“Nos decían cochonas, que nos iban a violar”: excarceladas denuncian abusos cárceles de Nicaragua
Gabriela Morales describe la convivencia en prisión, destacando la solidaridad y el apoyo mutuo que surgió entre sus compañeras.
Las jóvenes Gabriela Morales y Mayela Campos fueron detenidas en Nicaragua por razones políticas ambas fueron acusadas de “terrorismo” y “traición a la patria” luego de un acto de protesta en el que quemaron una bandera sandinista en solidaridad con el cierre de la Universidad Centroamericana (UCA). Ambas sueñan con reconstruir su vida, regresar al país y seguir alzando su voz por las causas sociales.
Actualmente, ambas se encuentran en Guatemala, luego de ser excarceladas por el régimen de Daniel Ortega y están esperando completar su solicitud de refugio en Estados Unidos. En entrevista con la Voz de América (VOA), Campos, refiere que a pesar de que en Nicaragua se lo arrebataron todo, no pierde la esperanza.
Por su parte, Morales describe la convivencia en prisión, destacando la solidaridad y el apoyo mutuo que surgió entre sus compañeras.
“Nosotras convivimos dentro de la cárcel, mucho tiempo siempre estuvimos llevándonos súper bien. En ocasiones peleábamos, en ocasiones reíamos, y al estar acá se consolidó una amistad, un respaldo entre ella y yo y así mismo con las demás”, señala.
La experiencia compartida en prisión las unió y afirma que este vínculo se consolidó porque “venimos de un dolor, nos comprendemos muy bien todo lo que ha calado en nuestra vida y nos apoyamos mutuamente hasta el día de hoy“, señala Morales.
Sobre el motivo de su arresto, Morales recuerda que la quema de la bandera sandinista, un acto simbólico de rebeldía, fue el desencadenante de su condena.
“Estaba muy inconforme con lo que estaba sucediendo en la UCA que ahora se llama Casimiro Sotelo. Hice la quema de una bandera con otras muchachas y lo hice en un área pública”, explica. Por ese acto, fue acusada de terrorismo y traición a la patria.
Denuncia acoso sexual dentro de las cárceles de Nicaragua
“Fui presa por un año y 15 días”, señala y agrega que durante ese tiempo enfrentó múltiples dificultades. “Pasé situaciones súper difíciles por ser mujer, siento que fue mucho más duro, desde andar con la menstruación hasta el acoso sexual que se vive dentro del sistema penitenciario por parte de los oficiales“, compartió.
La situación se vio agravada luego de que en redes sociales se les identificara como activistas feministas. “Nos empezaron a hablar sobre que éramos cochonas, que nos iban a violar”, describe.
Según Morales, este acoso tanto físico como verbal fue muy doloroso para ellas. Agrega que las autoridades se burlaban de su situación, con comentarios como que Mayela era “novia de una de nosotras” y que iban a pelear por “amores lesbianos”.
A pesar de las adversidades vividas, Morales se muestra resiliente y esperanzada, cuenta que en Guatemala tuvo un encuentro con sus compañeras de celda. “Pudimos tomarnos un cafecito, eso marcó muchísimo ahorita sentimentalmente porque realmente fue un apoyo emocional para mí estar con ellas, conocer su experiencia, poder abrazarnos”, confía.
En cuanto a sus planes futuros, Morales asegura que tiene muchos sueños por cumplir. “Quiero ponerme pilas para sacar mi maestría, quiero tener un trabajo, quiero seguir haciendo lo que me gustaba, seguir alzando la voz, seguir hablando, seguir alzando la voz por las mujeres que quedaron“, afirma con determinación.
Apunta que sueña regresar a Nicaragua y hacer todas las cosas que siempre quiso. Agrega que en el pasado, su vida estuvo marcada por el miedo, “no quería hablar en los buses, no quería hablar en las calles y trabajaba de manera silenciosa”, recuerda.
Morales expresa su deseo de regresar a su país y poder “caminar sin miedo” y encontrar un país en democracia y libertad de expresión”.