Ciudadanía percibe corrupción y serías deficiencias en salud y educación plantea estudio de organizaciones en el exilio
Según las organizaciones 8 de cada 10 personas consultadas aún sigue creyendo que está en aumento el deterioro de la seguridad ciudadana.
Este 29 de agosto, Hagamos Democracia junto al Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), presentaron un estudio sobre “Consultas de Percepción Ciudadana de la Realidad Social Nicaragüense”, en el que señalan que en el país existe corrupción y que hay serias deficiencias en el sistema de salud y educación pública.
La presentación del estudio, estuvo a cargo de Jesús Tefel, presidente de Hagamos Democracia junto a las investigadoras del CETCAM, Elvira Cuadra y Ana Quirós.
Las organizaciones plantean que la corrupción local sigue siendo una problemática identificada por las personas encuestadas en sus municipios. 85.3% de estas personas conoce actos de corrupción ejecutados a nivel local, apuntan.
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Jesús Tefel señaló que “esto puede llegar a concluir que ni siquiera están teniendo cuidado de ocultarlo o de hacerlo por debajera. Allá está la luz pública”.
Agregó que el aumento de la corrupción a nivel de los municipios consideramos se debe a la que el partido de gobierno adjudicó a todas las concejalías regionales de la Costa Caribe de Nicaragua garantizando mayor control, y en consecuencia a actos de corrupción desmedida.
“Son estos cambios políticos que hacen que la corrupción prolifere y esté a la luz pública y que la gente la pueda percibir y palpar en su día a día”, destacó Tefel.
Inseguridad ciudadana y violencia también es percibido
Según las organizaciones 8 de cada 10 personas consultadas aún sigue creyendo que está en aumento el deterioro de la seguridad ciudadana.
“Y esto evidencia la ausencia de políticas de seguridad pública claras que estén mitigando esto. Por el contrario, vemos que más bien cada tantos meses hay liberaciones, indultos masivos donde 2.000 presos comunes sin cumplir su condena salen a las calles, donde siempre podemos ver cada vez que hay algo de esto como hay picos en la delincuencia, en los actos violentos, en los robos con intimidación, en violencia en general”, indicó Tefel.
Por su parte Elvira Cuadra señaló que “el sistema de control y vigilancia en Nicaragua esta conformado por dispositivos institucionales y paraestatales que se han encargado de la persecución, vigilancia y de grupos específicos y ciudadanos”.
Tefel insistió que las políticas de seguridad pública en vez de estar mitigando están empeorando la situación.“La vigilancia represiva se mantiene y manifiesta un altísimo porcentaje, lo que refleja el mantenimiento y reforzamiento del estado policíaco de facto en el país. No ha cambiado, no se ve que por el control que ya tienen en el país ellos relajen las medidas represivas”.
Salud y educación sin calidad
Respecto a la educación pública sigue siendo valorada de forma negativa, llegando a niveles de 76.2% de desaprobación de la calidad de la formación básica en Nicaragua.
Lo anterior, según las organizaciones, responde principalmente a la politización y la partidización de las instituciones públicas educativas, a la ausencia de planes curriculares adecuados y de docentes calificados.
Agregaron que el 63% de los encuestados valoran de forma negativa el sistema de salud pública, lo que observa la falta de vida, de atención médica especializada y oportuna.
Ana Quirós apuntó que el mínimo necesario de gasto en salud es el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) de cada país. Ese es el porcentaje necesario para que la población tenga acceso a la salud. Sin embargo, en el caso de Nicaragua, que es señalada por las personas encuestadas como mala o muy mala en casi un 70%, es decir, 7 de cada 10 consideran que la salud en Nicaragua es mala o muy mala.
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Quirós señaló que en Nicaragua apenas llegamos al 3.5% en promedio en los últimos 5 años y a partir de 2020 ha venido en disminución para tener este año 3.3% del PIB.
“Pero ahí no termina la desgracia de salud. Resulta que en Nicaragua las instituciones de salud en términos generales son viejas. Los centros de salud, las unidades, incluso los hospitales son viejos y algunos como el hospital de la mujer les han ido poniendo parches”, dijo Quirós.
Agregó que de ese 3.32%, la inmensa mayoría, el 80% en promedio desde hace varios años, se gasta en gasto corriente, es decir, en pagarle al personal, en comprar medicamentos y materiales de reposición y no se invierte ni siquiera el 20% para la reposición de las instituciones o para el mejoramiento de las instituciones.