¿Será Trump más contundente contra la dictadura de Ortega en Nicaragua?

Donald Trump volverá a la Casa Blanca en enero de 2025 tras su victoria este martes. ¿Qué espera la oposición nicaragüense?

  • San José, Costa Rica
  • 2:55 pm
  • Nov 6, 2024

Donald Trump durante un acto de campaña.

Cortesía
República 18

La victoria del presidente-electo republicano Donald Trump por segunda vez este martes, 5 de noviembre, traerá consigo una de las administraciones más controvertidas una vez asuma el puesto en enero de 2025. Son muchas las preocupaciones que afligen a la diversa sociedad estadounidense y en el exterior, muchos otros grupos esperan un Estados Unidos proactivo para abordar los retos regionales y globales.

Entre la comunidad de opositores nicaragüenses a la dictadura sandinista de Daniel OrtegaRosario Murillo, la postura de Estados Unidos ha sido siempre de vital importancia, al ser este país el mayor socio comercial de Nicaragua y ejecutor de una variedad de sanciones y medidas diseñadas para poner presión al régimen en pro de políticas más democráticas.

Para la joven opositora Samantha Jirón, miembro de la Concertación Democrática Nicaragüense, Trump estará demasiado ocupado en otros frentes como para cambiar significativamente los esfuerzos hacia Nicaragua ya emprendidos en su primera administración (2017-2021) y la del presidente saliente, el demócrata Joseph Biden (2021-2025).

“Trump estará más ocupado en temas internos a Estados Unidos”, valoró Jirón. En cuanto a política exterior, la joven activista considera más probable que el mandatario republicano enfoque su mirada al conflicto Israel-Palestina que a Hispanoamérica. Otros analistas concuerdan con este análisis.

¿Fin de los programas humanitarios?

A juicio del joven economista nicaragüense, Braudy Sánchez, miembro y director de la iniciativa Proyecto Patriota, “Trump no se ha posicionado específicamente. Sabemos que ha tenido una posición de aumentar la presión a Cuba a la vez que propone una política aislacionista”, pero matiza que “existe ambigüedad“.

La respuesta será más clara, argumenta Sánchez, cuando Trump haya elegido a un Secretario de Estado. “La elección de alguien como Marco Rubio (senador republicano de Florida) podría aumentar la presión”, explicó.

En cuanto a la propuesta central de la campaña de Trump, la deportación de millones de migrantes irregulares, Sánchez no cree que Trump vaya a pasar de las deportaciones a migrantes que hayan cometido delitos, lo que ya es un proceso estándar en el país. “El verdadero punto de debate será si cumple con terminar procesos como el TPS, parole humanitario, Movilidad Segura. entre otros“, resaltó.

Trump ha prometido poner fin a estos programas que, a su ver, son herramientas en la “invasión” de los Estados Unidos a manos de sus contrincantes políticos, el Partido Demócrata actualmente encabezado por el presidente Biden. Dicha política afectaría las vidas de millones de migrantes, incluyendo a nicaragüenses que se han visto beneficiados por estas avenidas humanitarias.

Una mirada un tanto optimista

Enrique Martínez, joven activista y directivo del colectivo opositor AVANZA, cree que la victoria de Trump “podría tener implicaciones importantes para Nicaragua, especialmente en términos de presión sobre la dictadura sandinista”. En base a su primer mandato, Martínez aseguró que “podríamos esperar que una administración de Trump incremente sanciones y medidas diplomáticas para aislar y debilitar al régimen”.

Trump ha demostrado ser contundente en su oposición a las dictaduras socialistas en América Latina, y su regreso a la Casa Blanca probablemente reforzaría su postura crítica hacia gobiernos autoritarios en la región, como ya lo ha hecho anteriormente con Venezuela y Cuba. Nicaragua, bajo el régimen del FSLN liderado por Ortega-Murillo, no sería una excepción“, mantuvo Martínez.

Donald Trump y su vicepresidente-electo (izq.) JD Vance, los candidatos más anti-inmigración en la historia reciente de los Estados Unidos, gobernarán el país entre 2025 y 2029. Foto: NPR

Dada la alta peligrosidad que representa la dictadura “con sus vínculos con el crimen organizado, narcotráfico y terrorismo”, un enfoque clave en esta nueva administración, señaló el activista, “podría ser declarar al FSLN como una agrupación terrorista en América Latina“, dañando su ya de por sí desacreditada imagen a nivel internacional.

Tales medidas, valoró Martínez, podrían tener un efecto disuasivo a nivel interno de la propia dictadura en Nicaragua. “La influencia de Estados Unidos, bajo un liderazgo decidido como el de Trump, podría ser fundamental para incentivar al régimen a negociar y considerar reformas que beneficien al país“, declaró.

Y aunque reconoció que las deportaciones masivas de Trump “podrían tener un impacto directo en los nicaragüenses que han emigrado buscando mejores oportunidades y seguridad”, Martínez lo ve como una oportunidad de reflexionar “para utilizar medios seguros, legales y ordenados que garanticen la estabilidad en cualquier país receptor de migrantes”.

“Tenemos el reto de generar mayor conciencia sobre la administración republicana y de encontrar mecanismos que permitan salvaguardar a los nicaragüenses de bien que mantienen la llama de la libertad desde el territorio de Estados Unidos. Como liderazgo joven voy a aprovechar este contexto para buscar incidencia y promover una estrategia diplomática” para una salida pacífica y negociada a la crisis nicaragüense, concluyó Martínez.