Marco Rubio y la posibilidad de una guerra comercial contra las dictaduras de Hispanoamérica

Rubio es reconocido en la política estadounidense por su línea dura contra China y los regímenes de izquierda en Hispanoamérica, entre ellos la dictadura en Nicaragua.

  • San José, Costa Rica
  • 11:20 am
  • Nov 13, 2024

Donald Trump y el senador Marco Rubio (R-FL) en Raleigh, Carolina del Norte, EE. UU., el 4 de noviembre de 2024, un día antes de las elecciones que devolvieron a Trump la presidencia.

Cortesía
República 18

Hace ocho años hubiera sido impensable encontrarse al senador republicano de la Florida, Marco Rubio, en el gabinete del ex-presidente y ahora presidente-electo Donald Trump. Las diferencias parecían insalvables en las primarias de 2016, cuando Rubio llegó a calificar a Trump de “embaucador” y Trump, en respuesta, lo llamó mentiroso.

Pero ocho años es mucho tiempo.

Aunque no se ha hecho el nombramiento oficial, medios estadounidenses han reportado que Rubio será el Secretario de Estado de Trump para su renovada presidencia (2025-2029), en base a reportes de fuentes cercanas. La relación entre ambos no era tan distante para la campaña de 2024, con Rubio intentando entrar a la vicepresidencia y declarando sus intenciones de trabajar con la administración Trump si se lo pedían.

Rubio es parte de las comisiones de Inteligencia y de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, por lo que el trabajo en el Departamento de Estado no le resultará extraño. El gesto del nombramiento de Rubio, de origen cubano, es también para la administración Trump un mensaje claro: las dictaduras de izquierda en Hispanoamérica no la tendrán fácil.

Rubio es de origen cubano, residente de Miami y graduado en ciencias políticas. Es reconocido como un “strongman” (“hombre fuerte”) contra los rivales geopolíticos de Estados Unidos, particularmente la República Popular China. Los últimos cuatro años, Rubio ha dedicado sus esfuerzos a criticar la postura conciliadora de la administración Biden hacia el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Carlos Cascante, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Costa Rica (UCR), dijo a República 18 que Rubio no es el único signo de un giro agresivo en la política exterior estadounidense hacia Hispanoamérica y a nivel general. “No es sólo por Rubio”, explicó.

“La visión general es cortarle espacios a China”, país que ha venido expandiendo su influencia en la región, señaló el experto. “Todo parece indicar que su política exterior será más agresiva”, agregó.

La confluencia de los rivales geopolíticos de Estados Unidos en Hispanoamérica (las dictaduras en Cuba, Venezuela y Nicaragua) en el poderío industrial y comercial de China no ha pasado desapercibida incluso para la administración Biden. Trump, reconocido crítico de China, probablemente retomará y amplificará las políticas frontales de su anterior mandato.

¿Se acerca una guerra comercial?

“Tienen varias armas para ser agresivos, sobre todo sus capacidades comerciales, pero (para enfrentar a Nicaragua) esto sólo funcionaría si logran limitar la migración nicaragüense a Estados Unidos”, agregó Cascante.

A través del programa de parole humanitario, la administración Biden pudo reducir temporalmente el flujo migratorio de nicaragüenses hacia Estados Unidos. La estrategia de la dictadura nicaragüense cambió a la de convertir el país en un puente para migrantes de otras nacionalidades, por ello Estados Unidos impuso con sanciones.

Trump tiene un acercamiento distinto: las deportaciones masivas. La campaña de Trump prometió la operación de remoción de migrantes irregulares más grande en la historia del país, apuntando a deportar a por lo menos 11 millones de personas. La capacidad disuasiva de tal política queda por verse, pero el efecto para el régimen nicaragüense se reflejará en términos económicos.

Alrededor del 80% de las remesas extranjeras que recibe Nicaragua provienen de sus migrantes en Estados Unidos. El monto asciende en 2024 a un promedio de alrededor de 450 millones de dólares, con un crecimiento de hasta 300% en los últimos seis años, desde el inicio de la crisis sociopolítica en abril de 2018.

Aunque poco probable, el régimen sandinista también enfrenta la posibilidad de ser expulsado del Tratado de Libre Comercio que mantiene con Estados Unidos, y siendo ese país el principal socio comercial de Nicaragua, Estados Unidos se encuentra en una posición dominante para ejercer presión de ser esa la intención del próximo presidente.