Embajador salvadoreño en Managua fraterniza con autoridades del régimen

El embajador salvadoreño en Managua tiene ya historial de congeniar con las autoridades sandinistas.

  • San José, Costa Rica
  • 10:37 am
  • Nov 18, 2024

El embajador salvadoreño, Hugo Merino (der.) junto al presidente de la Asamblea Nacional y reconocido operador sandinista, Gustavo Porras, en la embajada salvadoreña en Managua durante la celebración del Día del salvadoreño en el exterior. 17 de noviembre, 2024.

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El embajador salvadoreño en Managua, Hugo Merino, agradeció la “valiosa presencia y apoyo” de varios operadores de alto nivel del régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo, “en la celebración del Día del salvadoreño en el exterior, organizada por la embajada de El Salvador en Nicaragua”, el domingo, 17 de noviembre.

Merino publicó el agradecimiento en su cuenta de Twitter (ahora X), mostrándose ameno a individuos como Valdrach Jaentschke, canciller sandinista desde principios de noviembreGustavo Porras, sindicalista y presidente de la Asamblea Nacional, controlada por el régimen sandinista; así como otros ministros, entre ellos María Amelia Coronel Kinloch, ministra del Interior, responsable de la cancelación de miles de organizaciones no gubernamentales por motivos políticos.

Porras fue sancionado por Estados Unidos, la Unión EuropeaCanadáReino Unido y Suiza en 2022, junto a otros 49 funcionarios, por su vinculación en violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción.

Desde su victoria en las elecciones a principios de año, pero con antecedentes anteriores, el presidente salvadoreño Nayib Bukele ha supervisado un creciente acercamiento entre Nicaragua y El Salvador. Esto a pesar de que Ortega convirtió al país en refugio de sus contrincantes políticos, los expresidentes prófugos de la justicia Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes.

Aunque el gobierno de Bukele ha mantenido silencio en cuanto a la crisis de derechos humanos que persiste en Nicaragua, el embajador Merino no ha sido tan discreto. En octubre de 2020, Merino se reunió con Laureano Ortega, hijo de la pareja presidencial y también sancionado, según recopilan medios locales.

Entonces Ortega Murillo le solicitó al embajador transmitir a los inversionistas salvadoreños “que Nicaragua ofrece un clima de seguridad y confianza para los inversionistas, y que a través de las instituciones del gobierno se brindan facilidades para que las empresas puedan establecerse en el país“.

También ha congeniado con oficiales de la Policía Nacional, señalada por crímenes de lesa humanidad.

Aunque cierta cooperación y cortesía es de esperarse entre los diplomáticos y las autoridades locales, no todos los embajadores se han mostrado de la misma manera, lo que ha llevado a expulsiones y quiebres diplomáticos con países como Brasil o Colombia.

La situación diplomática de Nicaragua por ello ha sido compleja, apuntando al aislacionismo de cara a occidente mientras se acerca cada vez más a China (con quien El Salvador tiene lazos comerciales) y Rusia, a tal punto que Estados Unidos, su principal socio comercial, decidió tras el retiro del embajador Kevin Sullivan en mayo, no designar un nuevo embajador, sino un “encargado de negocios”.