Melancolía, depresión, impotencia… así viven los hijos e hijas de prisioneros políticos en Nicaragua
La UDJ, señala que la legislación nicaragüense no reconoce expresamente el derecho de la niñez a participar y ser escuchada en decisiones que le puedan afectar indirectamente, como es el encarcelamiento de sus progenitores.
Un informe de la Unidad de Defensa Jurídica de Nicaragua (UDJ), apunta que entre los familiares de personas prisioneras políticas, los hijos e hijas menores de edad han tenido un grave y diferenciado impacto como consecuencia de la encarcelación de sus progenitores.
Añaden que estas niñas, niños y adolescentes muchas veces viven en entornos sociales donde la violencia, la pobreza y la marginación son parte de la vida en sus comunidades.
Insisten que “el encarcelamiento de un padre o madre por cualquier periodo de tiempo amplifica esas vulnerabilidades existentes, a la par que introduce nuevas barreras para el bienestar y sano desarrollo de los menores”.
Lamentan que la vulnerabilidad de estas niñas, niños y adolescentes se potencia no solamente por sufrir sus progenitores la violencia estatal a través de la imposición de la prisión política, sino porque esta orfandad forzada de facto aumentan la pobreza, deserción escolar, trabajo infantil, desplazamiento, drogadicción, estigmatización y discriminación en su entorno educativo y/o comunitario.
“Todo ello, apuntan expertos en psicología, genera un impacto en sus vidas a corto, mediano y largo plazo”, expone el documento.
Dibujos que externan la realidad de sus vidas
Dibujos recopilados en el informe “Lloran todas las noches”: El impacto de la prisión política en los hijos e hijas de las personas presas políticas en Nicaragua, muestran cómo los menores hijos e hijas de presos políticos enfrentan depresión, tristeza, angustia.
“Se observa melancolía, dolor afectivo, ruptura del sentido de pertenencia, añoranza y duelo por la pérdida del vínculo familiar, estancamiento en recuerdos pasados, resistencia hacia el futuro, defensas psicológicas quebradas, impotencia, fatiga psíquica, necesidad de afecto, pensamientos repetitivos sobre vivencias pasadas, actitud rígida, intento de controlar la situación interna o resistir pasivamente a las presiones del exterior”, se lee en uno de los dibujos presentados.
El documento describe que esa interpretación corresponde a una menor de 9 años, sobre el dibujo, el diagnóstico presuntivo es de posible estrés post trauma con concomitantes de depresión en fase crónica. En el documento explican que los dibujos fueron realizados de manera libre por niños o niñas partícipes del estudio.
Explican que estos dibujos han sido analizados desde una técnica grafo-patológica de tipo proyectivo del dibujo libre, que es una técnica utilizada en el campo de la psicología clínica y forenses, la cual tiene como objetivo explorar y analizar aspectos de la personalidad, las emociones, los conflictos y los procesos mentales inconscientes de un individuo.
A su vez, la UDJ aclaró que estos dibujos son una aproximación al estado psicoafectivo de los autores, ya que para dar una conclusión psicodiagnóstica se requerirían mayores datos de los estudiados.
Actos de violencia estatal llegan hasta a la confiscación de juguetes
La UDJ, expone que los resultados de los datos recolectados evidencian afectaciones en todos los entornos de la vida de la niñez.
Apuntan además que los menores han sufrido de violencia directa o indirecta por parte de agentes estatales, por ejemplo “al presenciar la detención violenta de su progenitor, el allanamiento de su domicilio, el desalojo temporal de su domicilio, y/o la confiscación de sus bienes entre ellos juguetes”.
La UDJ lamenta que a consecuencia de estos actos se evidencia el grave impacto en la salud mental de esta niñez impulsada por la violencia y la separación familiar producto de la prisión política.
“Entre la muestra estudiada hay niños/as que lloran diariamente por la separación y violencia contra su papá y/o mamá, algunos han tenido que acudir al psicólogo, e, incluso hay niños que han incurrido en la drogadicción o pensamientos suicidas como forma de expresar su sufrimiento”, apuntan.
Por otro lado, exponen que en la vida social de la niñez estudiada se han visto afectaciones en la escuela, debido a casos de estigmatización por motivos económicos. Reportan que algunos tuvieron que empezar a trabajar para apoyar en los gastos incrementados desde la privación de libertad de su progenitor.
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Además, el estudio identificó la existencia de niñez que han tenido que migrar forzadamente al exterior por miedo a represalias en su contra por la situación de su padre y/o madre.
Expone que toda la niñez en estudio no ha sido escuchada ni considerada en ninguna ocasión por las autoridades judiciales del proceso penal al momento de la determinación de la pena, ni por las autoridades judiciales del proceso de ejecución de la pena.
Insisten que la legislación nicaragüense no reconoce expresamente el derecho de la niñez a participar y ser escuchada en decisiones que le puedan afectar indirectamente, como es el encarcelamiento de sus progenitores.