron confiscadas recientemente.

El Seminario San Luis Gonzaga y el Centro La Cartuja son dos propiedades recientemente confiscadas a la Diócesis de Matagalpa por orden del régimen de Nicaragua
Después de que el obispo Rolando Álvarez, hiciera su primera declaración el pasado 14 de enero tras su encarcelamiento y destierro, el régimen de Daniel Ortega ha reanudado la confiscación de propiedades pertenecientes a la Diócesis de Matagalpa.
Este 20 de enero, alrededor de 30 seminaristas fueron desalojados del Seminario Mayor de Filosofía San Luis Gonzaga, por orden de la Policía y funcionarios de la Procuraduría General de la República, que tomaron posesión de la propiedad.
Los medios locales han informado que los seminaristas fueron enviados a sus hogares y se desconoce si hubo personas detenidas.
El 17 de enero se reportó la toma del Centro Diocesano de Pastoral La Cartuja, ubicado en la comunidad Molino Norte, a unos seis kilómetros al norte del centro de la ciudad de Matagalpa.
Según los informes, esta propiedad también fue tomada por la Policía y funcionarios de la Procuraduría General de la República desde la tarde del 16 de enero, con el desalojo de empleados, incluyendo al vigilante.
El Centro Diocesano de Pastoral La Cartuja, construido hace más de 40 años y servía como centro de retiros para movimientos eclesiales y laicos, siendo propiedad de la Diócesis de Matagalpa y utilizado por grupos de otras diócesis.
¿Qué dijo el obispo Álvarez?
Para críticos, la toma de estas propiedades parecen una respuesta a las declaraciones del obispo concedidas al medio español La Tribuna de Albacete. ¿Pero, qué molestó al régimen?
En la entrevista, el obispo Álvarez reflexionó sobre la situación personal y del país tomando como referencia la carta del Papa, que dice: “tengan la certeza de que la fe y la esperanza realizan milagros. Miremos a la Virgen Inmaculada; ella es el testimonio luminoso de esa confianza. Ustedes siempre han experimentado su amparo materno en todas sus necesidades y han mostrado su agradecimiento con una religiosidad muy hermosa y rica espiritualmente”.
“Nosotros siempre acogemos a la Purísima, que es la patrona de Nicaragua”, enfatizó el obispo.
Álvarez añadió que para el nuevo año solo ha pedido hacer la voluntad del Señor, considerando que en ella se encuentra la paz y la esperanza.
“No me interesa más que hacer lo que el Señor quiera. Solo le pido al Espíritu Santo discernimiento para descubrir la voz del Señor en mi interior, en los signos de los tiempos y en los acontecimientos de la historia”, destacó.
En enero de 2024, el obispo Álvarez fue expulsado de Nicaragua y enviado a Roma. En el momento de su primera y única declaración, monseñor Álvarez, junto a algunos de sus sacerdotes conmemoraba el centenario de la fundación canónica de la Diócesis de Matagalpa.
Esta Diócesis ha sufrido gravemente bajo la persecución del régimen de Nicaragua que ha hostigado, amenazado, encarcelado y desterrado a sus sacerdotes y laicos.