Trump podría deportar a más de 40 mil nicaragüenses detenidos en Estados Unidos. ¿Qué pasa si Ortega se niega a recibirlos?
Ortega ha negado la entrada a Nicaragua a quienes considera una amenaza para su régimen y ha facilitado la migración irregular hacia Estados Unidos.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su siglas en inglés) de los Estados Unidos ha registrado el arresto de más de 40 mil nicaragüenses en sus estadísticas de detención, la cuarta nacionalidad con más detenidos en ese país sólo superada por México (132 mil), Honduras (>47 mil) y Venezuela (>40 mil) entre los años fiscales 2021 y 2024.
Todos estos individuos podrían ser deportados, pues entre las promesas de campaña del presidente-electo Donald Trump está la operación de deportación masiva más grande en la historia de Estados Unidos, enfocándose primero en migrantes con causas criminales, pero en principio diseñada para expulsar del país a todo aquel con un estatus migratorio irregular.
Pero posible que el régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo que gobierna en Nicaragua se niegue a recibir a estos ciudadanos, consistente con una política de facilitación de la migración irregular denunciada y sancionada por Estados Unidos en el pasado.
¿Qué pasaría con esos 40 mil nicaragüenses en tal caso?
“Es un tema tan relevante como delicado“, explicó a República 18 el experto legal en temas migratorios de Estados Unidos, Rónmell López. “La promesa de deportaciones masivas por parte del expresidente Trump plantea múltiples desafíos logísticos, legales y humanitarios, especialmente cuando se trata de nicaragüenses detenidos por el ICE“, continuó.
Para empezar, una negativa del gobierno nicaragüense a recibir a sus ciudadanos deportados podría implicar el prolongamiento de la detención de los mismos en Estados Unidos. Se trata de una medida temporal para buscar una solución diplomática, puesto que la ley migratoria estadounidense establece límites sobre cuánto tiempo se puede retener a una persona sin posibilidad de deportación
En el mejor de los casos, señaló López, esto “podría derivar en liberaciones bajo ciertas condiciones”.
“Operation Wetback” (Operación “espalda mojada”, un insulto para los trabajadores mexicanos de ese entonces), fue un operativo que vio la deportación de más de 1.1 millones de mexicanos en los años ’50 y es la principal inspiración del expresidente Trump para su proyecto de deportaciones masivas. Foto: Museo de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos
La urgencia con la que Trump planea implementar la promesa central de su campaña (“en el día uno”) puede llevarlo a entablar negociaciones con un tercer país que desee recibir a estos migrantes. “Esto es poco común”, aclaró López, “y enfrentaría desafíos legales y diplomáticos, ya que la repatriación debe hacerse al país de origen“.
En el peor de los casos, estos nicaragüenses podrían acabar “en un limbo migratorio, sin un país receptor claro“, lamentó el experto. “Esto los dejaría en una situación de vulnerabilidad, dependiendo de decisiones políticas y de los recursos legales que puedan utilizar“, continuó.
De una celda a otra
El régimen sandinista en Nicaragua ha negado la entrada al país a individuos que percibe como oponentes políticos de la pareja presidencial conformada por Ortega y Murillo. El destierro suele venir acompañado de la revocación de la nacionalidad, hasta ahora una represalia esgrimida contra más de 450 opositores, en su mayoría reos políticos.
La revocación de la ciudadanía fue afianzada con una reciente reforma constitucional que dicta tal castigo para “traidores a la patria”, pero existe un centenar casos en los que nicaragüenses no pierden la ciudadanía de jure, aunque en la práctica el régimen les niega todos los derechos que esta les confiere.
Además de lo antes expuesto, una ley recientemente aprobada por la Asamblea Nacional, controlada por el sandinismo, ilegalizó la salida irregular del país, penada bajo el cargo de “traición a la patria”. Bajo esta legislación, es perfectamente plausible que a muchos de los detenidos en Estados Unidos les espere otra celda en Nicaragua en el caso remoto de que Nicaragua acceda a recibirlos.
A pesar del desproporcionado impacto que tendrían las deportaciones masivas en comunidades hispanas, Trump contó con un apoyo sin precedentes entre comunidades hispanas en la última elección. En la imagen, partidarios hispanos de Donald Trump en el bastión republicano de Florida durante un acto partidario. Foto: Cortesía
“Es crucial considerar que esta situación no solo afecta a los deportados, sino también a sus familias, muchas de las cuales incluyen ciudadanos estadounidenses“, subrayó López, y añadió que “la reticencia de Nicaragua a aceptar deportados podría ser vista como una estrategia política del régimen Ortega-Murillo, complicando aún más la situación“.
Es por esta situación que López, en conjunto con un sector considerable de la comunidad nicaragüense en los Estados Unidos, lleva ya años abogando por la re-designación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), un mecanismo por el cual los nicaragüenses estarían protegidos de la deportación toda vez que no hayan cometido ningún delito en Estados Unidos.
Las promesas de deportaciones masivas de Trump “no sólo enfrentan barreras legales y diplomáticas, sino que también ponen de manifiesto la necesidad de una política migratoria más coherente y humana“, concluyó López.