Monseñor Álvarez oficia su primera misa pública desde su destierro
Álvarez fue desterrado de Nicaragua el 14 de enero de 2024 y llegó a España alrededor de junio.
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa exiliado por el régimen sandinista, volvió a oficiar misa pública, la primera vez desde que fue excarcelado y expulsado de Nicaragua junto a otros religiosos a principios de este año. La misa tuvo lugar este miércoles, 18 de diciembre, en Sevilla, España.
El acto tuvo lugar en el contexto del centenario de la diócesis de Matagalpa, a celebrarse el jueves, 19, según comunicaciones de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) dirigidas a la comunidad de la diócesis de Matagalpa.
Álvarez mostró gratitud por las oraciones de los fieles católicos por Nicaragua y ofrendó su cruz pectoral, un símbolo del episcopado, ante una imagen de Nuestra Señora de Dolores. “Dios siempre logra salvar lo que es importante“, dijo el obispo en su homilía, en la que también se refirió a Nicaragua.
“No se olviden de la Providencia amorosa del Señor, la única guía segura, precisamente en los momentos más difíciles donde humanamente se vuelve imposible entender lo que Dios quiere de nosotros”, dijo Álvarez, citando una carta del papa Francisco dirigida a los fieles de Nicaragua y publicada a principios de mes.
Álvarez se encuentra en España por lo menos desde junio, cuando apareció por primera vez tras haberse conocido la noticia de su destierro a Roma. El obispo visitó Sevilla, en concreto el Palacio Arzobispal, el seminario, la Catedral y la Casa Sacerdotal, según señaló entonces el arzobispo, monseñor José Saiz, y se asentó un tiempo en retiro espiritual.
Monseñor Álvarez oficia su primera misa pública en el exilio en Sevilla, España. Foto: República 18
El obispo Álvarez ha recibido reconocimientos a nivel internacional por su postura crítica contra el régimen sandinista, la cual le valió más de un año en prisión bajo una condena espuria de hasta 26 años tras las rejas.
La diócesis que Álvarez encabeza se encuentra prácticamente acéfala, tras el destierro del presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN), Carlos Enrique Herrera, quien había asumido la gestión de la diócesis tras el destierro de Álvarez.
Según el informe Nicaragua, una iglesia perseguida, que cubre desde abril de 2018 hasta julio de 2024 en su última entrega, ha habido al menos 870 ataques contra religiosos e instituciones ligadas al catolicismo.
Sin un sucesor claro al arzobispado y con cada vez menos obispos y sacerdotes, en un ambiente hostil, la Iglesia católica en Nicaragua se encuentra en un peligro existencial que no había vivido desde los periodos más anticlericales de la historia nicaragüense en el siglo XIX.