Sostenerse en el exilio: cada persona encuentra un motivo para no desfallecer
El exilio forzado ha afectado la vida y estabilidad de miles de familia nicaragüenses, muchas de ellas se aferran a la fe y a la idea de regresar un día a su país.
Estudiantes, activistas, periodistas y demás personas que han salido al exilio a consecuencia de la represión gubernamental del régimen de Daniel Ortega, coinciden que es una etapa muy dura y que han tenido que aferrarse a sus convicciones para sostenerse.
“En principio, quiero decirles que el exilio o salir de mi país siempre conlleva un sentimiento de sufrimiento”, señala un periodista nicaragüense a quién llamaremos Eduardo.
Comparte que él se aferró a encontrar seguridad porque en Nicaragua estaba en una constante zozobra e incertidumbre pues no sabía lo que podía pasar y ya había bastante miedo en el país.
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“Buscando esa seguridad también es que ya pude salir, lógicamente que no era tampoco mi gran interés, ni mi intención dejar mi país porque uno pierde mucho al salir”, señaló Eduardo.
Confió que mientras estaba en Nicaragua, tenía una vida hecha la cual perdió, así mismo señala que han fallecido personas de gran importancia para su vida. “Entonces, como que me arrancaron parte de mi ser también y eso lo he tenido que sufrir en el exilio”, expone.
Por su parte Yoseling, una joven estudiante de 24 años, cuenta que ella tuvo que salir de Nicaragua a España debido al asedio de paramilitares en la vivienda de su familia.
“Yo todavía no termino de procesar estar aquí, no es algo que quiero pero no tengo opciones”. Agregó que se sostiene con la idea de que fuera de Nicaragua tendrá mejores oportunidades de estudio y trabajo.
Confianza en Dios y esperanza de un futuro mejor
Eduardo agrega “que para mantenerse de pie aún en esas circunstancias, lo más importante ha sido la fe en Dios, porque de otra manera yo no me lo podría explicar”, destaca.
Advierte que se ha mantenido en oración, participando de misas y otras actividades religiosas. “También una forma que he dispuesto para interrelacionarme o para integrarme a una nueva sociedad es a través de la religión misma, eso me ha ayudado bastante”, enfatiza el periodista.
Cuenta que en el país donde está también hay nicaragüenses y colegas periodistas lo que le ha permitido disminuir la soledad.
“Lo otro es la esperanza de que puede haber un cambio en Nicaragua. No es algo que me genere ansiedad porque el hecho de que ocurra un cambio no depende de mí, esa situación es bastante remota y tengo que estar consciente de ello, pero tengo la mentalidad de que podré volver “, compartió.
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Eduardo sueña que un futuro cercano tendrá la oportunidad de ir al encuentro con su familia, aunque ya no sea en Nicaragua, expone que sería como iniciar de nuevo.
“Igual tengo que luchar para poder reactivarme laboralmente en un contexto distinto. Antes tenía un trabajo permanente en mi país, ahora ya no es permanente. Tengo que estar luchando para encontrar recursos, pero sí, con la bendición de Dios hasta hoy ha salido todo bien y espero seguir contando con la ayuda de Dios que es lo que más me motiva para mantenerme en pie y seguir adelante”.