Miles de nicaragüenses celebraron La Gritería en el extranjero. Sacerdotes llaman a tener esperanza
El amor y devoción de los nicas en el exterior se hizo notar este 7 y 8 de diciembre en diferentes países.
Nicaragüenses radicados en Estados Unidos, Costa Rica y España celebraron a La Purísima este 7 y 8 de diciembre, como una forma de agradecimiento a la virgen y en busca de preservar la cultura y tradición de su país.
El nicaragüense José López Aráuz, exiliado en Costa Rica señaló al medio digital Realidades, que es motivo de alegría celebrar un año más a la Virgen María. Refirió que a pesar de que en Costa Rica hay muchos nicaragüenses pero no en todos se logra celebrar la Purísima como en Nicaragua.
Por su parte, el también exiliado Eddy Monterrey señaló que “donde nos encontremos los nicaragüenses en España, en Estados Unidos, aquí en Costa Rica o en cualquier parte del mundo estamos reafirmando nuestra fe que estamos celebrando nuestras tradiciones como es La Gritería”. Recalcó que se trata de una demostración de fe y de apoyo a la Iglesia Católica de Nicaragua.
Un llamado a fortalecer la fe
Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, celebró la festividad de la Inmaculada Concepción de María en la Iglesia Católica Santa Brígida, de Nueva York, un evento que marcó su regreso público tras varios meses de silencio.
Durante la ceremonia, Báez ofreció un mensaje de esperanza y solidaridad con el pueblo nicaragüense, que atraviesa una difícil situación bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Con esperanza recuerdo a mi pueblo en esta noche de La Gritería, porque como ustedes sabrán, este pueblo que ama tanto a la Virgen está pasando momentos terribles de opresión, persecución e injusticia”, expresó Báez, quien aludió a la grave represión que sufren los nicaragüenses, especialmente a manos de un gobierno que calificó como “totalitario y cruel”.
En sus palabras, lamentó la dura realidad vivida por el pueblo, señalando que “ha quitado todas las libertades a la población y ha convertido el país en una gran cárcel”, describiendo el régimen como “una dictadura criminal que persigue la Iglesia, expulsa del país a sacerdotes y obispos, encarcela a quien no piensa como ellos y ha hecho que el pueblo viva con temor, con el miedo de ir a la cárcel, de ser espiado. Nicaragua se ha vuelto un país muy triste”.
A pesar de la feroz represión, Báez subrayó la fortaleza del pueblo nicaragüense. “No han podido apagar la alegría que viene del amor a la Virgen y todavía, aún en medio de la situación que vivimos, el pueblo sigue gritando esta noche: ‘¿Quién causa tanta alegría? La Concepción de María”.
Monseñor Báez cerró su mensaje con un llamado a la esperanza, a pesar de las adversidades: “Quiero invitarlos a la esperanza, en este momento parece que no hay salida, parece que no hay soluciones… (pero) las fuerzas tenebrosas, los poderes opresores que en este momento tienen cautiva nuestra patria, también van a desaparecer y un día Nicaragua, nuestra patria amada, volverá a ser libre”, concluyó, expresando su fe en un futuro de libertad de Nicaragua.
Vivir la esperanza desde las distintas realidades
En Costa Rica, el sacerdote Rafael Aragón, durante la Solemnidad de la Inmaculada Concepción enfatizó en la necesidad de la esperanza.
Señaló que como dirá el Papa en esta época, muchos esperaban, unos esta celebración, “otros una remuneración económica, otros esperan una operación, otros esperan recuperar la salud y otros esperan que retorne el hijo, nuestra vida está hecha de esperanzas”, insistió.
Agregó que debería verse la esperanza, como la hermana más grande que va al centro llevando con sus manos de un lado la caridad y al otro la fe.
Destacó que en diferentes partes del mundo hay persecución en contra de los cristianos por el simple hecho de proclamar el reino de Dios. “El día está más cerca que antes”, señaló indicando que se espera la llegada de Jesucristo en la historia y circunstancia de cada ser humano y que nadie puede dejar de vivir sin la esperanza en Cristo Jesús.