Aumento de femicidios en un país deja entrever “ineptitud” del Estado para defender a las mujeres

Defensora criticó la inacción del Estado, afirmando que “no ha implementado ninguna medida de contención o mitigación para reducir los femicidios”, lo que ha llevado a una creciente normalización de la violencia de género.

  • 11:37 am
  • Oct 22, 2024
San Benito, femicidio.

Patrulla policial en las afueras de la vivienda donde se registró el femicidio de Cinthia Carolina Gómez Mejía.

Medios oficialistas
República 18

La tarde de este 21 de octubre, Cinthia Carolina Gómez Mejía, de 33 años, fue asesinada por su expareja, Eddy Enmanuel Hernández Fernández, de 48 años en San Benito-Tipitapa, el delito fue cometido frente a una menor de 14 años, hija de la víctima.

Con este caso, el Observatorio Voces, de la organización Católicas por el Derecho a Decidir contabiliza 63 femicidios, en lo que va del 2024.

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Gómez recibió nueve heridas de arma blanca distribuidas en el pecho, los brazos y  piernas. “Cuando llegué a la casa, ella ya estaba apuñalada, y lo que hice fue irme con ella en la ambulancia. Ese hombre la maltrataba mucho, había mucha violencia; estuvieron unos días separados, pero regresó solo para hacerle eso”, dijo una familiar de la víctima a medios oficialistas.

Pasadas las 5 de la tarde, la Policía sandinista logró la captura del acusado quien según los reportes se encontraba escondido entre matorrales frente a la casa de su madre. 

Los femicidios tienen efecto en la percepción internacional 

La defensora por los derechos de las mujeres J.CH, dijo a República 18 que “los femicidios influyen en la percepción internacional de un país, evidenciando la ineptitud de un Estado que se muestra renuente a proteger a las mujeres”. 

Agregó que en un país como Nicaragua, donde las mujeres representan el 52% de la población, no se están resguardando sus derechos, principalmente el derecho a la vida.

Planteó además que la falta de medidas efectivas por parte del régimen ha llevado a una escalada de violencia. “No solo se arrebata la vida, sino también el derecho a una nacionalidad y a la protección de los hijos”, enfatiza. 

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La defensora criticó la inacción del Estado, afirmando que “no ha implementado ninguna medida de contención o mitigación para reducir los femicidios”, lo que ha llevado a una creciente normalización de la violencia de género.

Lamentó que esta normalización tiene profundas repercusiones en la vida cotidiana de las mujeres. “Las mujeres estamos expuestas, ya sea con el que vive en casa o con el que encontramos en la calle”, explica.

Agrega que este contexto de violencia ha provocado que muchas mujeres vivan con miedo y ansiedad. “Ahora es común que las mujeres andemos afligidas, con miedo a ser agredidas, en lugar de sentirnos libres”, añadió la defensora.

Así mismo lamentó que todas las organizaciones que se encargaban de la defensa de las mujeres, tratando de solventar la deficiencia que había por parte del Estado han sido cerradas completamente

“Cualquier cosa que huela a defensa de derechos humanos en Nicaragua le van a cortar la mano, ese es el modus operandi del Estado. Todo lo que esté relacionado a derechos humanos va a ser cercenado, preso, exiliado”, lamento.

Patrones de violencia se perpetúan en la infancia

Dijo además que la cultura de la violencia se perpetúa desde la infancia, donde se enseñan valores que contribuyen al machismo. “Se educa a las niñas para que escapen de los hombres, en lugar de educar a los hombres a no agredir”, destaca. 

Añadió que este patrón se manifiesta en las dinámicas familiares, donde las niñas son castigadas por no cumplir con tareas del hogar, mientras los niños gozan de más libertad. “Las niñas son sometidas a castigos por no lavar trastes, mientras los niños están en la calle jugando, y esas cosas se han normalizado”, destacó. 

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Por otra parte mencionó el alarmante aumento de desapariciones de niñez y adolescentes en el país. “La desaparición de niñas  son problemáticas que han sido ignoradas. Se habla de que ‘se perdió una niña’, sin reconocer que muchas veces son raptadas y llevadas para ser prostituidas”, señala. 

Expuso que esta falta de reconocimiento y acción por parte del Estado contribuye a un clima de impunidad en el que los agresores se sienten cada vez más seguros.

“El Estado está de manos caídas, no está dispuesto a defender la vida de las mujeres. La violencia contra nosotras ha sido normalizada, y necesitamos que esto cambie”, apuntó.

Así mismo, enfatizó que la situación actual exige un compromiso real y efectivo por parte de las autoridades, así como un cambio cultural que respete y proteja los derechos de todas las mujeres en Nicaragua.

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