Socióloga Melba Damaris Hernández cumplió un año en prisión. Su “delito” fue la solidaridad
Se conoce que antes de su secuestro, Hernández había sido asediada por la Policía, por lo que tuvo que trasladarse a una vivienda más segura.
La noche del 28 de agosto de 2023, la Policía del régimen de Daniel Ortega, capturó a la socióloga y activista, Melba Damaris Hernández, de 54 años, quien participó de las protestas pacíficas que se llevaron a cabo en la Universidad Centroamérica (UCA).
Amigos y colegas de Hernández la han descrito como una profesional solidaria que siempre estaba pendiente de familiares de presos políticos, asistía a jóvenes que necesitaban medicamentos, comida o alojamiento.
Se conoce que antes de su secuestro había sido asediada por la Policía, por lo que tuvo que trasladarse a una vivienda más segura. Hernández es originaria de Managua.
A un año de su encarcelamiento es poco lo que se conoce sobre su estado. Sin embargo la constante del régimen sandinista es un trato cruel e inhumano para todas las personas que son detenidas por razones políticas.
Recientemente el Mecanismo para el reconocimiento de Personas Presas Políticas de Nicaragua informó que han recibido información sobre los maltratos a los que están siendo sometidos las personas presas políticas.
Hasta junio, este Mecanismo reconoce 147 personas detenidas de las cuales 24 son mujeres y 123 hombres (incluyendo diez detenidos previo a la crisis de 2018).
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Así mismo han reportado una serie de abusos que incluyen el uso excesivo de la fuerza durante las requisas, realizadas por un número desproporcionado de agentes, y la imposición de actos de humillación, como el desnudamiento forzado y la realización de sentadillas. Además, los presos políticos son sometidos a maltrato psicológico, incluyendo insultos y amenazas dirigidas tanto a ellos como a sus familiares.
El Mecanismo también documentó que a varios presos políticos se les ha negado el contacto con sus familiares, incluso en los días estipulados para las visitas, esta acción pone en zozobra, angustia y desesperación a sus familiares así como la afectación emocional de las personas injustamente detenidas.
“Se ha tenido conocimiento de presos políticos que han sido sometidos a tratos degradantes, como el uso de grilletes en manos y pies, y la limitación de acceso a alimentos y luz solar”, señalaron en un comunicado.