Violencia sigue cobrando vidas y profundizando el despojo territorial en comunidades indígenas

El defensor señala que el despojo territorial no solo implica la pérdida de tierras, sino la destrucción de las estructuras sociales y culturales que han sostenido a los pueblos indígenas por generaciones. 

  • 2:05 pm
  • Nov 13, 2024

La comunidad internacional sigue demandando acciones concretas para frenar esta violencia y proteger los derechos de los pueblos indígenas pero el régimen hace caso omiso.

Imagen ilustrativa
República 18

Comunitarios han reportado que en San Miguel Bikan, en Waspán, perteneciente a la Región Autónoma Costa Caribe Norte Nicaragua, un hombre miskito identificado como Elmer murió al recibir tres disparos de un colono, luego de una discusión por un conflicto de tierras. Lo que se conoce es que falleció a las 10 de la mañana del lunes 11 de noviembre en el hospital de Waspam.

También existe un reporte que indica que los ciudadanos miskitos identificados como “Marlon Ocampo, de 30 años, y Guzmán Ocampo, de 27”  fueron asesinados el viernes 8 de noviembre por presuntos “toma tierras” en la comunidad Sanibila, ubicada en la rivera del Río Coco, San Andrés de Bocay, en el Territorio Indígena Especial “Alto Wangki”, municipio de Wiwilí, Jinotega.

Un defensor de las comunidades indígenas declaró en condición de anonimato que  la violencia en las comunidades indígenas de la Costa Caribe sigue cobrando vidas y profundizando el despojo territorial, a pesar de las demandas de organismos internacionales y defensores de derechos humanos que exigen el cese de estas agresiones.

Recientemente, se reportaron varios asesinatos en las comunidades miskitas, incluyendo dos el 8 de noviembre, lo que subraya la grave crisis de violencia que afecta a las comunidades, señaló.

El defensor indicó que las invasiones son ilegales y violentas, no solo porque implican el uso de la fuerza armada, sino porque están marcadas por la impunidad frente a crímenes graves. Esto no solo vulnera los derechos individuales, como el derecho a la vida, sino también los derechos colectivos de los pueblos indígenas, como el derecho al territorio y a un ambiente sano.

Subrayó que las comunidades de la Costa Caribe han vivido años de resistencia frente a las invasiones, pero en los últimos años, la situación ha empeorado.

Los colonos no solo han atacado a las comunidades indígenas, sino que también se enfrentan entre ellos por el control de tierras, como ocurrió recientemente en la comunidad de La Esperanza, donde hubo asesinatos entre colonos disputándose territorios“, explicó.  

Enfatizó que este tipo de enfrentamientos internos refleja una escalada de violencia que afecta tanto a los pueblos indígenas como a otros grupos colonos. Insistió que la violencia no es solo un problema aislado, sino parte de un proceso continuo de despojo territorial. 

Buscan consolidar el control de las tierras

Según el defensor, en los últimos años los colonos han comenzado a entrar en las comunidades armados, bajo la protección y autorización de funcionarios locales. “Este es un proceso de despojo más avanzado, ahora se busca consolidar el control de las tierras que ya han ocupado, a través de amenazas y violencia sistemática. Las comunidades están siendo presionadas para vender sus tierras, a menudo bajo coerción”, agrega el defensor.

Lamentó que a pesar de la magnitud de la violencia, el gobierno ha minimizado la situación, “el Estado sigue culpando a las comunidades de permitir la invasión de los colonos, cuando en realidad ha sido el propio gobierno el que ha facilitado su entrada, permitiendo que los colonos entren armados y ocupen tierras sin consecuencias”, denunció. 

El defensor denunció la falta de protección para las comunidades y la normalización de la violencia por parte del gobierno.

“La respuesta del Estado ha sido cínica. Mientras las comunidades resisten, el gobierno continúa permitiendo que los colonos invadan y amenacen a las personas. Esta situación no solo pone en riesgo las vidas de las personas, sino también la supervivencia de los pueblos indígenas como pueblos autónomos”, refirió. 

El despojo territorial no solo implica la pérdida de tierras, sino la destrucción de las estructuras sociales y culturales que han sostenido a los pueblos indígenas por generaciones, finalizó.