Ortega acusa a Europa de “colonialismo” ante condena internacional por cierre del espacio cívico

El caudillo sandinista desempolvó historias de siglos pasados para intentar desacreditar la denuncia de la Unión Europea sobre su arremetida contra la sociedad civil.

  • San José, Costa Rica
  • 11:49 am
  • Ago 28, 2024

Daniel Ortega y Rosario Murillo durante la IX Cumbre de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA) el pasado 26 de agosto.

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Un día después de que la Unión Europea (UE) expresase “profunda preocupación” por la situación del espacio cívico nicaragüense ante la cancelación de 1500 organizaciones no gubernamentales en Nicaragua el pasado martes, 27 de agosto, el régimen de Daniel Ortega emitió una respuesta combativa, lanzando señalamientos de injerencismo.

“Nicaragua es un país y una patria, bendecida, libre, soberana, y por lo tanto, no es colonia, ni recibe ni acata órdenes de ningún país del mundo“, reza el comunicado del régimen sandinista, añadiendo además acusaciones de “atrocidades” cometidas en siglos pasados por los antecesores de los países ahora miembros de la Unión, en un intento de desacreditarles.

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“Basta una visita a los museos europeos para constatar cómo se enorgullecen del salvajismo, la barbarie, la inmoralidad con la que ‘conquistaron’ países y pueblos a quienes arrebataron todo, a cambio de nada“, acusó el régimen de Ortega en su respuesta, a la cual tituló “Basta ya de injerencia“.

La UE, por su parte, “reitera su llamado para que las libertades fundamentales sean restauradas en Nicaragua, incluyendo la liberación de todos los presos políticos y el regreso de las organizaciones internacionales de derechos humanos”.

Reiteramos la necesidad de poner fin a las restricciones contra el espacio cívico y el derecho a disentir“, agrega.

Según el recuento de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), la cancelación masiva de ONGs que el régimen llevó a cabo el 19 de agosto es la más grande de su tipo hasta la fecha, y afectó hasta a 700 organizaciones religiosas, en un contexto de marcada persecución religiosa, particularmente contra la Iglesia católica.

Una segunda purga de organizaciones ocurrió tres días después, afectando a 151 organismos gremiales-empresariales. Según el medio nicaragüense Confidencial, cerca del 70% de las organizaciones no gubernamentales existentes en Nicaragua han sido clausuradas, y sus propiedades y activos confiscados, por orden del régimen de Ortega.