Se cumplen 5 años del ataque de la rusa a sacerdote Mario Guevara. El caso no tuvo justicia

Tras el incidente, Gonn fue arrestada y acusada de lesiones graves y condenada a 8 años de prisión. Sin embargo, la sentencia fue de corta duración, tras pasar menos de 8 meses en prisión Gonn fue liberada en agosto de 2019.

  • 2:31 pm
  • Dic 5, 2024

Elis Leonidovna Gonn al momento de ser detenida por la policía de Nicaragua.

Tomada de la web.
República 18

Este 5 de diciembre se cumplen cinco años desde el ataque perpetrado por la rusa Elis Leonidovna Gonn al padre Mario Guevara, vicario de la Catedral Metropolitana de Managua, quien fue agredido con ácido en 2018. Esta agresión que conmocionó a la feligresía católica del país, sigue siendo recordado como un acto de violencia que no recibió justicia.

En una entrevista exclusiva con Mosaico CSI, Gonn, originaria de Rusia, explicó que su ataque fue impulsado por una mezcla de fanatismo político y una obsesión hacia Rosario Murillo, la vicepresidenta de Nicaragua.

Gonn, quien se describe como exfascista y ex católica conservadora, confesó que el ataque al padre Guevara fue parte de una venganza personal contra el gobierno nicaragüense. A pesar de reconocer que su acto fue erróneo expresó que no sentía piedad por el sacerdote “hice mal hacia él”, declaró a su vez añadió que no experimentó remordimiento, salvo quizás “un poquito cuando supe que era diabético”.

El relato de Gonn, señala que compró ácido sulfúrico con la intención de atacar a un miembro de la Iglesia y en su visita a la Catedral de Managua, eligió al azar al padre Guevara, quien en ese momento se encontraba confesando a los feligreses. El ataque también afectó a Roberto Pineda, un feligrés de 70 años y a la misma Gonn quien resultó con quemaduras en el pie.

Gonn fue liberada en agosto de 2019 sin ninguna explicación 

Tras el incidente, Gonn fue arrestada y acusada de lesiones graves y condenada a 8 años de prisión. Sin embargo, la sentencia fue de corta duración, tras pasar menos de 8 meses en prisión Gonn fue liberada en agosto de 2019.

La razón detrás de su liberación nunca fue claramente explicada, y la propia Gonn afirmó que nunca recibió una notificación oficial de su excarcelación. Aunque se especuló que su salida podría haber estado relacionada con problemas de salud mental, el proceso y la decisión quedaron rodeados de incertidumbre.

Cinco años después el caso es percibido como impunidad y el ataque sigue siendo un recordatorio de que la falta de justicia en Nicaragua, todo esto en el contexto de una serie de agresiones en contra de la Iglesia Catòlica y de las voces disidentes.