Régimen teme perder a Venezuela ante crisis electoral, señala vocero de Monteverde
Los discursos de odio del régimen sandinista evidencian, más bien, su temor de quedarse aún más aislados a nivel internacional.

Luego de que la oposición venezolana, encabezada por María Corina Machado, denunciase fraude en las elecciones presidenciales del domingo 28 de julio, todo el país estalló en protesta contra 25 años de dominio chavista sobre el país sudamericano. Desde Nicaragua, el régimen sandinista de Daniel Ortega, aliado histórico del chavismo, observa nervioso.
Cuatro días después de que el líder chavista Nicolás Maduro se autoproclamase ganador con 51% del voto, el Estado chavista cuenta ya on más de mil detenidos y cerca de 11 fallecidos por la represión contra manifestantes.
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La Plataforma Unitaria Democrática rechaza los resultados, señalando a una serie de irregularidades en el proceso, y sostiene que fue su candidato, Edmundo González, quien obtuvo la victoria con alrededor del 70% del voto. A este reclamo se han unido los países hispanoamericanos de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, así como la Unión Europea.
A pesar del apoyo internacional, una resolución propuesta en sesión extraordinaria ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para obligar a Venezuela —que no es miembro del organismo desde 2019— a publicar las actas de votación y frenar la represión fracasó con 17 votos a favor, 11 abstenciones y 5 ausencias.
Lamentables los países que se abstuvieron y peor los que ni siquiera quisieron dar la cara para denunciar fraude en Venezuela. La OEA es el organismo que los países quieren que sea, los que se abstuvieron y ausentaron le han dado un golpe a la organización y a la democracia. https://t.co/7p0TkWbvU2
— Juan Sebastián Chamorro (@Jschamorrog) July 31, 2024
Desde el principio el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, también acusado de haber perpetuado múltiples fraudes electorales en sus últimos 16 años de historia, mostró su solidaridad perpetuando “la narrativa escandalizada de un intento de golpe de Estado”, como la describe Juan Diego Barberena, joven activista y vocero del proceso de Concertación Democrática Nicaragüense “Monteverde”.
Un discurso de temor
“Lo mismo que dijo la dictadura en Nicaragua lo ha dicho en reiteradas ocasiones la dictadura en Venezuela y lo mismo dijo la dictadura cubana de la movilización de julio de 2021; creo que lo podemos calificar como un discurso de odio, pero sobre todo de temor“, dijo Barberena a República 18.
“Temor a las pretensiones de libertad que tiene el pueblo venezolano que quiere librarse de la dictadura, movilizarse en pro del cambio político, el cambio social y el cambio democrático“, agregó.
Tanto resulta evidente si tomamos el monomaníaco y poco coherente discurso pronunciado el miércoles por la vocera del régimen, Rosario Murillo, en la que comparó a los opositores con “cucarachas con ojos de ratón”.
“No es más que la manifestación de un discurso de odio en contra de quienes hemos estado propugnando, desde los países sometidos por regímenes autocráticos, una solución democrática sobre los cauces de la lucha no violenta y los cauces institucionales incluso”, replicó Barberena.
Perder a su aliado chavista en Venezuela sea en términos tangibles, a través del derrocamiento del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) o al quedarse inmovilizado por un alzamiento popular similar al que vivió Nicaragua en 2018, tendría serias implicaciones para el régimen de Ortega, con pocos aliados en la comunidad internacional.
“La dictadura venezolana está en una situación que en la que estaba la noche del 27 de julio, la noche previa a las elecciones. Eso lo sabe la dictadura Ortega-Murillo. Por eso teme a una vía electoral, por eso pateó el balde electoral en 2021 y también la dictadura madurista lo tiene en mente”, valoró finalmente Barberena.