Demoledora victoria republicana augura tiempos difíciles para migrantes

El expresidente y ahora presidente-electo, Donald Trump, logró conquistar el voto popular y a más de 300 electores en el Colegio Electoral estadounidense.

  • San José, Costa Rica
  • 8:54 am
  • Nov 6, 2024

Donald Trump junto a su esposa, Melania Knauss y su hijo, Barron Trump, en Florida durante el discurso de victoria la madrugada del 6 de noviembre.

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República 18

Con más de 71 millones de votos y un conteo en el Colegio Electoral superior a los 270 votos, Donald Trump, expresidente y candidato republicano en los comicios generales de Estados Unidos, será el primer mandatario en servir dos términos no consecutivos en más de 130 años en el país norteamericano tras su victoria en los comicios de este martes, 5 de noviembre.

Trump compareció junto a familiares, amigos y partidarios clave en West Palm Beach, Florida la madrugada del 6 de noviembre, cuando contaba con al menos 267 de los 270 votos necesarios para la victoria, declarándose ganador, reafirmando sus promesas de aplicar mano dura contra la migración irregular y prometiendo “el mayor resurgimiento económico” en la historia del país.

Para entonces los estados de Wisconsin, Michigan, Nevada, Arizona y Alaska —todos con Trump a la cabeza— no habían sido declarados a favor del candidato por la mayoría de monitoreos electorales, como tampoco Maine y Nueva Hampshire, ambos yendo con cierto margen a la candidata demócrata, la vicepresidente Kamala Harris.

Harris no otorgó públicamente la elección a Trump. Para la mañana de este 6 de noviembre, Trump ya posee 277 votos en el Colegio Electoral, más de los necesarios para declarar la victoria oficialmente, y se proyecta que tendrá 312 al final del proceso. Por otro lado, tanto la Casa de Representantes como el Senado apuntan a una mayoría republicana absoluta de cara al cambio de gobierno en 2025.

Trump prometió “terminar inmediatamente” los programas de asistencia migratoria que, según él, forman parte de una “invasión” en contra de los Estados Unidos, por la cual culpa al presidente Joseph Biden. Asimismo, la promesa vertebral de su campaña fue la deportación masiva de millones de migrantes irregulares, algo que dijo ordenará “en el día uno” de su mandato.

“Detendremos todos los vuelos de migrantes, acabaremos con todas las entradas ilegales, cancelaremos la aplicación de teléfono de Kamala para el contrabando de inmigrantes ilegales (CBP One), revocaremos la inmunidad ante la deportación, suspenderemos el reasentamiento de refugiados y devolveremos a los inmigrantes ilegales de Kamala a sus países de origen” declaró Trump en septiembre.

Salvaré nuestras ciudades y pueblos en Minnesota, Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y en todo Estados Unidos“, agregó el exmandatario.

Simpatizantes republicanos durante el discurso de victoria de Trump en Florida. Foto: AP

La victoria de Trump infunde además en el campo demócrata temores de una gestión antidemocrática, pues el presidente-electo ha sido implicado en un complot para revocar la elección de 2020 (que nunca reconoció haber perdido) que llevó a la ocupación del Capitolio en enero de 2020 por una muchedumbre de simpatizantes republicanos.

El exmandatario enfrentaba causas pendientes con la justicia ante acusaciones penales, la más grave por presuntamente haber acaparado secretos de Estado. Pero el presidente-electo pudo correr en la elección gracias a una decisión de la Corte Suprema (varios de los jueces los apuntó él) que restó tracción a varias de las acusaciones.

Trump, sin embargo, mantiene que todo aquel asunto fue una muestra de persecución política de la izquierda y no ha retrocedido en ninguno de sus puntos. Aunque existen cuestionamientos sobre el costo, la viabilidad y el masivo impacto económico de las deportaciones masivas, el presidente-electo y sus más cercanos asesores mantienen no sólo que es posible, sino necesario para el futuro de los Estados Unidos.